Llevan dos años sin apenas facturar nada

La sexta ola de contagios -y que los niños no estén vacunados- da la puntilla a los pequeños negocios del ocio infantil

La sexta ola ha sido el golpe final para los autónomos del ocio infantil. Tras dos años sin apenas facturación y cuando parecían mejorar las cosas, el miedo a los contagios ha provocado de nuevo cancelaciones masivas.

Los centros de ocio infantil pierden el 100% de sus ingresos.
Los centros de ocio infantil pierden el 100% de sus ingresos.
La sexta ola de contagios -y que los niños no estén vacunados- da la puntilla a los pequeños negocios del ocio infantil

Hay sectores del tejido productivo que no ocupan las cabeceras de los grandes medios pero que producen riqueza y dan mucho empleo. Este puede ser el caso del ocio infantil, locales que ocupan grandes salas para la celebración de eventos –desde comuniones a cumpleaños- que, desde el inicio de la pandemia, apenas han recibido facturado, ni recibido ayudas, y que siguen asfixiados por el incremento de sus costes fijos. Precisamente, a finales del 2021,  cuando la normalidad parecía dar un balón de oxígeno a estos autónomos, la sexta ola ha terminado por darles la puntilla. Cancelaciones masivas de eventos han conllevado que, en el mes de diciembre, estos emprendedores hayan perdido el 100% de sus ingresos.

El presidente de la Asociación de Centros de Ocio y Tiempo Libre Infantil de la Comunidad de Madrid (ACOPAM), Juan Carlos Nieto, explicó la terrible situación que acontece al sector. Cuando la vuelta de los niños al colegio había supuesto un filo de esperanza para recuperar las pérdidas continuadas de estos dos años de pandemia, la sexta ola, las restricciones de aforo y el miedo generalizado al virus, ha desbaratado todos los eventos y reservas que se preveían para final de año. “Somos un enfermo terminal al que le ha llegado un resfriado. Estamos muertos, en el último mes hemos perdido entre el 90% y 100% de la facturación”, explicó el presidente de ACOPAM.

 “Durante octubre y noviembre estábamos funcionando casi con normalidad. Sin embargo diciembre ha sido de nuevo un paso atrás”, añadió Nieto. El hecho de que los menores no estén vacunados supone que los padres no quieran exponer a sus hijos a eventos. No obstante, estos autónomos llevan meses implementando medidas de seguridad e higiene acordes a las normas que exige la Administración. En este sentido se han endeudado para poder asumir muchos costes fijos, en especial la luz y el alquiler, que en muchos casos, explicó Nieto, no han podido cubrirse y ha conllevado despidos, deudas tributarias y cierre de locales.

Las cancelaciones están siendo masivas y los lleva a la ruina

En la Navidad, los centros de ocio infantil preparan eventos con carteros reales, regalos y decoración acorde a las fechas. “A finales de octubre notamos que existía una cierta mejoría. En Halloween conseguimos recuperar algo de público. Hace unas semanas preparé la fiesta de la Navidad con los Reyes Magos, regalos y diversiones para los niños. Apenas acudieron 20 personas y todo ese despliegue sale de tu bolsillo”, sopesó Nieto.

Al preparar fiestas cumpleaños, eventos como la Navidad o similares, los clientes suelen pagar por adelantado alguno de los costes de comida y decoración para reservar el local y hacer los preparativos pertinentes. No obstante, la variante Omicron ha conllevado que prácticamente la totalidad de las reservas hayan sido anuladas, perdiendo aquellos productos que ya se habían adquirido para los eventos y teniendo que devolver la totalidad de la seña a los clientes.

Asimismo, según afirman desde ACOPAM, existe la posibilidad que la entrada de los alumnos los colegios se retrasen hasta que bajen los contagios. “Nosotros vivimos de que los niños vayan al cole. Se relacionen, vayan a fiestas de cumpleaños, jueguen y se diviertan. Si están en casa encerrados esa posibilidad no existe. Esto supone que al mes de diciembre le tengas que sumar un enero en el que prevemos que tampoco haya ningún tipo de ingreso”. En este sentido, las cancelaciones, como explicó Nieto le derivan a una situación aún más drástica: “No sé si voy a poder pagar el local el próximo mes. No sé si vamos a sobrevivir”. Además, otras de las grandes preocupaciones recaen sobre el precio de la luz, donde el emprendedor afirmó que en el último año su factura eléctrica aumentó en 1.000 euros más al mes.

El Ocio Infantil denuncia que no ha recibido ningún tipo de ayuda

Los autónomos de los centros de ocio infantil se sienten desamparados. Ramiro González, propietario de ocho locales centro de ocio infantil, de los cuales ha tenido que cerrar cuatro por la pandemia, explicó la impotencia que existe en el sector al no haber podido recibir ningún tipo de ayuda por parte del Estado. “¿Cómo es posible que los medios de comunicación de este país no pongan en sus cabeceras que el 50% de las ayudas para el tejido productivo no se han repartido? Esto es una locura”. Asimismo, el autónomo enfatizó que nadie se está acordando del sector y que son muy pocas las comunidades, como Andalucía o Cataluña, que han intentado preocuparse del estado actual de estos trabajadores por cuenta propia.

“Yo no tenía deudas con nadie. Por lo tanto no pude acceder a las ayudas directas. Mi negocio era rentable. Nos prometieron miles de ayudas. Pero ¿Cómo es posible que por negligencias no se ayude a los que levantan cada día a este país? No saben siquiera repartir el dinero y encima tendrán que devolverlo. Esto inaudito”, añadió González.

Los autónomos del ocio infantil reclama su posición como negocio esencial

La reducción de aforos y restricciones que afectan principalmente al ocio infantil es por su catalogación como negocio no esencial. En este sentido, Ramiro González advirtió de la importancia que tiene en estos tiempos tan difíciles la salud mental para los niños españoles. “Los niños han estado un año encerrados en sus casas, sin convivir con otros niños ni ir a la escuela. En nuestros centros, aparte de tener un carácter didáctico, encuentran un espacio de juego seguro donde poder crecer y desarrollarse”, comentó el autónomo. “Los niños, al igual que nosotros, están abandonados”, concluyó.