Sólo un 7% según el sindicato Gestha

Los autónomos no recurren las multas de Hacienda por el alto coste del proceso

Según el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha, la Agencia Tributaria sigue investigando más a los que menos defraudan, los autónomos y pequeños negocios, porque cuando hay sanción, "casi nunca les sale a cuenta reclamar". Éstos son los motivos.
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Los autónomos no recurren las multas de Hacienda por el alto coste del proceso

Los técnicos de Hacienda llevan años solicitando al Ministerio que cambie sus directrices, para dejar de investigar tanto a los "muchos pocos", es decir, a los autónomos y pequeños negocios, y mover el foco a los "pocos muchos", las grandes empresas. "Consideramos que hay que centrar más energía en aquellos que tienen estructuras más complejas y que puedan estar defraudando cantidades mucho mayores", explicó José María Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha). 

Según los últimos datos del sindicato, apenas un 8% del importe total del fraude en España viene por parte de los autónomos y, sin embargo, se destina la mayoría de la plantilla a investigar a estos pequeños contribuyentes, que "raras veces defraudan más de 10.000 euros", apuntó Mollinedo. Una cifra muy pequeña en comparación a "los millones de euros que puede llegar a defraudar una gran corporación pero que, sin embargo, son muy difíciles de detectar, ya que tienen estructuras mucho más complejas, porque cuentan con un gabinete jurídico específico para protegerles", añadió el secretario general de Gestha.

Al parecer, si sólo se destina un 20% de la plantilla de la inspección de Hacienda para investigar a las grandes empresas y fortunas, que "representan el 70% del fraude en nuestro país, es porque a la Agencia Tributaria, ahora mismo, le va bien con el modelo actual. Desde el año 92, en casi todos los ejercicios se crece en los resultados de recaudación por lucha contra el fraude respecto al año anterior. Y esto es porque al autónomo, por una deuda de menos de 10.000 euros, casi nunca le merece la pena reclamar, por más que no esté de acuerdo. Una gran empresa, esté de acuerdo con la deuda o no, va a reclamar. Y, a veces, ganan y pueden llegar a trastocar los objetivos recaudatorios del año en cuestión", explicó José María Mollinedo. 

Según el secretario general del sindicato de técnicos, es una cuestión de "cumplir con los objetivos" y de una "superestructura" que lleva décadas ahí, "sin importar el partido que esté gobernando en el momento. Lo cierto es que se está primando la cantidad a la calidad de las inspecciones, se tiende a hacer que el número de liquidaciones sea mayor, en vez de investigar a los que defraudan por importes millonarios. Y esto es porque,  en la mayoría de las ocasiones, los autónomos no reclaman. O bien porque no les sale rentable, o bien porque no están asesorados", añadió Mollinedo.  

A los autónomos "casi nunca les sale rentable reclamar"

Los autónomos tienen una serie de obligaciones con Hacienda y su incumplimiento puede acarrear sanciones proporcionales a la gravedad de la infracción. Según la normativa tributaria vigente, las infracciones se clasifican en tres: levesgraves y muy graves. En función de la gravedad del incumplimiento se aplicarán sanciones de entre el 50% (en el caso de las leves) y el 150% (muy graves) sobre el importe de la infracción, además de posibles recargos.

Estas sanciones se producen porque se ha incumplido alguna norma, tal y como establece la Ley 58/2003 de 17 de diciembre o la Ley General Tributaria, “son infracciones tributarias las acciones u omisiones dolosas o culposas con cualquier grado de negligencia que estén tipificadas y sancionadas como tales en ésta u otra ley”.

La mayoría de las sanciones impuestas a autónomos suelen venir por no presentar de forma correcta o completa las declaraciones, no ingresar la deuda tributaria en plazo, u obtener indebidamente beneficios fiscales o devoluciones tributarias.  

Sólo el 7,3% de los actos de Hacienda son reclamados

En este sentido, desde Gestha, reconocen a través de un comunicado "que sólo el 7,3% de los actos de la Agencia Tributaria fueron reclamados por los contribuyentes, principalmente, porque algunas liquidaciones de importes menores o denegaciones de aplazamientos o recursos se consienten y no son reclamados". 

A pesar de ello, de ese 7,3% de reclamaciones que son estimadas, la Agencia Tributaria pierde nada menos que el 42%, según datos del sindicato de técnicos de Hacienda. "Entre otras cosas porque se prioriza el número de comprobaciones sobre la calidad de la lucha contra el fraude fiscal", aseguran desde Gestha.

Suele costar un mínimo de 3.000 euros reclamar las sanciones

Si en algo coinciden la mayoría de gestorías y expertos consultados con el sindicato de técnicos de Hacienda es que el escaso número de recursos se debe a que, a la mayoría de autónomos y pequeños negocios, "no les sale casi nunca a cuenta reclamar. En primer lugar porque, hacerlo, ya supone un mínimo de unos 3.000 euros en gastos jurídicos. Eso ya disuade a la mayoría, porque muchas veces lo que puede obtener el autónomo si gana la reclamación económico administrativa, es menos de lo que está gastando. Eso, sin contar la incertidumbre de que, en muchos casos, puede perder el recurso", explicó Domingo Gallego, asesor fiscal.   

Las reducciones por pronto pago y conformidad les disuaden 

Además de los gastos en los que incurren y del riesgo de reclamar y perder, los pequeños negocios se ven disuadidos de recurrir "por las reducciones de las que se pueden beneficiar si muestran conformidad con el pago de la sanción y, además, la abonan en plazo. Esta estrategia hace que la Agencia Tributaria se asegure en la mayoría de los casos la recaudación por liquidaciones y sanciones a autónomos, sean correctas o no", explicó Domingo Gallego.

La finalidad de estas reducciones es estimular el pago de las sanciones, para rebajar los recursos y reclamaciones económico-administrativas. Por tanto, en el momento en que se recurra la sanción, se perderá el derecho a todas las reducciones, que se aplican únicamente en caso de conformidad.

Según los expertos consultados, cuando el autónomo ya ha recibido una carta de pago con el importe de la multa, normalmente, tiene ya pocas opciones para conseguir librarse de la sanción. Sin embargo, si se atiene a los plazos, la Administración ofrece reducciones en la cuantía.

El autónomo que asuma el hecho que ha causado el trámite y acepte la propuesta de imposición de sanción podrá optar a reducciones, por un lado, del 30% de la sanción si se está conforme con la liquidación original; y, además, de un 25% sobre la cantidad ya reducida anteriormente, si se ingresa la sanción en el plazo indicado.

Ambas reducciones sólo son posibles si no se presenta recurso y si se respetan los plazos que serán precisados en la carta de pago que envía la Administración y que están recogidos en el artículo 62 de la Ley General Tributaria (LGT). En el caso de deudas tributarias resultantes de liquidaciones practicadas por la Administración, el pago se tendrá que llevar a cabo:

  • Si la notificación de la liquidación se realiza entre los días uno y 15 de cada mes, desde la fecha de recepción de la notificación hasta el día 20 del mes posterior o, si éste no fuera hábil, hasta el inmediato hábil siguiente.
  • Si la notificación de la liquidación se realiza entre los días 16 y último de cada mes, desde la fecha de recepción de la notificación hasta el día cinco del segundo mes posterior o, si éste no fuera hábil, hasta el inmediato hábil siguiente.

Las grandes empresas "siempre están mejor asesoradas" 

Por último, otro de los condicionantes, según el secretario General de Gestha, que impiden a los autónomos reclamar es el propio asesoramiento: "la mayoría de las veces, los autónomos no cuentan con suficiente información como para saber si una sanción es correcta o no y si merece o no la pena reclamarla. Esto es porque no tienen un gabinete jurídico a su disposición como las grandes empresas, sino a un gestor que lleva, a la vez, a decenas de autónomos más y que, además, está muchas veces sobrecargado de trabajo". 

Si bien es cierto "que la mayoría de asesores fiscales son buenos profesionales que hacen bien su trabajo, esto no quita para que, muchas veces, no puedan dedicar el tiempo suficiente a todos los asuntos de sus clientes autónomos. Esto reduce notablemente el número de reclamaciones que, en varias ocasiones, aunque sólo sea por defectos formales, ganaría el trabajador por cuenta propia", concluyó José María Mollinedo.