Evitar la tentación

El error de gastarse el IVA de las facturas

Los autónomos son meros recaudadores del IVA, es un dinero que no es suyo y cada trimestre se lo tienen que entregar a Hacienda. Muchos se olvidan de este concepto y se lo gastan. Luego vienen los sustos en la liquidación. Los expertos aconsejan que se separe de los ingresos en una cuenta aparte.

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El error de gastarse el IVA de las facturas

Los autónomos tienen que ingresar el IVA trimestralmente en Hacienda. Pero -al contrario de lo que muchos piensan-  la liquidación no es un gasto, sino una devolución. El trabajador por cuenta propia es un mero intermediario del impuesto entre los clientes y el Fisco. Sin embargo, en muchas ocasiones, el autónomo utiliza ese IVA para financiarse a sabiendas que, tarde o temprano, tendrá que devolvérselo a Hacienda. Llegado el momento, puede faltar liquidez para afrontar la liquidación. ¿La consecuencia? Preocupaciones extra y sanciones.

Los motivos para gastarse el IVA antes de la liquidación son tantos como autónomos hay en España. Algunos lo hacen por necesidad, para hacer frente a un gasto imprevisto. Otros por mala planificación: porque consideran que todo lo que ingresan es susceptible de ser utilizado en la empresa. Muchos porque, aunque saben que están ocasionando un agujero en el negocio ya que tendrán que buscar los importes del IVA cuando llegue la liquidación trimestral, piensan que podrán obtenerlo en el último momento, pedir financiación al banco o solicitar a Hacienda un aplazamiento. Pero todo eso genera tensiones de tesorería que puedene acabar dando al traste con el negocio. Es mucho mejor organizarse y considerar el IVA como un dinero ajeno, apartarlo y no utilizarlo en el día a día. Si eso es posible.

“Muchos autónomos sólo ven el ingreso del cliente y se lo gastan, pensando en que ya lo conseguirán reponer o en que podrán pedir un aplazamiento. No entienden que ese dinero -que ese IVA- sencillamente no es suyo. Simplemente, debería únicamente pasar por sus manos” explicó Alberto Ara, abogado laboralista. Y es que, es importante entender que “el IVA es un impuesto que graba al consumidor final, no al autónomo. Es decir, éste es el tributo que tiene que pagar un cliente por un producto o servicio, a parte del precio final” apuntó Ara.

Para entender la función de recaudador de IVA que tienen los autónomos, Ara puso el siguiente ejemplo: en un negocio, un trabajador autónomo quiere vender un producto por 1.000 euros. Éste es el importe neto de su trabajo. Pero el precio final que tendrá que pagar el cliente será de 1.210 euros. Porque el trabajador autónomo tiene que añadirle a su trabajo el 21% de IVA, al que van grabados la mayoría de los productos. “Los 210 euros de más que recibirá el autónomo por la venta no son suyos sino de Hacienda” afirmó Ara.

Por lo tanto, “que los autónomos piensen que las declaraciones de IVA son como un pago más es un error, pues ese dinero nunca fue suyo” apuntó Ara. El abogado recomendó a los trabajadores por cuenta propia “apartarlo" de todas las operaciones para que, cuando llegue el momento de hacer la declaración, las cuentas salgan y el autónomo no pase de ser un transmisor a un pagador del impuesto".

Una de sus recomendaciones es tan sencilla como “abrir una cuenta” diferenciada dónde se puedan ir depositando estos impuestos recaudados.

¿Cómo calcular el IVA que debes devolver?

Antes de enfrentarse al cálculo del IVA que ha de devolver el autónomo, hay que saber que todas las actividades (exceptuando algunas como las sanitarias) están sujetas a este impuesto y que, dependiendo del producto, puede ascender a un valor u otro: Al 21% (es el IVA general que tienen la mayoría de los producto), al 10% el IVA reducido y al 4% el 'super reducido' (normalmente en los productos de primera necesidad). 

También hay que tener en cuenta que, aunque la mayoría de los autónomos devuelvan el IVA en las declaraciones trimestrales, hay mucho profesionales que lo hacen de otra forma. Así, por ejemplo, algunos comerciantes trabajan mediante el recargo de equivalencia, que permite pagar el IVA de forma simplificada y no obliga a presentar ni la declaración trimestral ni el resumen anual. El mismo caso es el de los autónomos que están en el sistema de módulos, que tendrán que hacer una devolución fija de IVA. 

El resto de profesionales por cuenta propia tendrán que hacer la declaración trimestral. Desde la editorial jurídica Sepin,  Samuel de la Huerta explicó en una guía sobre el IVA publicada en Autónomos y Emprendedores que lo más complejo de hacer las declaraciones de IVA es “recopilar todas las facturas (compras y ventas) correspondientes al trimestre objeto de declaración”. Pero que, una vez que se tuviesen todas, completar el modelo 303 “no es un procedimiento tan complejo”. Según detalló De la Huerta, el formulario habría que hacerlo con tres datos que servirán para completar los apartados de IVA repercutido (el que lleva el precio de la venta que hace el autónomo ) y soportado (el que paga el autónomo por la mercancía). Estos son el importe de la base imponible; el tipo de IVA aplicado, y la cuota o importe final del IVA que se ha cobrado o pagado.

El papel recaudador del autónomo con las retenciones 

El abogado laboralista Alberto Ara, hizo también mención del papel recaudador del autónomo con otras retenciones. Del mismo modo que ocurre con el IVA, sucede con las retenciones que se hacen a los trabajadores en su sueldo y  “que también deben dárselo a Hacienda. Aquí sucede igual que con el impuesto sobre el valor añadido. Los autónomos también se lo gastan”.

Muchas veces los autónomos no son conscientes de que esa retención, es decir, 'ese pago de menos que se le hace al trabajador, luego “hay que ingresarlo a nombre del empleado en Hacienda” concluyó Ara.