La bajada del impuesto les ayudaría a superar la crisis

Los veterinarios piden que se les considere sanitarios y sus servicios queden exentos de IVA

La crisis del COVID-19 ha demostrado que los veterinarios dan un servicio esencial a la ciudadanía. Sin embargo, su actividad no se considera sanitaria y está gravada al 21%. Esto hace que sus servicios sean muy caros y dificulta la reactivación del sector.

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Los veterinarios piden que se les considere sanitarios y sus servicios queden exentos de IVA

El sector de la veterinaria ya venía acusando cierta precariedad antes de la pandemia, debido a que el número de veterinarios que sale de las universidades es mucho mayor al que el mercado es capaz de absorber. La crisis del Covid-19 ha supuesto otro duro golpe en la profesión. Durante el Estado de Alarma, la actividad de este colectivo permaneció como esencial. Sin embargo, muchas de las clínicas regentadas por autónomos y pequeños empresarios decidieron atender únicamente las urgencias. Al igual que los odontólogos y fisioterapeutas, cuando se colapsó el sistema sanitario, los profesionales veterinarios cedieron su material de protección a los hospitales, de manera que se quedaron sin medios para desarrollar su actividad.

En España hay casi 7.000 veterinarios que ejercen su actividad por cuenta propia. Es precisamente a esta parte del sector a las que más ha afectado la crisis sanitaria. “La mayoría de los veterinarios clínicos son autónomos que han disminuido considerablemente su actividad y facturación durante el confinamiento”, explicó Luis Alberto Calvo presidente de la Organización Veterinaria Española (OCV).

“Hay clínicas que, desde que se decretó el Estado de Alarma, han atendido sólo las urgencias. Esto puede dar algún ingreso, pero en muchos casos no da para mantener un negocio”, señaló el presidente. Además, se suma el “aumento en el precio del material preventivo, que produce un desajuste difícil de sobrellevar”, añadió.

La crisis también ha afectado a la economía de las personas, lo que incide directamente en los negocios. "Antes, los clientes compraban el saco de pienso de 60 euros y ahora han pasado al de 30”, comentó la veterinaria autónoma, Blanca Pérez-Tabernero. “Tengo compañeros que van a tener que cerrar sus clínicas porque no aguantan el grado de inactividad y la disminución del trabajo”, añadió.

Exigen que se les reconozca como sanitarios

La profesión de los veterinarios se fundamenta en la salud de los animales y la prevención pública de cara a las enfermedades que éstos puedan contraer, y transmitir al conjunto de la sociedad. Sin embargo, la labor que ejercen estos profesionales aún no está incluida en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

“Si no fuera por la labor de inspección de los alimentos diaria, el control de puestos fronterizos y el trabajo en I+D que llevan a cabo los veterinarios, estaríamos continuamente con intoxicaciones o epidemias”, explicó Luis Alberto Calvo. Es por ello, que el sector reclama que “no sólo seamos el médico de los animales, que también se reconozca nuestra labor en la protección de la salud del conjunto de la sociedad”, añadió el presidente de la OCV.

Al estar fuera del sistema de salud, no pueden acceder a ninguna especialidad sanitaria, ni tampoco a las relacionadas con la salud pública. Estas especialidades son las conocidas como residencias, que se llevan a cabo en hospitales, entre las que destaca la de Médico Interno Residente (MIR) o Enfermero Interno Residente (EIR), y son las que permiten a los profesionales trabajar en los centros sanitarios públicos españoles.

Y una de las consecuencias más directas en la profesión de no estar incluidos en el SNS, es el IVA que se impone a su actividad. Los servicios veterinarios se gravan al mismo tipo que las joyas, los vehículos o cualquier otro artículo de lujo, cuando no deja de ser una actividad que vela por la salud.

“Es totalmente abusivo, desproporcionado e injusto que nos apliquen el 21%, cuando el resto de profesiones sanitarias tienen una exención del IVA ”, denunció Calvo. Esto ha afectado mucho a la economía de las clínicas veterinarias y a la de los ciudadanos, ya que el cuidado de sus mascotas está sujeto al mismo impuesto que las joyas o los vehículos.  Esto acarrea que se descuiden  más y se deje pasar más tiempo entre las visitas que se hacen al veterinario.

“La gente cada vez se está concienciando más de la importancia de nuestra labor, pero el hecho de que no estemos considerados como sanitarios y se nos aplique un IVA tan alto, ha provocado un descenso muy grande en nuestra actividad”, explicó Roberto Díez, propietario de una clínica veterinaria.

Los autónomos del sector aseguran que sólo con una exención que, consideran, les corresponde como profesionales de la salud, podrán hacer frente con garantía a esta crisis.

No participaron en la gestión del Covid-19

Por otro lado, el sector de la veterinaria no entiende que el Gobierno no haya contado con su experiencia para gestionar la crisis sanitaria del Covid-19. Ellos han sido los profesionales olvidados en la gestión de la pandemia, cuando son los que más acostumbrados están a trabajar con epidemias y zoonosis como el Covid-19, una enfermedad que se transmite de animales a humanos.

“Los veterinarios eran fundamentales en esta situación. Nuestra vocación es la prevención, y eso es justo lo que ha fallado en esta crisis”, explicó el presidente de la OCV. “Se ha apostado al 100% por el sistema existencial en los hospitales y ahí no es donde se vence el coronavirus, el virus se vence dónde se encuentra, que es en el exterior”, añadió.

En la veterinaria estamos muy acostumbrados a trabajar con epidemias, todos los años se sanea todo el ganado que hay en España y se realiza el análisis de todas las posibles enfermedades. Tenemos mucha experiencia en el control de la zoonosis”.

Desde la Organización Veterinaria Española, consideran que “no se han llevado a cabo los protocolos de prevención y control adecuados de la Covid-19, ni una vigilancia epidemiológica correcta y a tiempo. Es inexplicable que no hayan contado con nosotros”.

Esto no ha sucedido igual en todos los países. En el caso de Alemania, la máxima figura responsable de la pandemia es un veterinario. “Allí han sabido ver que nuestra labor es fundamental, y nuestros conocimientos de cara a la salud de la población son muy amplios. Estamos siempre en contacto con virus y somos los que nos deberíamos encargar, al menos en origen, de las epidemias”, concluyó Antonio Rodríguez, gerente de los hospitales veterinarios Privet.