Formación universitaria online: un impulso para el crecimiento de los autónomos

Si algo caracteriza la jornada laboral de los autónomos es la ausencia de un horario fijo. Las características de cada negocio conllevan una obligada flexibilidad, propia de un sector que aglutina más de 3.191.000 trabajadores en España y que solo el año pasado generó 100.000 nuevos empleos, uno de cada cuatro del total que se crearon en 2016. Por esta razón, y dada la necesidad permanente de actualizar los conocimientos y competencias que favorezcan el crecimiento de la actividad, la formación online se presenta como el gran aliado de los autónomos.

Formación universitaria online: un impulso para el crecimiento de los autónomos

La gran cantidad de ventajas que ofrece estudiar bajo el paraguas de esta modalidad, la convierten en una herramienta idónea para mejorar la preparación de los trabajadores por cuenta propia y permiten la conciliación de la vida laboral y familiar. La decisión de cuándo y cómo estudiar depende en exclusiva del autónomo, con la facilidad que supone poder acceder a los contenidos en cualquier momento y desde cualquier lugar, utilizando para ello el dispositivo que mejor le convenga en cada ocasión.

En este sentido, cabe destacar las virtudes que ofrece la Universidad Isabel I, institución que tiene suscrito un acuerdo de colaboración con la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) por el que socios de esta entidad, así como sus familiares hasta el primer grado (padres, hermanos, hijos y cónyuge/pareja), pueden acceder en condiciones económicas ventajosas a la oferta académica de la Universidad, que consta de 11 grados, nueve dobles grados, cinco másteres oficiales, 20 títulos propios de posgrado e idiomas.

En la Isabel I, el alumno es quien organiza y gestiona su tiempo y el estudio de las asignaturas, a través de una plataforma virtual accesible en la que tiene disponibles todos los materiales relacionados con su titulación. Este aprendizaje se complementa con la puesta en práctica de todos los conocimientos adquiridos, que transforma la preparación en una experiencia formativa que dota al autónomo de un dominio absoluto de todas las materias.

La institución académica además, exhibe un elevado grado de inquietud por los autónomos, dado que fomenta el espíritu emprendedor por medio de una de sus asignaturas transversales, común a todos los grados que oferta, al entender que la puesta en marcha de un negocio propio es una alternativa laboral rentable y beneficiosa no solo para el propio trabajador, sino para el conjunto de la sociedad, por la pluralidad que aporta a un mercado profesional cada día más diversificado y que demanda una extensa variedad de actividades.

Como uno de los objetivos fundacionales de la Universidad Isabel I, la formación continua a lo largo de la vida en el ámbito profesional es un derecho de los trabajadores autónomos que debe ser fácilmente accesible, por lo que esta institución persigue acercar al sector una formación online confortable y flexible, y apoya la creación de nuevos negocios a través de su Servicio de Orientación, especializado en promover la innovación y el emprendimiento, ofreciendo asesoramiento a las iniciativas empresariales de sus estudiantes y egresados.

La experiencia de David Blanco Martínez, autónomo desde hace diez años

Desde la experiencia que aporta una década como autónomo, David Blanco Martínez, estudiante del Grado en Derecho en la Universidad Isabel I, subraya la “independencia” como ventaja principal de estudiar online, ya que el alumno “es el que siempre tiene el poder de planificar sus estudios acorde a su situación personal”. Y asegura que está resultando una experiencia satisfactoria ya que si no pudiera formarse a través de internet le sería “imposible” cursar esta titulación.

David trabaja en la web www.creditos.online como encargado del SEO y la gestión de campañas de marketing online, y desarrolla otros proyectos como freelance. “Por mi trabajo no tengo un horario fijo y la flexibilidad que me ofrece la Universidad Isabel I me permite poder organizar y gestionar mi tiempo libre para dedicarlo al estudio”, explica.

Esta flexibilidad es la que permite a David conciliar su vida laboral y familiar con su formación. “A diferencia de un trabajador asalariado que hace su jornada laboral de ocho horas y el resto del día ya desconecta de su trabajo, los autónomos estamos las 24 horas del día pendientes de nuestro trabajo”, argumenta, por lo que si tuviera que acudir a clases de manera presencial no podría completar los estudios, “no sólo por las horas físicas de las clases sino por el tiempo perdido en los traslados, por no hablar del dinero que me costaría”, asegura David.