Cinco parámetros para valorar su rentabilidad

¿Por cuánto dinero estarías dispuesto a vender tu negocio?

La idea, el balance, la maquinaria, el local, su ubicación o la cartera de clientes son algunos aspectos que influyen a la hora de valorar un negocio. Analizarlos uno a uno es crucial para saber el precio de una actividad.

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¿Por cuánto dinero estarías dispuesto a vender tu negocio?

¿Por cuánto dinero estarías dispuesto a vender tu negocio? La pregunta es sencilla, la respuesta ya no tanto. La cifra dependerá única y exclusivamente de cómo sea el negocio. Las consultorías empresariales suelen poner en primer lugar la cuenta de resultados, aunque hay otra serie de aspectos que influyen tanto o más que los beneficios.

“Ponerle precio a un negocio es un proceso muy complejo y en el que intervienen un sinfín de factores. Hay mil variables y es que no es lo mismo valorar económicamente, por ejemplo, un comercio que tiene varios locales en zonas estratégicas de una ciudad, que una aplicación web, que solo requiere de un ordenador para hacerla funcionar. Ambas son actividades que pueden venderse por cuantías muy altas pero por razones diferentes: en la primera se puede paga por la ubicación de sus establecimientos y, en la segunda, lo que vale es la idea de negocio” explicó Alberto Ara, abogado y asesor jurídico.

No obstante, lo que siempre “suele” pedir un experto como Ara para valorar económicamente un negocio "es el balance. Desde ahí podemos hacernos una idea de la que poder partir. En función de su activo (maquinaria, stock, clientes...), de su patrimonio neto y del pasivo (capital, reservas, deudas con proveedores, etc.) podemos echar a andar” señaló Ara.

Pero también, a la hora de poner un valor económico a un negocio hay que tener en cuenta la demanda. “Al final todo se resume en lo que alguien está dispuesto a pagar. Esto es como los fichajes de fútbol, los jugadores cuestan esos miles de millones porque hay un equipo dispuesto a pagar por ello”.

Criterios para establecer un precio a un negocio

Las cuentas de la empresa, el balance, es también el método que utilizan desde Life Abogados y Asesores para valorar una empresa. No obstante, Ignacio González, uno de los socios del bufete, señala que hay otros criterios indirectos que también influyen a la hora de valorar una compañía:

  1. Equipo directivo: la empresa puede valer una cuantía millonaria, pero si no está liderada por un buen equipo no merece la pena adquirirla.
  2. El sector de la empresa: el sector dónde se lleve a cabo la actividad es un factor pues no es lo mismo uno maduro que emergente. Hay sectores maduros que pueden resultar interesantes debido a la especialización y González pone el ejemplo de una revista. “Las revistas son un modelo de negocio muy conocido y consolidado. No obstante, hay algunas muy especializadas que son interesantes de adquirir, porque sabes la publicidad que pueden atraer”.
  3. Fondo de comercio: son los clientes que tiene un negocio. Es, desde su punto de vista, el factor más importante y decisivo. “Imagina dos negocios, de similares características, y que valen lo mismo. La diferencia es que uno tiene 15 clientes habituales y el otro tiene dos. Me quedo, sin pensarlo, con el de 15. Porque si me falla uno tengo otros 14.  Sin embargo, con el de dos, si me falla uno, la actividad deja de ser rentable” afirmó el socio de Life Abogados.
  4. Plantilla de trabajadores: muchos de los negocios que se compran y se venden tienen ya una plantilla. “Ésta siempre es un activo, no un coste. Lo que hay que valorar de ella es el estado anímico. No es lo mismo una plantilla exigente con su trabajo, con el negocio, con ganas de avanzar y mejorar. Que otra hastiada y sin ilusión”.
  5. La maquinaria: el nivel tecnológico y de innovación en el que se encuentra la maquina necesaria para llevar a cabo la actividad de un negocio. “Por ejemplo, en una imprenta, la maquinaria es uno de los aspectos que sube el precio del negocio, pero si éstas son muy antiguas y a los dos años se va a tener que invertir dinero para renovarlas…A lo mejor no sale rentable abonar dicha cantidad”.

Otro aspecto importante a la hora de vender un negocio es la ‘compra aplazada’. “Éste es un consejo que siempre doy a los pequeños negocios que acuden a nosotros. Normalmente, ellos llegan con una idea de quiero tanto, por ejemplo, 500.000 euros. Pero, al final, los compradores interesados suelen bajar la cifra, y siguiendo el ejemplo, ofrecen 250.000 euros”. El negocio, continúa González, vale ese medio millón de euros y el comprador dispone del dinero paga pagarlo, pero el problema es que no se fía de que verdaderamente ese sea su valor. La compra aplazada permite a ambas partes establecer un pago inicial y otro a final de cierto tiempo con el objetivo de, terminado ese periodo y cumplidas las expectativas prometidas, ambas partes consigan lo que querían. “Si al final tu empresa vale lo que dices, en el tiempo fijado por ambas partes, podrás obtener la cifra que querías”.