El 46% de los novios ha cambiado la fecha al 2021

El sector de las bodas intenta no cerrar ante el aplazamiento de 17.000 enlaces

Los dueños de negocios de catering, restauración, fotografía, floristería y decoración reivindican una atención especial para mantener sus familias hasta que se celebren las 17.000 bodas que han sido aplazadas por el momento y de las que viven casi exclusivamente. Nadie se plantea un enlace con invitados cubiertos con mascarillas. 

clara brea
Imagen del taller de la diseñadora Clara Brea
El sector de las bodas intenta no cerrar ante el aplazamiento de 17.000 enlaces

Los autónomos que se mueven en el sector de las bodas piden una atención especial para sobrevivir hasta que puedan celebrarse los enlaces matrimoniales que han sido aplazados. De las celebraciones nupciales dependen cientos de pequeños de negocios que se encargan del catering, de la restauración, la fotografía, la floristería y la decoración, entre otras. Se trata de actividades que, a pesar de que están parados totalmente, tienen buenas expectativas porque los novios no han cancelado las bodas, si no que las han atrasado. Siempre y cuando logren mantenerse sin ingresos.

En un año, se puede llegar a celebrar casi 200.000 matrimonios en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un enlace que va, normalmente, unido a la celebración de un evento del que dependen la supervivencia de cientos de miles de autónomos. Desde las tiendas de vestidos de novia, hasta los negocios de catering, pasando por los fotógrafos o las floristerías, todos ellos son sectores unidos a estas celebraciones y que se han visto gravemente afectados por el aplazamiento del número de bodas. Éste año, ya se han aplazado oficialmente 17.000 enlaces por la crisis de COVID-19. Pero serán muchos más porque, todas las bodas que pensaban hacerse en primavera no podrán concentrarse en los últimos meses del año, suponiendo que puedan celebrarse en esa época. Por otro lado nadie quiere celebrar una boda donde los contrayentes y los invitados deban ir con mascarillas y guantes. 

Concretamente, según los datos que maneja la Asociación Nupcial Española (ANE), la mitad de estas parejas (el 48%) ha decido cambiar la fecha de su enlace para el segundo semestre de este año. Éstos mantienen la esperanza y la ilusión de poder celebrar su gran día en una nueva fecha a finales de verano, otoño o invierno, mientras que el 46% ha decido trasladar su gran día un año y han pasado la fecha a 2021. Sólo 6% de las parejas aún no sabe qué hará y están indecisos sobre cómo afrontar la situación.

Asimismo, informan desde la ANE, el principal motivo que tienen las parejas para posponer un año su compromiso, así lo indicaron el 81% de los novios, es que as parejas, para posponer la boda no saben hasta cuándo durará todo esto. El resto alega, simplemente, que querían que su fecha fueran en una temporada o mes concreto o que el restaurante que habían contratado no tenía fechas disponibles y que prefieren esperar. 

La decisión de estas parejas tiene un efecto casi inmediato en las cajas de muchos de negocios. El director de Expobodas, Manuel Maya, explicó que los actividades del sector nupcial iban, por lo pronto, a dejar de obtener un 50% de sus beneficios y que, en muchos caso, ese porcentaje se transformaría en pérdidas. "Hay ya muchas celebraciones que se han aplazado a 2021, por lo que pueda pasar" dijo Maya. 

La situación por la que está travesando actualmente el sector nupcial no es ni de lejos la que vivía a principios de años cuando "teníamos mucho trabajo", reconoció el organizador de bodas, Migue Ángel Minuesa. También lamenta "la tonelada de correos electrónicos de clientes que cancelan sus bodas debido al COVID-19 y que ahora quieren ceremonias rápidas y pequeñas”. 

Sin embargo, y a pesar del elevado número de atrasos, las expectativas generales que tiene el sector son buenas ya que el número de cancelaciones es casi nulo. A nivel mundial, el 93% de las parejas cuyas bodas fueron afectadas por el virus están reprogramándolas, mientras que un 7% las cancelan directamente, según el portal TheKnot.com, que planifica bodas.

Los trabajadores autónomos de las bodas

Sin no se hubiera producido la pandemia la actividad de miles de autónomos que dependen del sector nupcial sería frenética. Fotógrafos, diseñadores, floristerías y catering, entre otros, estarían preparándose y ultimando los últimos detalles de estos enlaces. Sin embargo, no solo están parados, sino que no saben cuándo ni en qué condiciones van a poder retomar la normalidad. Y es que, se trata de negocios que viven casi exclusivamente de estas celebraciones.

“Este era nuestro año”, dijo Gema de Guían Catering, negocio que vive en gran parte de estos eventos y cuyas pérdidas superan el medio millón de euros. Y no solo eso, sino que unas cuarenta familias dependen del negocio: empleados, gestores, alquiler de camiones que no pueden anular el renting, proveedores… “No hemos tenido ninguna anulación, pero hemos pospuesto ya el 40% de las fechas”, dijeron desde el negocio de catering. Tanto es así que, desde ANE - Asociación Nupcial Española -, han informado que “tan solo un 2% ha tenido que reducir el número de proveedores o cambiar de finca o restaurante para contar con una fecha de su agrado”. A lo que añaden que “de no poder celebrarlo en 2020, un 70% de las parejas ya tiene un plan B con los profesionales de su boda”. 

Pero algunos son optimistas: “Hay empresas del sector que han decido cerrar, nosotros estamos deseando ponernos en marcha”, informaron desde Guían. De hecho, esperan volver a poder celebrar eventos a partir de julio.

Los talleres de diseños de boda también están sufriendo. “Teníamos unas 90 novias para este año. De momento unas 60 aplazan la boda y tengo algunas que entre este mes y el que viene van a tomar la decisión, pero muy probablemente cambien su fecha al año que viene”, contó la diseñadora de vestidos de novia Clara Brea. A lo que añade: “en mi caso mis pérdidas son de unos 90.000 euros. Lo bueno es que el porcentaje de cancelación es nulo y todas lo pasan al año que viene”.

Por su lado, el diseñador Lorenzo Martínez tenía dos parejas de novios a los que confeccionar trajes. “Me ha atrasado todos los encargos al año que viene, por lo que tengo las telas compradas, pero no he ingresado nada”, explicó.

Las floristerías es otro de los sectores que está sufriendo el parón. Aunque muchos intentan vender online, “no es lo mismo”, dijo la floristería María Aliaga. Tal y como informan desde AEFI - Asociación Española de Floristas -se trata de un sector que da trabajo a más de 30.000 personas entre autónomos y trabajadores por cuenta ajena. “Las bodas son nuestro fuerte y están paradas, pero tenemos que seguir pagando todos los gastos que conlleva el negocio mientras nuestro producto se marchita y se pierden nuestros meses más potentes”, dijo la floristería Aliaga.

Los peluqueros, maquilladores y fotógrafos son otros profesionales a los que esta situación les afecta de lleno. La mayor parte de ellos han convertido su agenda en un puzle para cuadrar todas las propuestas de aplazamiento, porque, si no consiguen hacerlo, probablemente pierdan los clientes. ¿El mayor problema? No saben si podrán afrontar la avalancha de eventos en el futuro. “Como es lógico están cambiando fechas. El problema es que empiezan a coincidir con otras que ya teníamos y organizar cuadrar todo en la agenda está siendo complicado”, explicó el estilista de cabello Renato Nuez.

Asimismo, hay negocios como puede ser una joyería o una imprenta de invitaciones, que están sufriendo la crisis, pero no por la cancelación de bodas. “Tenemos la joyería cerrada y no facturamos nada, pero el porcentaje de ventas que nos viene de un enlace nupcial no es nuestra principal fuente de ingresos”, aclararon desde la joyería Lizaga.  A lo que añaden desde Sheedo, abricantes papel con semillas plantable, que tienen la web cerrada por conciencia social y por tanto las invitaciones y regalos de boda.

¿Cómo afecta la desescalada por fases?

Muchos prefieren esperar, ya que no se habían imaginado su boda con un protocolo que obligase a llevar mascarillas, a mantener las distancias ni a tomar la temperatura a conyuges e invitados. Y es que, están todos expectantes de qué medidas tomará sector para reactivar la actividad. Además, la celebración de estos eventos incluye invitados que vienen de fuera y no saben dónde se van a alojar, ni si van a poder moverse por las fases de desescalada que ha propuesto el Gobierno.

Desde ANE - Asociación Nupcial Española -, han hecho un resumen de cómo afecta cada fase a la celebración de bodas y ceremonias. Así, en la fase 1 solo se permiten ceremonias íntimas, en la segunda celebraciones para un número limitado de invitados, mientras que en la tercera se permite un número más amplio, pero sin especificar.

De esta forma, en la fase 1 se baraja la apertura de lugares de culto, aunque siempre con aforo limitado a un tercio de su capacidad. Así, serán posibles las pequeñas ceremonias, no obstante cada región deberá confirmar con las entidades eclesiásticas y registros civiles si se cumplirá la apertura. Poco sabemos a cerca de las posteriores celebraciones o convites en esta fase del desconfinamiento, pero todo apunta que por el momento no serán viables ya que se detallan fuertes restricciones para los establecimientos de restauración (solo podrán abrir los espacios de terraza con limitación de aforo al 50%).

Si todo va bien, parece ser que en la fase 2 del proceso, serán posibles los encuentros sociales en grupos para personas no vulnerables ni con patologías previas. Es en esta fase cuando el Gobierno plantea iniciar la celebración de bodas para un número limitado de personas, dato que todavía sigue sin ser especificado. Eso sí, en esta fase se amplía la capacidad de las ceremonias religiosas, pasando del 33% del aforo al 50%. Seguimos sin conocer si las celebraciones posteriores serán posibles y para cuantas personas como máximo. Aunque puede servirnos de orientación fijarnos en las medidas aplicadas a los conciertos: si son al aire libre, se permitirán hasta 400 personas, siempre y cuando estén sentadas. 

Una vez alcancemos la fase 3 (recordemos que cada comunidad o región lo hará a su debido tiempo), podremos hablar ya de una apertura más generalizada de todas las actividades, pero siempre manteniendo las medidas oportunas de seguridad y distancia. En este sentido, el plan contempla una ampliación del número de asistentes a una boda con respecto a la anterior fase, no obstante sigue sin especificar el número máximo de asistentes.

Medidas que propone el sector para poder reactivar las bodas

Sin protocolo de actuación oficial, cada uno se prepara volver a la “nueva normalidad” de la mejor manera posible. “Recibiré a las novias de una en una y con mascarilla”, dijo el atelier de Clara Brea.

También cabe mencionar que todos los sectores dependen de los catering y los espacios de celebración, ya que las bodas giran en torno a ellas. “Los novios adaptan todo el evento entorno a la disponibilidad de la finca en la que quieren celebrar el enlace”, explicó el organizador de bodas Miguel Ángel Minuesa.

Pero son los que más complicado lo tienen son. Y es que, las aglomeraciones no están permitidas y no tienen unas pautas oficiales para poder comunicar a sus clientes. Sin embargo, se preparan para afrontar la reactivación cuanto antes y exigen medidas al Gobierno.No hemos recibido unas pautas oficiales, pero estamos intentando seguir el mismo protocolo que la hostelería y el comercio”, apuntaron desde Guían Catering.

Cada negocio por su lado se está preparando y mandando sus propuestas, pero todas coinciden en que son eventos cercanos. “Hemos comunicado que son reuniones de familiares y amigos en los que podremos tener control”.

Para que el sector sea reconocido a nivel estatal y demostrar que aportan riqueza al país, los profesionales de bodas se han unido creando APBE - Asociación de Profesionales de Bodas en España. Los asociados podrán beneficiarse de asesoramiento laboral y fiscal, formación y de las medidas reguladoras que se tomen de la mano del Gobierno, destaca el presidente y fundador de la Asociación, Isaac Amselem. En la nota de prensa en la que se presentan oficialmente afirman que quieren representar al sector y transmitir al Gobierno de España que son una buena parte de la economía de nuestro país, y que desde su sector, no solo se genera economía del sector bodas, también forman parte del Turismo de España.

“Estamos deseando que nos den un protocolo para reactivar el sector lo antes posible y nos vamos a volcar en la vuelta al 200%”, concluyen desde los negocios nupciales.