Redes que, a veces, son internacionales

Así son las nuevas comunidades de emprendedores, más allá de coworking

Son un paso más allá del coworking, agrupan a autónomos que están empezando, comparten sus intereses e intercambian ideas. Son comunidades de emprendedores, redes de apoyo que, en algunos casos, tienen alcance internacional.  

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Así son las nuevas comunidades de emprendedores, más allá de coworking

Grandes espacios de trabajo compartido, dónde emprendedores, autónomos, pymes y ONGs, aparte de compartir oficina, llevan a cabo su actividad, se ayudan y colaboran entre ellos para conseguir un mismo objetivo. Así son las comunidades de emprendedores que están empezando a surgir y por las que cada vez apuestan más personas, que ven en estos lugares una forma para dejar de sentirse solos en su camino como emprendedores.

De hecho, según un estudio elaborado por el Centro de Emprendimiento Social de la Universidad de Economía y Negocios de Viena, uno de los aspectos que más destacan los integrantes de estas redes es el sentirse parte de una comunidad amplia (84%). Seguido de la mejora en su espacios de trabajo (78%), aumentar su motivación (77%) y asociarse y colaborar con otras empresas y organizaciones (76%).

El estudio, que se llama Informe de Impacto Global 2019, ha sido elaborado a partir de una encuesta realizada a 16.500 emprendedores de más de 55 países de la comunidad de emprendedores de Impact Hub. Desde este espacio explicaron que “sentirse acompañado en un proyecto es uno de los aspectos más relevantes a la hora de asegurar su éxito” y que desde sus espacios “fomentan el trabajo en colaboración”.

Es precisamente la persecución de un mismo objetivo, lo que diferencia a las comunidades de emprendedores de los coworkings (espacios de trabajo compartido), pues los integrantes de Impact Hub no sólo comparten un lugar de trabajo, si no un objetivo. “Es el propósito de las empresas y la red de profesionales a nivel internacional lo que nos diferencia de los coworkings” comentaron desde la red.

Los proyectos que trabajan dentro de alguno de los espacios que tiene Impact Hub repartidos a nivel mundial (están presentes en 100 ciudades), tienen un enfoque social: “ese éxito personal, profesional o empresarial está alineado con los grandes retos globales que nos invitan a trabajar de la mano y definir soluciones a grandes problemas como la desigualdad, el cambio climático o el futuro del trabajo, entre otros”.

Las colaboraciones que surgen dentro de estas redes

Los usuarios de Impact Hub pueden ser desde emprendedores, hasta autónomos, pasando por pequeños negocios e, incluso, ONGs y fundaciones. Se pueden dedicar a diferentes sectores y materias como diseño gráfico, educación, escuela de idiomas, abogacía, inteligencia artificial, medio ambiente, arte y cultura, redes de freelance, etc. “Puedes encontrar absolutamente de todo” aseguran.

A pesar de la diversidad de sus formas, sus integrantes trabajan y colaboran entre ellos, tanto para sacar adelante su propio proyecto, como para generar otros nuevos. De hecho, es frecuente la colaboración entre ellos. De tal manera que “un emprendedor puede convertirse en un socio de una pequeña empresa para un proyecto común, y un empleado de una compañía, en proveedor de un autónomo. Se inspiran y resuelven problemas entre ellos” apuntaron. 

Desde el espacio Impact Hub explicaron que, internamente, promueven esa colaboración entre sus usuarios con encuentros: “organizamos sesiones que permiten potenciar la conexión entre personas de diversos sectores, inspirarse para poner en marcha nuevas ideas o proyectos hasta encontrar posibles colaboradores, socios o proveedores de su negocio”. Razón por la que en sus espacios, aparte de existir zonas de trabajo individual y las salas de reuniones, también hay zonas de uso común donde los profesionales pueden coincidir y conectarse.

Un ejemplo que ponen de esta colaboración es el evento Madrid GEO: “dos de nuestros coworkers: un emprendedor y un trabajador por cuenta ajena, compartieron con el equipo de Impact Hub su ilusión por organizar un evento mensual que acogiera a personas expertas en geolocalización. Impact Hub les apoyó con infraestructura, asesoramiento en comunicación y formato del evento. Se ha convertido en un evento creado entre las 3 partes”.

Encontrar aliados por azar

Pertenecer a esta comunidad de emprendedores cuesta un mínimo de 30 euros al mes. Desde el espacio explicaron que el alta se puede hacer de forma telemática y que ahí el usuario puede ver y elegir la opción que más le interese: “la cuota mínima te permite utilizar las instalaciones cinco días al mes y disfrutar de descuentos en salas de reuniones, acceso a toda nuestra programación, conectar con todos los miembros a nivel nacional e internacional y domiciliar tu empresa en nuestro espacio”. Los emprendedores interesados pueden escoger alguno de los cinco edificios que la red tiene en Madrid y “uno de camino en el barrio de Prosperidad”.

En la actualidad, esta comunidad está presente a nivel mundial con espacios de trabajo compartido en más de 100 ciudades -55 países- y una red de 17.000 profesionales que trabajan en común. Pero, y a pesar del tiempo que ha pasado desde su creación -nació en Londres en 2005, cuando el concepto de coworking a penas existía- y de la multitud de lugares dónde está presente, Impact Hub no ha perdido la razón por la que se fundó: convertirse en "ese espacio donde aliados inesperados pueden encontrarse por azar”.