Ven muy complicado adaptarse a las medidas de seguridad

Los peluqueros están al límite y muchos no podrán reabrir tras la crisis del COVID

Las peluquerías llevan más de un mes y medio cerradas. La mayoría de los dueños de estos negocios son autónomos y están cobrando el Cese de Actividad extraordinario. Sin embargo, aseguran que la prestación no será suficiente para salir de esta crisis. Además, ven muy complicado volver a a la normalidad respetando las medidas de protección contra el virus. 

Los peluqueros están al límite y muchos no podrán reabrir tras la crisis del COVID

Las peluquerías han pasado por varias fases desde que se decretara el Estado de Alarma el pasado 14 de marzo. Si bien, al principio, no estaban incluidas entre las actividades obligadas a cerrar sus puertas, la insistencia de las organizaciones representativas del sector logró que se acabara decretando su suspensión temporal, como sucedió con la hostelería o algunos comercios de venta de productos no esenciales.

Al contrario de lo que pudiera parecer, esta decisión dio un respiro a principios de la crisis a los peluqueros, en su mayoría autónomos, porque, seguir abiertos les impedía acceder a la prestación por cese de actividad extraordinario, en un momento en que apenas si tenían clientes y los gastos seguían corriendo.

El Gobierno cambió la norma y acabó suspendiendo la actividad de los peluqueros, entre otras cosas, porque entendió que era imposible desarrollar este tipo de actividad respetando las medidas de prevención contra el virus. Los peluqueros cerraron sus locales y, ahora, muchos de ellos no saben cuándo podrán volver a abrir. 

A la espera de que el Gobierno concrete cuáles serán las fases de la desescalada y adelante algún calendario para que estos profesionales puedan plantearse la vuelta a la normalidad, los peluqueros intentan sobrevivir como pueden. La mayoría de ellos han solicitado el Cese de Actividad extraordinario, que les da acceso a un 75% de prestación y les exime del pago de sus cuotas. Sin embargo, cuando han pasado ya casi dos meses de confinamiento, para muchos esta prestación está siendo insuficiente para vivir.

Desde el sector advierten que la situación puede ser insostenible si se alarga en el tiempo. Las peluquerías son, en su mayoría, pequeños negocios, sin colchón para resistir un parón de más de un mes y, es posible, que  “muchas acaben cerrando permanentemente,  lo que propiciaría una oleada de despidos en el sector”, explicó Natalia Gutiérrez propietaria de la peluquería Nastha en León.

Además de la falta de ingresos, el sector está preocupado también por la vuelta a la normalidad.  "Después de seis semanas de confinamiento, son muchos los ciudadanos que ansían la reapertura de las peluquerías, a veces, incluso más que la de cualquier otro negocio. Nos han llamado muchos clientes para que les apunte una cita el primer día que podamos abrir”, explicó la peluquera Josefa de la Rosa, propietaria de un establecimiento en Cáceres. Sin embargo, esta peluquera reconoció que todavía no sabe cómo va poder retomar su actividad respetando las medidas de seguridad.

El oficio de los peluqueros hace muy difícil el distanciamiento. La falta de contacto es prácticamente imposible y "la reapertura va a ser muy complicada. Nos tendremos que adaptar a muchos cambios. Además, habrá  que adoptar muchas medidas sanitarias que encarecerán aún más los gastos, antes de obtener algún beneficio. Será todo un reto“,  destacó De la Rosa.

Medidas de prevención para la reapertura

Al reabrir sus negocios, los profesionales del sector tendrán que adoptar en sus establecimientos algunas medidas de seguridad esenciales para evitar contagios. Más aún en un oficio que requiere de tanto contacto con el cliente. “Se colocarán mamparas de metacrilato entre los tocadores para establecer una distancia y se llevará a cabo un control de temperatura tanto de los profesionales como de los clientes que acudan al salón”, explicó Alviz, propietario de una peluquería en Bilbao. Además, los trabajadores deberán disponer de caretas transparentes de protección, mascarillas y guantes a la hora de realizar su trabajo.

Las medidas también afectarán al horario de los empleados, debido a que los locales contarán con un aforo máximo para evitar las aglomeraciones de sus clientes. "Si hay que reducir el aforo, tendremos que ampliar el horario y establecer turnos para poder abarcar la demanda con seguridad. Se desinfectarán de manera continua los sillones y utensilios antes y después de atender a los clientes”, añadió.

Los autónomos de este sector son conscientes del gran esfuerzo económico que supondrá implantar todas estas medidas en sus negocios. Por ejemplo, la compra de material desechable incrementará mucho los gastos de los peluqueros. Además, la desinfección de todo el material supone mucho tiempo entre servicio y servicio, lo que unido a la limitación de aforo en cada local, va a limitar aún más su número de clientes. “La situación puede volverse  insostenible, no vamos a facturar lo suficiente como para poder seguir trabajando”, explicó la peluquera Natalia Gutiérrez. 

Conforme pasa el tiempo, estos profesionales reciben cada vez más llamadas de clientes pidiéndoles realizar sus servicios a domicilio. Si bien podría ser una solución para salir adelante mientras dure el Estado de Alarma, casi todos la han rechazado. 

La mayoría se niegan a cortar el pelo a domicilio

Unos pocos profesionales del sector han optado por prestar servicios a domicilio. Sin embargo, a la mayoría de ellos no les ha convencido esa alternativa y han preferido frenar por completo su actividad, “entendemos que muchos ciudadanos necesitan y demandan nuestro servicio en estos días de confinamiento, pero hemos decidido premiar más la salud que la estética”, señaló Alviz, de Ferrero Peluqueros.

Además, una de las medidas principales de prevención es mantener una distancia considerable de seguridad, por lo que “no nos parecía apropiado ir a casa de un cliente y arriesgarnos a contraerlo o contagiar a la persona”.

Otras de las circunstancias por las que muchos autónomos del sector de la peluquería no han prestado sus servicios a domicilio, es el cese de actividad extraordinario.  “Esta prestación me supone una fuente de ingresos pero también me impide seguir desarrollando mi actividad., explicaron desde el sector.

Por todos estos motivos, los peluqueros se muestran preocupados por el futuro de su profesión tras la crisis del coronavirus. Es posible que se produzca "un cierre masivo de negocios en este sector, la gente se está quedando sin ahorros de los que tirar”, explicó Natalia Gómez, peluquera leonesa. “Sentimos una gran incertidumbre, y tendremos que esperar para ver cómo evoluciona todo, ya que nuestros clientes también están sufriendo pérdidas económicas".

Esta grave crisis sin precedentes va a hacer que “tengamos otra visión laboral a partir de ahora. Ha quedado demostrado que no somos un servicio de lujo, sino que somos necesarios, por lo que esperamos que se tenga más consideración con nuestra profesión”, señaló Mónica Pérez, propietaria de la peluquería Lemos’h Stylistas. 

En otro orden de cosas, este miércoles se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado una lista de CNAE´s con aquellas actividades cuyos autónomos pueden aplazar sus cotizaciones. Una noticia que ha sido bien recibido por el sector, ya que son de los pocos autónomos que están incluidos en esta orden.

Los peluqueros podrán aplazar sus cuotas

Las peluqueros se encuentran entre los doce oficios que podrán solicitar el aplazamiento de sus cotizaciones de mayo, junio y julio, durante seis meses y sin intereses. La moratoria permitirá a los autónomos y empresas solicitar una moratoria de sus cuotas y de las de sus trabajadores. En caso de que se les conceda esta suspensión, los pagos que debían realizar en mayo se trasladarán a noviembre y así sucesivamente con el resto de mensualidades.

Toda ayuda es bienvenida .Sin embargo, los profesionales de la peluquería denuncian la tardanza de esas medidas de protección de cara a sus negocios: “llevamos meses esperando esas ayudas para respirar un poco, estamos muy asustados”, denunció Alviz. Aunque son conscientes de que esa medida puede suponer un respiro para muchos trabajadores del sector, saben que tarde o temprano van a tener que abonar las cantidades correspondientes a los meses en los que se les conceda la moratoria. "A la larga, tendremos que asumir los efectos de esta crisis, que nos ha empobrecido y de las que nos costará mucho tiempo recuperarnos" señaló.