La artesanía ocupa a 200.000 personas

Guarnicionero, luthier, panadero o ebanista, oficios muy rentables en pleno siglo XXI

En los tiempos de las startups, las apps, el mundo virtual o las producciones a lo grande, hay un sector que no sólo pervive sino que es cada vez más rentable, el de la artesanía.

Luthier
Un luthier trabajando en su taller
Guarnicionero, luthier, panadero o ebanista, oficios muy rentables en pleno siglo XXI

Oficios como el de guarnicionero, panadero, fabricante de instrumentos musicales, espartero o ceramista no han desaparecido. Al contrario, están atrayendo el interés de los jóvenes que buscan actividades alternativas a los empleos modernos.

El sector de la artesanía representa el 0,4% del PIB español y ocupa a más de 200.000 personas, según datos del Ministerio de Energía (antes Industria). “En la actualidad, están proliferando por toda España los talleres artesanales que fabrican un producto en todas sus fases, a mano y en pequeñas producciones, que además están abiertos al público porque lo venden allí mismo”, explica a AyE el presidente de Oficio y Arte (Organización de los Artesanos de España), Manuel González Arias. Muchos de estos talleres ya están dando trabajo a 10 ó 12 personas.

Los motivos del creciente interés por este tipo de actividades con siglos de historia son varios, pero hay uno que destaca: la tendencia a volver a consumir productos de más calidad, a la mercancía hecha a mano y duradera, realizada con materiales que no dañan el medio ambiente. “La producción en serie no está satisfaciendo completamente a toda la sociedad y muchos ya están buscando algo más allá del usar y tirar”, señala González Arias. La preocupación por la sostenibilidad es también un factor de primer orden. Algunos artesanos, sobre todo jóvenes, hablan del “hartazgo” de trabajar sólo con tecnología digital y no tener ante así un producto concreto y otros, de seguir el camino de sus padres o abuelos, magníficos transmisores de las técnicas del oficio.

Por ello, los talleres artesanales se están convirtiendo en rentables. Su producción es limitada, por razones obvias, pero la mayoría trabajan por encargo para una clientela que acude a ellos dispuesta a pagar porque busca un buen artículo. Manuel González Arias afirma rotundo que “el artesano que destaca tiene la clientela asegurada”. Incluso, hay cada vez más relación de la artesanía con el mundo del lujo. Las grandes marcas se precian de ofrecer artículos no fabricados en serie y así sus proveedores son talleres profesionales. De esto saben mucho en la localidad gaditana de Ubrique, de cuyos trabajos con el cuero se nutren los fastuosos escaparates de media Europa.

Actividades más demandadas

La artesanía se está imponiendo tanto en la ciudad como en el campo. Las actividades y los productos más frecuentes varían según los lugares (en Galicia proliferan los fabricantes de gaitas o panderetas, mientras que en Andalucía los de guitarras o los ceramistas) pero, en general, se observa más demanda de las relacionadas con la alimentación y los complementos de moda. 

trabajar con cuero

El gusto por el pan con masa madre, la bollería no industrial o la cerveza artesanal hecha por uno mismo está provocando la apertura, casi en oleadas, de establecimientos que ofrecen al cliente estos productos elaborados allí mismo. La joyería y el textil más personalizados también está ganando terreno, así como la marroquinería y la guarnicionería. El esparto bien trabajado ha vuelto como elemento muy valorado. Y los clientes más pudientes pagan muy bien a los profesionales que saben tallar la piedra, fabricar muebles únicos o restaurar obras de arte. Una de las razones de la rentabilidad de estas actividades artesanales es que hay muy poca competencia, ya que no son profesiones masivas, y los pocos que las ejercen están muy demandados.

Subvenciones y formación

A la hora de establecerse como artesano, es muy recomendable acceder a los Repertorios de Actividades y Oficios Artesanos de que disponen todas las comunidades autónomas. En general, todos incluyen más de un centenar de actividades, algunas sorprendentes para las gentes del siglo XXI como la de botero (fabricante de botas de vino) o la de organero (fabricante de órganos), de las que se puede vivir perfectamente en 2017. 

Si el oficio escogido está en los listados, la comunidad autónoma correspondiente considera que puede ser objeto de subvenciones y ayudas. Hay interés político y social en conservar actividades históricas y, en muchos casos, definitorias del territorio, como por ejemplo las relacionadas con el hierro en el País Vasco, con las ovejas y la madera en Navarra o con la alfarería en Castilla-La Mancha.

El acceso a los oficios artesanos es diverso. Se puede ser autodidacta o haber aprendido el oficio familiar. La Organización de los Artesanos de España destaca que las autoridades educativas “están recuperando el interés por la formación en artesanía”. Está presente en muchos ciclos de Formación Profesional pero lo más garantizado es acudir a las Escuelas de Arte y Superiores de Diseño (antes conocidas como Escuelas de Artes y Oficios), que son públicas y existen en cada capital española.