Debido al gran volumen de negocios insolventes

Se dispara el número de autónomos que se acogen a concurso de acreedores para proteger su patrimonio

En los primeros seis meses del año, los concursos de acreedores abiertos por autónomos se han disparado, pese a que aún no tienen la obligación de abrirlos, para intentar salvar sus negocios. 

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Se dispara el número de autónomos que se acogen a concurso de acreedores para proteger su patrimonio

Hasta el próximo 31 de diciembre, los autónomos que acarreen deudas no tienen realmente la obligación de abrir un concurso de acreedores si no quieren. Sin embargo, y pese a la vigencia de esta moratoria concursal, el nivel de insolvencia de los pequeños negocios es tan alto que muchos han preferido no solicitarlo para ordenar sus deudas y, quizás, salvar así sus negocios. El número de solicitudes ha aumentado un 80% en los primeros seis meses del año. Los expertos avecinan otra importante avalancha de concursos tras la vuelta de verano, entre los meses de septiembre y octubre.

Según el seguimiento de los procesos concursales publicados en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que realiza Iberinform, los concursos de acreedores se habrían disparado en un 80% en los primeros seis meses de 2021 debido a la insolvencia empresarial que sufre el país. De esta manera, en lo que va de año se habrían iniciado un total de 3.181 concursos, frente a los 1.766 que se abrieron en 2020. De éstos, la mayoría se produjeron en Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía. Son, como comentan los expertos, autónomos que se acogen a la Ley Concursal para intentar salvaguardar su patrimonio, ya que la norma establece que hay que destinar X dinero para vivir de los ingresos que se obtengan cada mes, y el resto se reparte en orden de deuda entre los acreedores.

En este sentido, hay que destacar una de las claves de la norma y es que permite también la exoneración de parte de la deuda, puesto que no se puede tardar más de cinco años en pagarla. De manera que, si un autónomo debe 100.000 euros e inicia un concurso para librarse de esa deuda. Éste podría acabar pagando 200 euros al mes a sus acreedores y en cinco años llegaría a pagar 10.000 euros, el resto de la deuda se le exoneraría. 

Asimismo, y en lo que respecta al índice de concursalidad del pasado mes, la entidad destaca que “los datos aislados del mes de junio muestran un crecimiento del 34% frente a los registrados hace un año, cuando los confinamientos y las moratorias decretadas durante la primera ola de la pandemia redujeron drásticamente la presentación de procesos concursales”.

Aumentan los concursos, sin haber obligación a abrirlos, para salvar negocios

La alta tasa de concursos iniciados por negocios durante los pasados seis meses es una actuación que sorprende al presidente de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac), Diego Comendador, por dos razones. La primera, porque “se está produciendo un aumento de los concursos cuando los autónomos no tienen la obligación de presentarlos”.

Durante el último año, el Gobierno ha ido aprobando sucesivas moratorias concursales para eliminar la obligación de abrir concurso a los negocios insolventes. La última fue el pasado marzo, que está en vigor hasta el próximo 31 de diciembre. Lo que significa que hasta esa fecha los negocios insolventes no tienen la obligación de poner en marcha un procedimiento concursal. La Ley Concursal establece que un concurso de acreedores se puede abrir de dos formas: voluntariamente, es decir, el deudor -en estos casos sería el autónomo - abre el concurso porque identifica que no puede hacer frente a todas sus deudas; y a solicitud de los acreedores – véase proveedores de un pequeño negocio - por el retraso en el pago.

En este sentido, los cambios introducidos por el Gobierno permiten que, por un lado, un autónomo que tiene conocimiento de su situación de insolvencia, y que en otras circunstancias estaría obligado en un plazo de dos meses a iniciar el concurso, no tenga que hacerlo hasta final de año. De la misma forma, que impiden que los procedimientos concursales iniciados por los acreedores sean admitidos por los juzgados hasta el 30 de enero de 2021.

“Es un buen síntoma” porque es la manera de que el negocio pueda seguir funcionando

Y el segundo aspecto que sorprende a este experto sobre la alta tasa de estos concursos es que “es un buen síntoma. Es una buena medida que los pequeños negocios que vean que no pueden seguir haciendo frente al pago de sus obligaciones, inicien un concurso para intentar salvar su negocio” dijo el presidente de ASPAC, Diego Comendador.

Comendador siempre ha defendido que en España se hace un mal uso de la herramienta concursal dado “que las empresas que la solicitan suelen acudir a concurso cuando ya es demasiado tarde y el proceso sólo puede acabar en liquidación”. Por eso siempre ha recomendado que ante cualquier síntoma de insolvencia acudir a un experto y si es preciso abrir concurso.

¿Cómo son los concursos de acreedores iniciados 2021?

El informe de Iberinform, también revela cuáles son aquellos sectores dónde más se están produciendo los concursos en este primer semestre de 2021. Según sus datos predominan las insolvencias y por los tanto la declaración de concursos de compañías dedicadas a servicios (52% del total), seguidas por construcción (20%) e industria manufacturera (13%). La mayoría de ellos son iniciados por “pequeños negocios, normalmente por autónomos persona física. Son trabajadores por cuenta propia que no pueden seguir afrontando económicamente los gastos de su actividad” apostilló Comendador.

En este sentido el socio del área Mercantil del bufete AGM Abogados y encargado de gestionar concursos de acreedores -principalmente de empresas-, Julio Rocafull, explicó que si bien es cierto que se han incrementado el número de concursos declaradores, no se ha llegado a producir la avalancha que se esperaba “porque se están produciendo en su formato exprés”, que permite a los autónomos que lo solicitan, poder librarse de las deudas en dos meses.

Es una opción que recoge la Ley Concursal y que establece dos vías para acometer este procedimiento legal: una ordinaria y otra exprés. Recurrir a esta segunda opción puede ser una buena alternativa a la hora de liquidar una empresa en crisis porque permite liquidar las deudas y/o cerrar el negocio prácticamente de inmediato.

Según este experto jurídico, no todos los casos pueden tramitarse por esta vía: “tiene unas características especiales y son muy rápidos. En el mismo auto del caso se concluye el caso y se archiva”.

Una nueva oleada de concursos este invierno

Los expertos en procedimientos concursales llevan tiempo advirtiendo de la avalancha de concursos de acreedores. No obstante, como subraya la entidad, la Administración ha tomado medidas para frenar esta situación. “Tanto España como los mercados de nuestro entorno han adoptado medidas para frenar las declaraciones de quiebra, modificando los umbrales de presentación, reduciendo la capacidad del acreedor para forzar su admisión o proporcionando suficiente apoyo financiero al deudor para retrasar su presentación. En el caso de España, aunque la actual moratoria finalizará el 31 de diciembre de 2021, los datos reflejan un incremento de los niveles de concursalidad”, recoge el documento.

La cuestión ahora es qué va a ocurrir a final de año, especialmente cuando termine la vigencia de la moratoria concursa. Es una cuestión que no está clara y sobre la que surgen discrepancias. Mientras que el presidente de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac), Diego Comendador, cree que se va a producir esa avalancha de concursos una vez finalice la moratoria -el 31 de diciembre de 2021- y se puedan iniciar los procedimiento jurídicos -30 de enero de 2022-. “Cuando deje de estar en vigor la moratoria concursal, los autónomos tendrán dos meses para iniciar esos procesos. Parece que puede ser ahí cuando se produzca un gran volumen de concursos, que llevamos tiempo prediciendo”.

Sin embargo, el abogado Julio Rocafull cree que la “temida” avalancha se producirá antes. Rocafull aventura que ésta puede llegar después del verano, entre septiembre y octubre. “Si después del verano los negocios no se han recuperado, empezará a acudir esta herramienta para solucionar sus problemas de solvencia. No van a esperar hasta el final para abrirlos”.