La tecnología lo barre o lo transforma todo

Los negocios para autónomos con menos tirón en el siglo XXI

La transformación tecnológica de la sociedad es un hecho irreversible que está dando un vuelco a las actividades laborales. Algunas están en trance de desaparecer y muchas, en vías de reconversión. Las que más peligro corren, para un autónomo, son aquéllas que sirven de intermediación entre clientes y servicios, como agentes inmobiliarios, vendedores de seguros o conductores individuales. La gran excepción son diversos oficios manuales, que están en auge y ofrecen oportunidades si se saben reconducir.

venta de casa
Los negocios para autónomos con menos tirón en el siglo XXI

El Foro Económico Mundial publicó en 2016 un informe según el cual hasta 2020 se perderán siete millones de empleos en el mundo debido a los cambios producidos por la industria 4.0 o tecnológica. Dicho estudio predice una desaparición paulatina de actividades laborales, muchas de ellas ejercidas por trabajadores autónomos.

Las que están llamadas a desaparecer se basan, sobre todo, en la intermediación entre los clientes y los servicios. La tecnología digital va a dar al traste con negocios tales como las agencias de viaje, los agentes inmobiliarios o los agentes de seguros. La conexión del cliente a través de internet con las empresas que le ofrecen paquetes de viajes, ofertas de viviendas o seguros de todo tipo hace innecesaria la labor de una persona física que le venda estos productos.

Según la Universidad de Oxford habrá (empiezan a existir ya) agentes virtuales que, mediante preguntas sencillas y utilizando una combinación de inteligencia artificial y big data (acumulación digital masiva de datos de todo tipo con procedimientos para su análisis), presenten el mejor seguro, la mejor vivienda o el mejor viaje. De hecho, ya está ocurriendo que el consumidor consulta directamente en páginas web la mayoría de los servicios que precisa.

La inteligencia artificial también se pueda llevar por delante actividades tan cotidianas como la de los conductores individuales. Chóferes particulares e, incluso, los taxistas son susceptibles de desaparecer en 2040, según la Universidad de Oxford, sustituidos por la robótica y coches totalmente autónomos.

tienda flores

El comercio minorista 

El área de negocio que más cambios está experimentando es la del comercio minorista. La extensión de las compras online, las grandes superficies y los horarios indefinidos van a barrer a multitud de pequeños comercios. Pero no todo es negro. Ya se está observando una “autorreconversión” de estos negocios. Un ejemplo son las floristerías. Pocas sobreviven ya a las ventas de los grandes almacenes y los pedidos de entrega inmediata. Sin embargo, los autónomos que amen este mundo ya saben que el paisajismo o la “arquitectura de jardines” son sus salidas. Lo mismo ocurre con el textil. Salvo pequeñas tiendas de barrio, los comercios de ropa ofrecen a día de hoy productos más propios que no se pueden encontrar fácilmente en las grandes cadenas. Y así con cualquier comercio que se piense. La transformación supone personalizar productos y diferenciar el servicio.

Los oficios manuales

La segunda gran causa de desaparición de actividades es la de la manualidad frente a la producción en serie. La fabricación a gran escala hace innecesarios profesionales que trabajan la materia prima y la mayoría de los oficios manuales están en fase de desaparición desde hace años.

Ahora bien, como en todo, hay matizaciones e importantes. No es lo mismo un afilador, dedicado a mantener objetos cortantes como cuchillos y tijeras en buen estado y que ahora ha sido reemplazado por aparatos o por productos nuevos en una tienda, ni tampoco un herrero, que producía multitud de objetos imprescindibles y que en la actualidad no es más que un hobby, a otras actividades.

fabrica toneles

Lo que se conoce por artesanía es hoy un campo que no sólo se resiste a sucumbir sino que está en alza y ofrece rentabilidad. Actualmente existen en España unos 200.000 trabajadores por cuenta propia que se dedican a oficios manuales y que representan el 0,4% del PIB, según datos del Ministerio de Energía (antes Industria). “Están proliferando los talleres artesanales que fabrican un producto en todas sus fases, a mano y en pequeñas producciones, abiertos al público porque lo venden allí mismo”, ha declarado a AyE el presidente de Oficio y Arte (Organización de los Artesanos de España) Manuel González Arias.

La tendencia a consumir artículos de más calidad, hechos a mano y con materiales que no dañan el medio ambiente está resucitando oficios que podían pensarse barridos por la tecnología. El gusto por lo duradero está propiciando que actividades como la de guarnicienero, ebanista, restaurador de obras de arte, espartero o tallador de piedra empiecen a ser rentables para todo aquel emprendedor que quiera embarcarse en ellas. Aprendizaje concienzudo, trabajo paciente y buenos proveedores de materias primas son las bases de muchos autónomos que se lanzan a unas actividades completamente alejadas del mundo 4.0.

Un aspecto fundamental de estos negocios, derivado de su propia producción, es que van dirigidos a clientes de mucho poder adquisitivo y muy exigentes. El oficio de guarnicienero surte hoy en día a las firmas de lujo de Europa; los toneleros han dejado de fabricar sus barricas para las necesidades de su pueblo y proveen a las bodegas de marca; y los alfareros cobran muy caro su trabajo con el barro. La renconversión lo es todo y, si no, ahí están los antiguos barberos, hoy peluqueros masculinos, o los panaderos, de vuelta al negocio por tendencias gastronómicas que buscan lo artesanal.