El comercio minorista desconfía y se muestra pesimista

El aumento del consumo seguirá beneficiando a los autónomos aunque menos que en 2018

Los indicadores apuntan que los españoles continuaremos comprando más este año aunque a menor ritmo que los anteriores. Sin embargo, el comercio minorista no se muestra tan optimista y ve la botella medio vacía.

El aumento del consumo seguirá beneficiando a los autónomos aunque menos que en 2018

Pese a la moderación del crecimiento de la economía española y a la desaceleración del mercado laboral, los españoles son optimistas de cara a los próximos meses. Y eso se traslada al consumo de los hogares, que según los datos publicados a principios de semana por Banco de España, el pasado año 2018 creció un 4%.

Tal y como ocurrió en el citado ejercicio, precisamente será la demanda interna sobre la que se sostendrá el avance del PIB (Producto Interior Bruto) en el entorno del 2,1% - 2,2%. Así se detalla en el Panorama Económico correspondiente al mes de abril elaborado por CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales).

A priori, ésto debería suponer un bálsamo para el comercio, sin embargo, la alegría va por barrios. Es el caso de los negocios más pequeños desconfían pese a la evolución favorable de los indicadores de ventas, explica el documento elaborado por la patronal de los empresarios.

La razón radica en el, en palabras de la Confederación Española de Comercio (CEC), “tímido” ritmo de crecimiento que se viene experimentando en el primer trimestre del año. Del 1,7% en el sector en general y del 1,2% en el pequeño y mediano comercio en particular. Es más, ni siquiera la campaña de rebajas supuso el espaldarazo esperado. En el caso de este último tipo de establecimientos, las ventas avanzaron apenas un 0,5% (2,5 puntos por debajo de las expectativas).

El consumo seguirá avanzando pero con menor fuerza

Aunque la demanda interna seguirá teniendo un buen comportamiento su paso será más lento. El último informe Situación España del servicio de estudios de BBVA  indica que si bien el gasto de las familias mejora por el aumento de la renta disponible y el crecimiento de la financiación al consumo, el avance será menor a finales de año, un 2,1% frente al 2,4% de 2018. Caída que se prolongará en 2020 cuando las previsiones apuntan a un crecimiento del 1,8%.

Esta tendencia coincide a su vez con las estimaciones del Gobierno en su cuadro macroeconómico, que cifran que el consumo privado crecerá un 1,7% este ejercicio (seis décimas menos que el anterior).

En la parte empresarial, las perspectivas también van en consonancia. El informe Perspectivas España 2019 de la consultora KPMG destaca que el porcentaje de directivos que prevé incrementar sus ventas este año es del 69% frente al 77% de este año. Si bajamos un escalafón, al segmento de los pequeños negocios, y de forma más concreta al sector comercio, las previsiones también empeoran en términos interanuales. Aunque, según los datos del Informe Pyme 2018, el 42,1% considera que cerrarán el año con un incremento de sus ventas, la cifra es más de cuatro puntos inferior a la de año precedente, cuando se alcanzó el 46,3%. Igual circunstancia se replica en el colectivo de autónomos. Los últimos datos de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos) apuntan a una caída de dos puntos porcentuales (hasta el 33,6%) en los autónomos que esperan que su negocio mejore este año.

Entre las razones que están detrás de la desaceleración se encuentra el retroceso de la productividad que hará que los salarios se estanquen. Se añade la desaparición de la demanda embalsada (la que reduce su gasto durante los periodos de crisis) y las incertidumbres que existen tanto en la economía nacional -acentuada por el periodo electoral y que se mantendrá que el futuro Gobierno determine las líneas de la política económica a seguir-, como en la mundial por las tensiones comerciales, que podrían acarrear la imposición de nuevos aranceles a las importaciones que repercutirían en el precio final de los productos.

Sector estratégico

El efecto tractor del comercio minorista para otros sectores estratégicos de la economía como la logística, la industria o los servicios financieros, hace que su contribución al PIB -directa e indirecta- supere el 30%. Además, tal y como demuestran los últimos datos de la Seguridad Social correspondientes al mes de marzo de 2019 el sector emplea a 3.195.021 personas entre autónomos y asalariados. Es decir, casi un 16% de la afiliación total (18.977.588) y apenas 50.000 activos menos que el global de trabajadores que integran el régimen de autónomos (3.254.078).

No obstante, si comparamos cómo ha evolucionado la afiliación entre los distintos regímenes (Autónomos y Régimen General) se observan grandes diferencias. Mientras que el primero ha perdido un 1,49% de afiliados en el último año, el segundo ha ganado un 1,83%. Esto pone de manifiesto la “evidente desigualdad entre los distintos formatos y la difícil situación que atraviesan los negocios más pequeños”, explican desde la CEC. Por ello, de cara a las elecciones generales del próximo 28 de abril, piden que se declare al comercio como “sector estratégico de la economía española”.