Sector clave para la vuelta al trabajo de muchos padres

Las guarderías no abrirán hasta que no tengan protocolos adaptados a su sector

Las guarderías y escuelas infantiles exigen para abrir un protocolo y medidas de seguridad adaptadas a las peculiaridades de su sector. Estos centros trabajan con niños, y ven muy complicada su actividad en estas circunstancias. Es un sector clave para muchos padres que deben reincorporarse al trabajo presencial.

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Las guarderías no abrirán hasta que no tengan protocolos adaptados a su sector

Las guarderías españolas llevan dos meses sin poder prestar sus servicios. El día antes de que el Gobierno decretase el Estado de Alarma, estos centros infantiles ya habían cerrado sus puertas. Si bien el plan de desescalada les va a permitir reabrir en la Fase 2, que algunos territorios ya han alcanzado y para la mayoría llegará el próximo 25 de mayo, piden un protocolo bien detallado y adaptado a su sector.

La fecha de apertura está cada vez más cerca. De hecho, algunas de las islas Canarias ya se encuentran en la fase 2 y sus guarderías podrían abrir. Sin embargo, no lo hacen porque no cuentan con las indicaciones pertinentes para retomar su actividad de forma segura. “Sin protocolos adaptados a sus características, estos autónomos no pueden abrir. Por supuesto, esto supone un golpe económico muy duro para ellos, pero también para las familias, que tampoco podrán beneficiarse de sus servicios y conciliar su vida laboral y familiar”, aseguró en un comunicado Juan Carlos Arricivita, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Canarias.

La situación que están viviendo los trabajadores autónomos propietarios de guarderías y centros infantiles en Canarias, es común a toda  la península. “Continuamos cerradas a la espera de ver en qué condiciones podemos abrir. De momento está todo en el aire”, aseguró Rosa Angulo, presidenta de la Asociación de Guarderías y Escuelas Infantiles de Cantabria.

Desde el sector denuncian la incertidumbre y desprotección que han tenido durante todo el parón pero especialmente ahora, cuando se acerca la fecha de reapertura. “Como autónomos se nos pone siempre al final del todo, no se nos ha tenido en cuenta hasta última hora y no se nos ha informado de nada”, explicó Noelia Maestre, propietaria de una guardería.

La situación de estos centros es especialmente delicada pues, a pesar de ser un negocio, no es un negocio como otro cualquiera. Necesitan manejar información muy concreta para garantizar la seguridad de niños y trabajadores. "De momento, no abrimos ni abriremos hasta tener directrices claras, porque trabajar con niños es algo realmente complicado”, añadió Maestre.

Preocupados por el aforo

Uno de los problemas  que más preocupa a los autónomos del sector es la posibilidad de que una de las medidas que les imponga el Ministerio de Sanidad sea reducir el aforo de niños en sus centros. “El aforo es uno de los aspectos que más vamos a tener que valorar a la hora de adaptarnos a la nueva normalidad. Verse en la obligación de decir que no a un niño es algo muy complicado”, comentó la autónoma Noelia Maestre.

La presidenta de la asociación de guarderías, por su parte, señaló que es posible que “el aforo se limite por sí mismo, entre otras cosas, por el miedo que tengan las familias”.

En los centros públicos el criterio para determinar qué familias se aceptan en las escuelas infantiles se basa en la renta o en que los padres justifiquen con la documentación pertinente que ambos tienen que trabajar fuera de casa. Sin embargo, los negocios privados nunca han utilizado ningún tipo de criterio. "Para mí, los padres son todos iguales, según van llegando por orden de inscripción los vamos admitiendo”, explicó la propietaria de una guardería.

Por su parte, la directora del centro infantil CocoMiel, comentó que “debemos ser los centros los que demos soluciones a los padres. En el nuestro siempre hemos trabajado por debajo del ratio de niños, para poder ofrecer una atención más personalizada, y en estos momentos nos adaptaremos más que nunca”.

Mantener la distancia de seguridad es imposible

La batería de medidas de seguridad que las guardarías tienen que adaptar en sus centros siguen sin llegar. Los autónomos que las regentan únicamente pueden tratar de ir adelantándose a algunos protocolos, para estar lo más preparados posible cuando puedan iniciar la reapertura.

“A pesar de no tener una normativa clara y establecida, lo que sí que estamos haciendo es limpiar y desinfectar los centros. También quitamos aquellos juguetes que nos son fáciles de higienizar a diario, como son peluches o juguetes de tela”, explicó la presidenta de la asociación.

El trabajo con niños de tan poca edad tiene unas características muy especiales, y no pueden adaptarse las mismas medidas que para otros sectores. Mantener una distancia de seguridad y evitar el contacto al desempeñar esta labor es “prácticamente imposible. El aprendizaje en la franja de de 0 a 2 años, según la psicología evolutiva, se basa en lo sensoriomotriz que quiere decir que los principales aprendizajes les llegan a través de los sentidos y el movimiento.  Ambos son sentidos fundamentales que no se pueden eliminar porque condicionarían el crecimiento”, explicó Angulo.

Además, para los cuidados básicos de los niños, “las trabajadoras necesitamos estar cerca de ellos, sus cuidados requieren de proximidad. Buscaremos un equilibrio en esa distancia porque el crecimiento de ellos se basa precisamente en el contacto, el cariño y en la cercanía”, concluyó la directora de la guardería CocoMiel.

Imprescindibles en la conciliación laboral

El sistema educativo ha decidido adelantar el cierre del curso y retomar las clases en septiembre, ya que estos centros no prestan servicio durante los meses de julio y agosto. En cambio, para las guarderías, los meses de verano son laborales a todos los efectos. “Nuestro calendario de trabajo es de enero a diciembre, prestamos servicio a las familias durante todo el año”, señaló la presidenta de la Asociación de Guarderías.

La imposibilidad de estos centros para ofrecer sus servicios con todas las garantías de seguridad, afecta directamente a la conciliación de la vida laboral y familiar de muchas personas. Cuando los trabajadores inicien su particular desescalada y vuelvan a las oficinas, necesitarán disponer de ese servicio para el desarrollo de sus actividades en la nueva normalidad. “Tenemos a las familias detrás preguntando cuando abrimos porque realmente lo necesitan, ya que no tienen a nadie que pueda encargarse de sus hijos”, explicó la presidenta de la asociación de guarderías

Las guarderías son un sector clave para todos los sectores

La mayoría de los trabajadores han tenido que confinarse en sus casas y trabajar a distancia, mientras se hacían cargo del cuidado de sus hijos. Esto, en muchos casos, les imposibilita el desarrollo de sus actividades laborales, y son muchas las familias que requieren de los servicios de centros infantiles.

“Tanto mi marido como yo somos trabajadores autónomos y tenemos dos hijos pequeños. Conciliar sus cuidados con el desarrollo del tele-trabajo nos está siendo realmente complicado, y no sabemos cómo haremos con nuestros hijos cuando tengamos que volver a nuestros puestos de trabajo de forma física”, explicó María Ramos, propietaria de un negocio.

El colectivo de guarderías defiende que la apertura de estos centros es “imprescindible para volver a la normalidad en todos los sectores”. Además, si antes del Covid-19, muchos abuelos se hacían cargo de los más pequeños, con esta nueva situación pasan a considerarse población de riesgo y, en su mayoría, no pueden ayudar a los padres.

Además, “hay padres y madres que no viven en la misma ciudad que el resto de su familia y se están organizando como pueden. Conozco casos en los que ambos son trabajadores de profesiones esenciales y están haciendo equilibrios para poder con todo”, explicó la presidenta de la Asociación de Guarderías, Rosa Angulo.