La vuelta al cole supone el 70% de sus ventas anuales

La otra cara de la crisis de la pandemia: salvó a muchas librerías de barrio

El confinamiento incentivó la lectura y esto repercutió en una apuesta por las librerías de barrio. Negocios que dicen haber mejorado sus ventas y que esperan obtener con la vuelta al cole el 70% de sus ganancias anuales.
La pandemia atrajo nuevos lectores a las librerías
La pandemia atrajo nuevos lectores a las librerías
La otra cara de la crisis de la pandemia: salvó a muchas librerías de barrio

La pandemia supuso un punto y aparte para todo el país y para que muchos autónomos se reformularan. Durante el confinamiento muchos españoles se lanzaron a aprender idiomas, a digitalizarse y a hacer cursos de formación y todo ello fue acompañado de uno de los vicios más saludables que puede existir: la lectura. Durante los meses en que toda España estuvo obligada a no salir de casa, el número de lectores aumentó considerablemente y esto se ha reflejado en las buenas sensaciones que actualmente tienen los autónomos y pequeños negocios de las librerías. En especial los comercios de barrio que, gracias a las ventas durante el Estado de Alarma, han evitado cierres y ha sumado nuevos emprendedores que han abierto nuevos negocios en el sector. Asimismo, con la llegada de septiembre y el comienzo del curso escolar, los autónomos del sector esperan percibir el 70% de sus ganancias anuales.

“Al principio teníamos miedo, como todos los negocios que han sufrido esta dura pandemia. Sin embargo, nos hemos sentido muy respaldados por los barrios. En el confinamiento se ha recuperado el valor de la lectura, no todo el mundo estaba viendo Netflix”, valoró María José Acuña, portavoz de Librerías Madrid. A pesar de que el sector preveía grandes caídas en sus ingresos, la conciencia por lo local, por los negocios de barrio, ha impulsado a este colectivo que goza de buena salud. Asimismo, aquellos emprendedores que contaban con una página web o comercio electrónico han aumentado considerablemente sus ventas.

“Las librerías son grandes dinamizadores culturales y las nuevas tecnologías han respaldado al sector. Quienes no estuvieran en el ecosistema digital, han visto el valor que tiene estar en Internet”, apuntó Acuña. De hecho, herramientas tan importantes para el futuro de los autónomos como las redes sociales han ayudado a potenciar el atractivo de este colectivo. “Durante el confinamiento los libreros emplearon las redes sociales para estar en contacto directo con sus clientes, hacer presentaciones de libros y ofertar el catálogo de sus tiendas en plataformas como Instagram o Facebook”, añadió la portavoz.

Asimismo, durante el confinamiento las editoriales no pararon su actividad, lo cual supuso que en la temporada de verano del 2020, con la reapertura de los negocios, salieran al mercado cientos de títulos nuevos, lo que sirvió como reclamo extra para todos aquellos clientes que se reencontraron con la lectura en el confinamiento. Ventas que supieron la apertura de nuevos negocios en capitales como Madrid, que suma más aperturas que cierres en este contexto de crisis. “Jóvenes emprendedores de 30 años están consiguiendo que las librerías sean un nicho de mercado fuerte donde fomentar y difundir la cultura, así como la creación de empleo”, concluyó Acuña.

Septiembre supone el 70% de las ventas anuales de los libreros

Las librerías afrontan septiembre con optimismo. La venta de libros de texto para escolares supone, en muchos casos el 70% de sus ingresos. Sin embargo, este punto supone ciertas desigualdades entre los libreros, dado que la venta de libros escolares está supeditado a las licitaciones públicas donde las comunidades autónomas derivan presupuestos a colegios e institutos para que los alumnos puedan obtener su material escolar de forma gratuita.

Ejemplo de ello puede ser Andalucía. Desde el 2005, el sistema educativo andaluz trabaja codo con codo con editoriales y librerías durante el mes de septiembre. “Los padres van a las librerías con los datos del alumno y los libreros, entregan un lote adjudicado al alumno que posteriormente será pagado por el centro escolar público al que pertenece”, explicó Juan García Villadeamigo, presidente del Gremio Andaluz de Librerías. “Para nosotros este periodo es importantísimo”.

Las papelerías y pequeños libreros se quedan fuera de la venta de libros de texto

Sin embargo, muchas papelerías o pequeñas librerías no pueden acceder, en muchos casos a estos sistemas de licitaciones públicas por no cumplir los requisitos que exige la administración. En este sentido, según la Asociación de Pequeñas Librerías de Madrid, 60 de estos establecimientos tuvieron que cerrar en 2019 por su precaria situación económica, una cifra que se elevó a 129 en 2020.

Datos que se contraponen con las sensaciones transmitidas por Librerías Madrid o el Gremio Andaluz de Librerías que recalcaron el buen momento económico por el que pasa del colectivo y la apertura de nuevos locales en sus comunidades con apenas cierres.

Por ello, las papelerías o pequeños libreros demandan poder tener la oportunidad para también comercializar con los libros de texto durante la campaña escolar. En este sentido, estos negocios, según la Asociación de Pequeñas Librerías de Madrid, tuvieron pérdidas de entre el 45% y 60% por no tener la capacidad de vender libros de texto.

Las administraciones defienden el modelo de licitación para libros de texto

Administraciones como la Consejería de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid, por el contrario, defienden este programa dotado con más de 31,89 millones de euros este curso escolar. Del mismo se beneficiarán 410.000 alumnos en el curso que arranca y contará con 1.437 centros educativos adheridos (1.159 públicos y 278 privados o concertados).

En el curso 2019/2020, según los datos facilitados por la Comunidad de Madrid, en la región hubo un total de 183 adjudicatarios de libros, de los cuáles 121 son autónomos (un 66,12%) y únicamente el 4% eran grandes editoriales.