Los criterios que se barajan

¿Qué se considera negocio viable a la hora de acceder a las futuras ayudas directas del Gobierno?

El Gobierno espera aprobar en marzo una nueva tanda de ayudas directas que irán sólo dirigidas a negocios "viables". Estos son los criterios que se podrían utilizar teniendo en cuenta la fecha que se tome como referencia.
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¿Qué se considera negocio viable a la hora de acceder a las futuras ayudas directas del Gobierno?

El Gobierno está terminando de perfilar los detalles de las futuras ayudas directas para los autónomos y empresarios más afectados por la crisis. Según avanzó la ministra de Asuntos económicos y transformación digital, Nadia Calviño, el Ejecutivo "está trabajando con el Banco de España y el sector financiero en un nuevo paquete de ayudas que puedan permitir aliviar la carga financiera de las empresas viables" y que "esperamos que a lo largo del mes de marzo se pueda aprobar".

Como ya adelantó este digital, las futuras medidas económicas  que baraja el Gobierno se materializarán previsiblemente en quitas sobre parte de la carga financiera de los créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) concedidos durante la pandemia o en cheques-ayuda similares a los que ya han puesto en marcha otros países como Alemania o Inglaterra. No se descarta que se apliquen otro tipo de subvenciones directas a los negocios más afectados. Ahora bien, el Gobierno lleva tiempo advirtiendo que no mantendrá artificialmente a las que denomina "empresas zombie" por lo que estas futuras medidas serán sólo para "negocios viables". 

Esta consideración de "empresa zombi" generó temor entre miles de autónomos afectados por la crisis que llevan meses esperando ayudas directas y  desconocen si, a estas alturas, sus negocios pasarán el corte impuesto por el Gobierno para ser considerados "viables". Máxime cuando muchos de ellos están endeudados y llevan un año soportando restricciones y con los ingresos bajo cero. 

En este sentido, el propio presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos -ATA ya alertó de la confusión que podría generar este requisito de viabilidad para acceder a las ayudas cuando lo cierto es que la viabilidad depende de la solvencia, y actualmente, la solvencia de las empresas está desplomada por las medidas restrictivas y cierres decretados por las administraciones. "Más del 90% de los autónomos y empresas eran viables a mediados de marzo de 2020 y sin embargo, las dificultades que hoy sufren muchos sectores, no son por culpa de su gestión o sus decisiones empresariales", dijo el presidente de ATA, Lorenzo Amor.  

El requisito de ser "viable" para poder acceder a las nuevas ayudas ha suscitado dos debates entre los expertos y las organizaciones empresariales: el primero de carácter ético y el segundo técnico. Por un lado, ¿se debería dejar atrás a aquellos negocios, y las familias que dependen de ellos, que no tengan la capacidad suficiente para sobrevivir a una crisis porque ya venían lastrados de antes? Y, en segundo lugar ¿cómo se determinaría qué negocio es viable y cuál no?.

¿Qué es un negocio viable y cómo se determina?

Evidentemente, tras un año entero de crisis económica, con restricciones a la actividad e incluso con cierres decretados en algunos sectores, la solvencia de la mayoría de negocios está bajo mínimos, y el Gobierno es consciente de ello.  En este sentido, fuentes de Economía confirmaron a este diario que ya se está trabajando precisamente en estos últimos aspectos técnicos para concretar parámetros que permitan medir la viabilidad de las actividades. Según explicaron las mismas fuentes, habría un grupo formado con varias entidades como "el Banco de España, el Tesoro, el ICO  y las patronales bancarias que lo que están haciendo es analizar la situación de las empresas para ver qué características son las adecuadas y cómo se enfocan los parámetros". 

En realidad, la línea roja de la viabilidad impuesta por el Gobierno para que los negocios accedan a las ayudas viene por parte de la Comisión Europea. En los propios principios de las ayudas de Estado, Europa advirtió que estas medidas debían ir dirigidas a  restituir, como máximo, la situación previa al COVID que tenían los negocios y no a mantener negocios que no funcionaban antes de la crisis.

Se estudiará la situación previa al COVID de los negocios

Esto, según fuentes consultadas por este diario, quiere decir básicamente que las futuras ayudas irán dirigidas a las empresas que tenían viabilidad antes del COVID, porque tenían un negocio solvente, una capacidad de generar ingresos. "Lo que no se puede es restituir con ayudas una situación que no había antes de la pandemia".

Por ello, los expertos apuntan que la clave para medir la viabilidad podría estar precisamente en estudiar qué negocios tenían en 2019 una cuenta de resultados positiva y no tanto su solvencia actual. Es decir, teniendo en cuenta que lo más seguro es que casi cualquier actividad que vaya a necesitar ahora mismo una ayuda tendrá cifras deficitarias, habrá que ver si estos datos son por culpa de una situación coyuntural y no por una situación estructural. En otras palabras, el Gobierno está buscando los criterios oportunos para medir qué negocios necesitan las ayudas porque la crisis no les ha dejado trabajar y cuáles, con independencia de la pandemia, no eran rentables antes y tampoco en el futuro.

Ahora bien, determinar la viabilidad de un negocio con estos parámetros y en un contexto de crisis económica no será tarea sencilla. Puede ser que un negocio hubiera arrancado en el 2018 o en el 2019 y diera pérdidas en esos años aún cuando sus promotores supieran que los beneficios iban a llegar pongamos que en un plazo de uno o dos años como pasa también con miles de startups. Esas empresas son viables aun cuando antes de la pandemia no fueran rentables.  

Sin embargo  "Lo que está claro es que una cafetería que está en pleno centro de Madrid, por ejemplo, y que siempre está llena de gente, si está cerrada es porque le han obligado y si se levantasen las restricciones, probablemente volvería a ser prospera. Este negocio no tiene ningún problema de viabilidad y lo que le afecta verdaderamente son las restricciones. Pero ojo, con todas las actividades no va a ser tan sencillo, porque también hay infinidad de negocios que durante este tiempo se han sobre-endeudado y, por más que vuelvan a la normalidad, no van a tener capacidad de salir a flote", explicó Juan Carlos Robles, Presidente del Registro de Economistas Forenses (REFOR) del Consejo General de Economistas (CGE).

Lo cierto es que aún preocupa cuál será la referencia que se tome para analizar el estado del negocio. "Quiero pensar que se tomarán referencias de antes de la COVID-19, o las temporadas durante la crisis en las que haya habido actividad. A grandes rasgos entiendo que es un tema de análisis de riesgo financiero y que aquí van a tener que considerarse muchas cosas, pero las más importantes son: la capacidad de generación de ingresos que tiene el negocio y la capacidad para cubrir la deuda", explicó Luis Fernando Conde, economista y asociado al bufete AGM abogados en las áreas de Corporate Finance y Gestión de Crisis.

La clave estará en la capacidad de generar beneficios 

Estos dos puntos se podrían analizar a través de muchos factores como "el endeudamiento que tiene en términos de balance del negocio; qué tipos de deuda tiene, es decir, si son bancarias o con proveedores. Por supuesto, también habría que ver si no está en quiebra, es decir, con fondos propios negativos, que sería la primera señal de que no es viable; o que esté en una situación financiera que no pueda atender los pagos a corto plazo. Esto último, el llamado fondo de maniobra, es muy importante ya que determina si el negocio puede atender las deudas con lo que venda y cobre en los próximos meses", señaló Conde.

Además, en las cuentas de pérdidas y ganancias también se podrían analizar muchos rasgos, "como las ventas, el margen que tiene el negocio; si genera o no genera beneficio, si esos beneficios los ha reinvertido y qué parte de ellos se lo lleva la deuda financiera. Hay decenas de parámetros pero el más importante es la capacidad de generar beneficios de la empresa, eso sería la condición necesaria. Y la condición suficiente que, con esos beneficios, pueda cubrir su deuda", añadió el economista y asociado al bufete AGM abogados.

En todo caso, para Conde, aunque la falta de liquidez pueda ser temporal, lo que no suele ser temporal es la insolvencia de la empresa, "en términos de capacidad de generar recursos suficientes. Una empresa puede tener durante un año menores ventas, pero lo que entiendo que se quiere atacar es la permanencia de la empresa".

También podría influir el sector y sus perspectivas

Por otro lado, para Juan Carlos Robles, Presidente del Registro de Economistas Forenses (REFOR) del Consejo General de Economistas (CGE), determinar la viabilidad  no es solo una cuestión de cifras y de estudiar la situación previa al Covid de algunas empresas, "porque esto es una crisis, y las crisis cambian la forma de consumir y la forma de hacer negocios. Lo que está claro es que aquel que no era viable antes, con el mismo modelo de negocio, es poco probable que lo sea ahora. Pero es que incluso hay negocios que antes sí eran viables pero que, por la pandemia, por toda la deuda que han acumulado y por el sector en el que se ubican, dejarán de serlo".

La idea primaria sería "si usted funcionaba bien antes de la crisis y tenía una situación económica prospera, por más que la crisis le haya dejado insolvente, es probable que pueda ser viable. Pero hay que profundizar más: no todos los sectores que funcionaban bien en 2019 funcionarán bien después de la crisis, porque no todos los negocios cuando vuelvan a la normalidad seguirán teniendo un buen emplazamiento en el mercado. El que venda productos a sectores que se van a desplomar, como puede ser el de la construcción, en el que ya se están dejando de hacer nuevos proyectos, puede dejar de ser viable.  El consumo de determinados servicios como vehículos o casas cae tras las crisis, porque los consumidores no se comprometen a una serie de pagos a futuro porque tienen miedo a perder liquidez", explicó el Presidente del Registro de Economistas Forenses (REFOR) del Consejo General de Economistas (CGE).

Temor entre los autónomos porque se les considere "inviables" 

Desde diferentes ámbitos y sectores están con la vista puesta en la mesa que mantiene el Gobierno con expertos del ámbito financiero para determinar esos criterios que van a servir para excluir o incluir a los negocios de las ayudas directas. Especialmente pendientes de estos parámetros están desde algunas actividades como el ocio nocturno e infantil o el turismo, ya que la pandemia ha dejado bajo mínimos al conjunto de sus negocios y temen que el requisito de viabilidad excluya de las ayudas precisamente a quienes más las necesitan.

"Es la sardina que se muerde la cola. Tememos que estas ayudas que van precisamente a ayudar a negocios solventes se fijen en la solvencia actual, porque entonces podrían quedar excluidos los negocios que más las necesiten. De hecho, el 95% de las empresas de ocio nocturno eran viables en 2019. Otra cosa es que, en estos momentos, tras un año de cierre, estén sobre-endeudadas y sin ningún tipo de rentabilidad, ya que no se les ha dado ninguna posibilidad de actuar ni ningún margen de decisión empresarial", explicó Vicente Pizcueta, portavoz de la Federación de Asociaciones de Ocio Nocturno de España (FASYDE).

Lo mismo ocurre con los negocios de ocio infantil. Estas actividades "generaban antes de la crisis, en su mayoría, entre 100.000 y 400.000 euros al año. Ahora, tras un año de pandemia, sin posibilidad de abrir, y pagando alquileres extremadamente altos, evidentemente la solvencia de la mayoría de estos negocios está bajo mínimos", comentó Ramiro González, dueño de Hanky Planet, locales de ocio infantil y asociado a ACOCAM (Asociación de Centros de Ocio y Tiempo Libre Infantil y Juvenil de la Comunidad de Madrid).

Los más de 3.000 autónomos que hay detrás de los centros de ocio infantil están al frente de grandes salas acondicionadas para celebrar desde fiestas de cumpleaños hasta comuniones, y llevan sin facturar prácticamente nada desde el pasado mes de marzo. A pesar de las estrictas medidas de seguridad que han introducido, no tienen apenas reservas.

Los dueños de estos centros, en su mayoría trabajadores por cuenta propia, viven del alquiler de estos espacios y, la mayoría,  atraviesan una situación dramática. De hecho, aseguran a este medio digital que la crisis del Covid-19 ha sido la ruina del sector y auguran una oleada de cierres para este mes de octubre.

Ahora, y tras un año de pandemia, "el Estado habla de viabilidad cuando, en realidad, la mayoría de nuestros negocios eran viables antes de la crisis y seguramente lo seguirán siendo más adelante, cuando todo vuelva a la normalidad. El problema es que muchos quizás no aguanten hasta ese momento", dijo el autónomo al frente de Hanky Planet.