El objetivo es evitar un aumento de costes

Ciudadanos propone financiar la mochila austriaca con las cotizaciones por desempleo

La financiación es la piedra de toque de cara a la posible implantación de la mochila austriaca, un sistema que permite al trabajador ir creando una 'bolsa' para ser utilizada en el caso de quedarse en paro. Para el partido de Albert Rivera y algunos expertos laboralistas una posible solución es rebajar las cotizaciones por desempleo.

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Ciudadanos propone financiar la mochila austriaca con las cotizaciones por desempleo

La mochila austriaca empieza a despuntar como solución al coste del despido. De hecho, de conseguir formar gobierno, el Ejecutivo de Pedro Sánchez abordará su implantación de forma gradual, según se recoge en el Programa Nacional de Reformas que se envió a Bruselas el pasado mes de abril. La mochila austriaca es un sistema por el cual el empresario va realizando aportaciones a un fondo de capitalización (mochila) que siempre será privativo del trabajador. En caso de que cambie de empresa, y cuantas veces lo haga, el trabajador siempre llevará consigo el capital acumulado. Y, si se produce un despido podrá emplear dicho fondo. Se podría decir, que el empresario adelanta la indemnización por despido de forma progresiva, en vez de tenerla que pagarla de golpe, circunstancia que “lleva a muchos autónomos y pequeñas empresas a no despedir ya que, para pagar la indemnización, muchas veces tienen que hipotecarse”, aseveró, Sergio del Campo, portavoz de Ciudadanos.

Si bien entre los 'pros' de la medida están la contribución al dinamismo laboral, la igualdad de derechos entre los trabajadores y la mejora de la productividad, el 'contra' encalla en cómo se financia sin incrementar los costes tanto para las empresas como para los trabajadores. La clave puede estar en los recursos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). “Para dotar de recursos a la mochila austriaca, podríamos emplear el superávit del Sepe y reducir las cotizaciones por desempleo”, afirmó Sergio del Campo, portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Empleo del Congreso de los Diputados, durante el IV Encuentro sobre Economía Laboral organizado por el Consejo General de Economistas de España (CGE).

La idea sería trasvasar de la bolsa del Sepe a la de la Seguridad Social lo que las empresas cotizan por desempleo, Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) y formación profesional. Algo que, por otra parte, no es novedoso. El pasado mes de diciembre la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) ya propuso esta fórmula para financiar las prestaciones contributivas, es decir, las de jubilación, incapacidad permanente y fallecimiento. El organismo que preside José Luis Escrivá planteó una reducción de 3,5 puntos en el tipo de cotización por desempleo, desde el 7,05 al 3,55 para los contratos indefinidos y del 8,30 al 4,8 para los de duración determinada. Planteamiento que, dicho sea de paso, es bien visto tanto por parte de la Seguridad Social como por parte de los agentes sociales.

Álvaro Granado, responsable del área de pensiones de la consultora KPMG, que también participó en el debate, se mostró igualmente partidario de la anterior fórmula. No obstante, Granado la matizó y defendió un modelo en el que “todos: empresa, trabajador, Seguridad Social y Sepe sean partícipes de la financiación”.

Evitar costes para los pequeños negocios

Lo que sí quedó claro fue que la fórmula ha de evitar que se eleven los costes para las empresas. “Hay que conseguir que el coste sea el mínimo, especialmente para las pymes y los autónomos empleadores”, puntualizó Del Campo.   

En Austria, país donde nació el sistema en 2002, se llegó al acuerdo de que los empresarios destinasen un 1,53% del salario bruto anual de los trabajadores a dotar de recursos la mochila. La contrapartida fue la desaparición del coste de indemnización por despido objetivo de los empleados con más de tres años de antigüedad en la empresa (únicos con ese derecho).

Sandalio Gómez, profesor emérito del IESE Business School y tercer ponente de la mesa, que defendió que la mochila austriaca “rompe con la dualidad del mercado laboral”, cuestionó sin embargo si en España es posible replicarla tal y como está concebida en origen. A este respecto, planteó que “para compensar al empresario el 1,53% las aportaciones a la Seguridad Social se deberían bajar un punto”. Y que habría que “adaptar” el modelo a las particularidades del mercado de trabajo español.

Flexibilidad y reducción de los costes de despido

Por norma general se tiende a relacionar la mochila austriaca con un complemento a la pensión de jubilación que se va acumulando a lo largo de toda la vida laboral. Pero antes de llegar a ello son otras las ventajas que ofrece. Entre las más importantes está la de la reducción de los costes de indemnización por despido.

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A este respecto Gómez concretó que implantar la mochila austriaca en España aportaría “flexiseguridad” al mercado de trabajo. Ya que “al reducir el coste por indemnización permite a la empresa adaptar su plantilla en momentos de crisis o según la productividad de los empleados y seguir siendo viable”. Ahora bien, “precisamente este es el tema que nadie se atreve a afrontar, los sindicatos no lo aceptan. Necesitamos un cambio de mentalidad”, criticó.

Del Campo, también lanzó un mensaje a los sindicatos cuando aseguró que mientras que en España las aportaciones por desempleo cae en saco roto si el trabajador no es despedido nunca, con la mochila “no se pierden derechos. La indemnización se tiene sí o sí”. Y reiteró, “se deja de proteger el puesto de trabajo para proteger al trabajador”. Asimismo, para el portavoz del partido de Albert Rivera este modelo sería el "vehículo conductor"  para, primero, optimizar el gasto en políticas activas de empleo ya que, además de otras cuestiones, permite que el dinero de la formación quede en manos de los trabajadores. Y, segundo, evitar la temporalidad fraudulenta, facilitando la puesta en marcha del contrato único.

Los trabajadores no se están jubilando

Álvaro Granado puso encima de la mesa otra cuestión que debería estar en la mente de los políticos. “La gente no se está jubilando”, aseguró. Para el experto en pensiones esto tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo que se ha producido en la tasa de reemplazo de las pensiones a partir de las distintas reformas que se han puesto en marcha desde mediados de los años 80 y que han afectado más a las rentas medias y bajos. Entre 1985 y 2013 “se ha perdido un 40% del salario”, concretó.

Asimismo, la situación “se agravará con la entrada en vigor del factor de sostenibilidad”, sentenció y añadió que “es necesario poner en marcha un sistema similar a la mochila austriaca, que puede ser un gran paso para el crecimiento del ahorro de las empresas para la jubilación de sus empleados. No se ha cogido el toro por los cuernos”.