El 10 % de los electrodomésticos son reemplazados antes de los cinco años

La UE ha dictado normas contra el ‘usar y tirar’ que afectan a los autónomos

La Comisión Europea ha dictado un paquete de medidas para mejorar la eficiencia y el diseño de electrodomésticos. El objetivo de estas normas es disminuir los efectos de la denominada obsolescencia programada.  Por ello, los emprendedores que utilicen estos aparatos  tendrán que adaptarse a la normativa.

La UE ha dictado normas contra el ‘usar y tirar’ que afectan a los autónomos

En una sociedad de consumo, caer en el hábito del ‘usar y tirar’ es cada vez más frecuente. Se han abandonado las costumbres de llevar algo a reparar cuando este se rompe, lo que ha llevado a los propios proveedores a acortar en el tiempo o extinguir, el suministro de recambio o los servicios técnicos postventa. Ante esta realidad, la Comisión Europea ha puesto en marcha un paquete de medias entre las que se incluye ampliar el tiempo de disponibilidad de piezas de repuesto de los electrodomésticos. En el caso de las neveras, ha establecido un mínimo de siete años después y diez años en el caso de lavadoras y lavavajillas.  Por ello, los emprendedores de este sector deben tomar nota y adaptarse.

Tal y como informa Bankia, con este paquete de medias, la Comisión Europea confía en que para 2030 se haya generado un ahorro de 167 teravatios/hora por año; así como una reducción de más de 46 millones de toneladas de CO2 y un promedio de 150 euros al año en todos los hogares europeos. Según la Comisión Europea “al mejorar la vida útil, el mantenimiento, la reutilización, la actualización, la reciclabilidad y el manejo de residuos de los electrodomésticos”, se emprende uno de los mejores caminos para alcanzar los objetivos para una sana economía circular.

Este paquete de medidas se enmarca en el plan de Economía Circular, y que se incluirá en el Pacto Verde Europeo, que tiene como objetivo hacer que la economía europea sea apta para un futuro verde, fortalecer la competitividad al tiempo que se protege el medio ambiente y otorga el derecho de los consumidores.

Se trata de garantizar que los recursos utilizados se mantengan en la economía de la unión Europa durante el mayor tiempo posible. Es decir, se persigue que los productos diseñados dentro de la Unión Europea presenten una duración más prolongada, a la vez que se garantiza que los usuarios tengan más información sobre la reparabilidad y durabilidad, para que pueda ejercer su derecho a reparar.

Además, con este paquete normativo, la Unión Europea también quiere mejorar el reciclaje de los materiales. Una vez se haya logrado alargar lo máximo posible la vida de los productos, estas piezas y materiales tienen que posibilitar que sean tratados de manera que puedan reutilizarse o contaminen lo menos posible.

Normativa concreta en el ámbito español

En el caso de la normativa española, se estipula que las piezas de repuesto deben estar disponibles durante un mínimo de cinco años a partir del momento en el que el producto deja de fabricarse. En lo que se refiere a los aparatos de uso domésticos, este plazo se ve ampliado a un mínimo de siete años.

Este paquete de medidas por parte de la Comisión Europea ha llegado frente al hecho de que la esperanza de vida de los electrodomésticos se reduce cada vez más, hasta el punto de que el 10 por ciento de los grandes electrodomésticos son reemplazados antes de los cinco años, algo que no beneficia a los ciudadanos.

Las medidas de la Comisión Europea, que entrarán en vigor en 2021, inciden en mejorar el diseño con enfoques ecológicos, con idea de que los productos que salen al mercado puedan ser más fácilmente reciclables cuando les llegue el momento de retirada. Además, como hemos apuntado, el paquete normativo presenta el objetivo de que un electrodoméstico pueda tener una vida útil de, como mínimo, diez años y que llegado el momento de ser desechado su reciclaje sea fácil y se aproxime al cien por cien de aprovechamiento.

En este sentido, los estudios y análisis que se están realizando sobre el impacto de estas medidas coinciden con las previsiones presentadas por la Comisión Europea. Así, subrayan que estamos ante unas medias que puede tener un impacto   global de hasta 60.000 euros en una familia compuesta por cuatro personas. Lo que supone mucho en el caso de los autónomos. A lo que hay que sumar el impacto en la calidad medioambiental, ya que la obsolescencia de los electrodomésticos puede generar hasta 50 millones de toneladas de residuos al año.

Aunque la Unión Europea ha comenzado con diez reglamentos sobre productos que se pueden encontrar en todos los hogares, se espera que estas medias se amplíen en breve a otras muchas categorías de máquinas y electrodomésticos.