El ayuntamiento quiere establecer espacios de 30 metros entre locales

Los hosteleros se quejan de que Valencia pretende limitar la apertura de bares

La asociación de SOS de Hostelería de Valencia llevará a a Comisión de Competencia la ordenanza municipal que impondrá una distancia de 30 metros entre bares, y de 65 metros para los que tienen ambienten musical.

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Los hosteleros se quejan de que Valencia pretende limitar la apertura de bares

Los hosteleros de toda España, pero especialmente de Valencia, están preocupados por las repercusiones que pueda llegar a tener para la actividad la inminente aprobación de la nueva Ordenanza Municipal de Protección Contra la Contaminación Acústica, que promueve el consistorio valenciano. Entre las medidas que plantea esta nueva regulación, que se encuentra aún en periodo de audiencia pública, está la imposición de un ratio para la apertura de nuevos establecimientos hosteleros: 30 metros para los locales sin ambiente musical y 65 metros para los que tengan ambiente musical. Los autónomos valencianos afectados denunciaron que “nunca antes se había coartado tanto la libertad para emprender en el sector” y amenazaron con llevar la medida ante la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia).

El pasado jueves 28 de abril, el pleno del Ayuntamiento de Valencia dio luz verde a una ordenanza municipal que podrían suponer un antes y un después en la hostelería valenciana. Aunque el documento que se aprobó contempla una batería de medidas para limitar el ruido en las playas, en los espacios protegidos o regular el toque de las campanas, entre otras. También incluye una serie de restricciones que afectan a los trabajadores por cuenta propia valencianos, en este caso a los hosteleros, pues se quiere prohibir la apertura de nuevos establecimientos a menos de una distancia establecida, como se hacía con los estancos o las farmacias.

La medida que tiene el objeto de impedir la creación de Zonas de Acumulación Hostelera estableciendo unos ratios de distancia para la apertura de nuevos locales. De tal forma, que no se puedan concentrar los establecimientos de hostelería en una misma calle, o alrededor de una plaza, por ejemplo.

La primera vez que se imponen limitaciones a la actividad hostelera

La asociación de autónomos y empresarios del sector de la restauración en la Comunidad Valenciana, SOS Hostelería, criticó duramente la nueva ordenanza municipal y advirtieron que de salir adelante se causará daño a la actividad, al resto de sectores implicados y al empleo. Su presidente, Fidel Molina, explicó que “de publicarse la ordenanza, sería la primera vez en España que se impone un ratio para la apertura de nuevos bares. No conozco ninguna ciudad, ni ninguna Comunidad Autónoma en la que exista este tipo de restricciones. Se está coartando la libertad de la gente a la hora de emprender y de poner en marcha un negocio” aseguró.

A su modo de ver, “quien ha impulsado la elaboración de esta normativa desconoce nuestro negocio y no sabe que un establecimiento vecino retroalimenta al otro. Es una forma deliberada de causar un perjuicio” denunció. Molina cree que la ordenanza sería un agravio comparativo para la ciudad de Valencia, con respecto a otros lugares de España. Y puso de ejemplo, la Calle Laurel en Logroño, conocida por sus bares consecutivos de pinchos; o la Plaza Mayor en Madrid que está rodeada de establecimientos hosteleros.

La Confederación Española de Hostelería de España (CEHE) considera que para abordar el problema de contaminación acústica que generan los establecimientos de la restauración debería partirse de tener una normativa única, pero extensible a cada autonomía. “Ahora mismo es una situación muy complicada, porque partimos de una ordenanza municipal y, por ello, creemos que sería necesario trabajar hacia una regulación común” comentaron fuentes de la patronal hostelera.

Uno de los criterios que se está utilizando actualmente para establecer restricciones es en función de la población que exista al rededor del restaurante. “Por ejemplo, en Madrid se han regulado recientemente las terrazas -que son un importante foco de contaminación acústica – atendiendo a la población que había alrededor. De tal manera, que si la zona era de oficinas se establecían horarios más laxos, mientras que si era residencial los horarios eran más restrictivos”.

Independientemente del tipo de regulación que se establezca, la CEHE cree que debería contarse con los hosteleros en la negociación: “somos parte del problema, pero también de la solución”.

Aún se pueden hacer alegaciones a la ordenanza municipal

La nueva Ordenanza Municipal de Protección Contra la Contaminación Acústica del Ayuntamiento de Valencia fue aprobada en el pleno del consistorio hace apenas unas semanas y se encuentra, en este momento, en periodo de consulta pública, en el que se pueden presentar alegaciones. Por lo que los hosteleros tienen aún algo menos de un mes para presentar sus consideraciones la normativa e intentar luchar por un cambio en los ratios.

“Nosotros vamos a intentar presentar alegaciones y luchar contra los ratios de 30 y 65 metros a para la apertura de restaurantes y pubs. No obstante, esto tiene pinta de que va a salir adelante y que la Ordenanza se hará efectiva dentro de poco tiempo” señaló el presidente de SOS Hostelería, Fidel Molina. En caso de que no se modifique la normativa municipal, los hosteleros valencianos están dispuestos a acudir a la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), para denunciar lo que ellos creen que es un ataque a su sector.

“Vamos a ir a la CNMC y una vez allí, el Ayuntamiento de Valencia deberá demostrar con estudios en qué basa su decisión” dijo Molina. A su modo de ver, el sistema actual que tienen los vecinos, y el consistorio de Valencia para luchar contra la contaminación acústica es efectivo. “Cuando un bar o un pub tiene denuncias por parte de los vecinos debido al ruido que genera, la policía realiza una inspección con un sonómetro. Y si se disparan los límites, te cierran el negocio. No hay un mejor control que éste” aseguró Fidel Molina

Se daña a los establecimientos que sufrieron durante la pandemia

El presidente de SOS Hostelería, Fidel Molina, sostiene que la posible aprobación de la ordenanza será un hecho especialmente dañino para los bares y restaurantes de la ciudad, que están justamente empezando a salir de la crisis derivada de la emergencia sanitaria. “Limitar la recuperación de un sector como la hostelería tras los continuos cierres y las restricciones sufridas durante la pandemia es un ensañamiento por parte del Ayuntamiento de Valencia” dijo Molina. Y añadió que es “incomprensible y cruel” que el consistorio valenciano no tenga en cuenta que la hostelería es una actividad que supone el 1% del PIB de la Comunidad Valenciana. Actualmente, en base a datos proporcionados por SOS Hostelería, en Valencia ciudad puede haber unos 2.500 bares, que dan empleo a una unas 10.000 personas.

Molina cree que los nuevos ratios afectarán especialmente a los locales que tuvieron que cerrar durante la emergencia sanitaria, que ahora están parados y que esperan a un nuevo hostelero que vuelva a subir su persiana. “La situación que tenemos ahora mismo es muy distinta a la que nos enfrentábamos hace unos años. Con el estallido de la pandemia, muchos hosteleros se vieron envueltos en problemas económicos y se vieron en la tesitura de tener que cerrar y bajar para siempre la persiana de su negocio” relató Molina.

Son precisamente estos bares, que se busca ahora vender o traspasar, los que más podrían verse perjudicados por la nueva normativa, ya que muchos se encuentran a menos de 30 metros de otro establecimiento. En este sentido, Molina advirtió que la limitación de la apertura de bares puede traer consigo un incremento en el coste de las licencias de actividad, bien sean de un bar o de un restaurante. “Si se limita el número de licencias que se pueden emitir, mayor será la demanda, el coste que tenga que pagar el autónomo y el importe que recaude el Ayuntamiento” dijo.

Por último, el presidente de SOS Hostelería enumeró todos aquellos sectores de actividad que podrían verse dañados, al igual que la restauración, por los futuros ratios. “La decisión afecta absolutamente a todo y no sólo a los emprendedores que quieren poner un bar o los trabajadores que no van a ser contratados. Esto es un tema que afecta al sector inmobiliario y a todo el canal horeca (que proporciona comida y bebida a los restaurantes y bares)”.