Opinión

Crónica de una subida “no anunciada”

Han sido muchos los anuncios e informaciones contradictorias sobre la subida de las cuotas de autónomos desde que el pasado 11 de octubre el Gobierno presentase el acuerdo presupuestario alcanzado con Unidos Podemos. Mucho entusiasmo hubo en las palabras del Sr. Iglesias cuando en rueda de prensa anunciaba que de aprobarse su propuesta presupuestaria, el 1 de enero de 2019 el SMI subiría a 900 euros al mes en 14 pagas y se le bajarían los impuestos a los autónomos.

Crónica de una subida “no anunciada”

Entusiasmo que se iría desvaneciendo paulatinamente al descubrir, tras el aviso de ATA, que lo que parecía una gran medida, y que lo es si no se hubiese precipitado, iba a impactar directamente en las cuotas de los autónomos, y que al contrario de lo que afirmaron, no iban a bajar sino a subir.

La subida abrupta en un 22,3% del SMI, saltándose el propio acuerdo en el diálogo social para que ésta se produjese de forma progresiva hasta 2020, afectaría a todas las bases mínimas del Sistema de Seguridad Social, y en el caso de los autónomos aún más.  Al ser en 12 pagas la base mínima del Régimen de autónomos pasaría de la actual 932,7€ a 1.050€ y por tanto a pagar 35 euros más al mes y 420 euros más al año. Y a ello, había que sumar que al millón de autónomos empleadores, que en su gran mayoría emplean a uno o dos trabajadores, les subirían los costes laborales de 2.800 hasta 4.500€ por cada trabajador anualmente.

No tardaron los socios del Gobierno en responder, afirmando que no habría subida, puesto que el acuerdo recogía la reforma del Régimen de Autónomos para adecuar cotizaciones a ingresos y así bajarle las cuotas a aquellos autónomos cuyos ingresos estuvieran por debajo del SMI anual. Sin embargo, tal y como estaba redactado el acuerdo, por un lado, la reforma que debía amortiguar la posible subida estaba prevista durante 2019 sin fecha concreta mientras que la subida del SMI entraría en vigor a 1 de enero de ese año. Por otro, el capítulo de ingresos por cotizaciones a la SS por la subida del SMI reflejaba unos ingresos de 2 mil millones de euros en este concepto. La misma noche que la Ministra de Economía presentaba el contenido del acuerdo, el acuerdo que se enviaba a Bruselas reflejaba 1.500 millones y no 2 mil.

Creíamos que había rectificación. Nosotros y Unidos Podemos, que insistía en que los autónomos con ingresos por debajo de 12 mil euros estarían exentos de esa subida y que no le subirían la cuota a ningún autónomo.  El jarro de agua fría vino el día en el que se nos convocó en el Ministerio de Trabajo. Esperábamos una propuesta de adecuación de cotizaciones a ingresos, que ya no se produciría  hasta 2020, y se nos presenta tres escenarios de subida de las bases y tipos  vinculados a la obligatoriedad de cotización en contingencias profesionales y en la prestación por cese de actividad,  el famoso paro de los autónomos.

Los tres escenarios suponen uno) una subida de la base mínima en un 1,25% y un tipo total a aplicar de 33,70% sobre la misma, lo que supondría aumentar en 468 euros anuales la cuota de autónomos; dos) una subida de la base mínima en un 6,25% y un tipo a aplicar del 31,80%, supone 432 euros más de cuota al año y por último, una subida del 12,25% con un tipo de 31,20%, es decir 583 euros más al año.

 Y van más allá, la subida de tipos a aplicar sobre las bases, aunque regresiva en función del incremento de bases, viene por la inclusión de la obligatoriedad de cotizar por contingencias profesionales, formación y por la prestación por cese de actividad. Señorías, una prestación, la del “paro de los autónomos”, que el propio Secretario de Estado de Seguridad Social ha calificado de “fraude laboral”, porque se deniega el acceso a la prestación al 60% de los autónomos que la solicitan y que están cotizando por ella.

Además, nos proponen aumentar el importe de la tarifa plana de 50 a 75 euros y limitar su uso vinculándolo a la permanencia en el Sistema, porque “sólo el 30% se mantiene en la actividad”. Y ello sólo 10 meses desde su ampliación a 1 año aprobado por unanimidad y con el apoyo del propio PSOE. Choca ese porcentaje con el informe de evaluación realizado por la Comunidad de Madrid en septiembre de este año, que ya tenía ampliada la tarifa a 1 año, que arroja que el 60% continúa en la actividad tras la tarifa plana. Resulta que esa diferencia parece provenir del hecho de que no computan a los que tras el trabajo autónomo se convierten en asalariados, es decir que se mantienen en la actividad por cuenta ajena cotizando aún más al Sistema. Dejar la actividad durante la duración de la ayuda supondrá que el tiempo cotizado computaría sólo a media jornada. ¿Imaginan ustedes qué pasaría si a un trabajador con contrato indefinido bonificado al ser despedido se le dijese que el tiempo cotizado sólo le computaría a media jornada?

Y ya la guinda, el Presidente de la AIREF en sede parlamentaria, anuncia que se subirán las bases máximas un 10%, y que de los 1.500 millones de euros que se pretende recaudar por cotizaciones 1.000 millones provendrían de los autónomos, nuevos cajeros automáticos de este Gobierno.

No sólo se menosprecia a los autónomos y su papel fundamental en la creación de riqueza y empleo en nuestro país, se menosprecia  su  inteligencia  al intentar negarles que esto no es una subida de cuotas. Nunca creí que los partidos de izquierda, fueran capaces de convertir la protección social en un producto de lujo al que muchos autónomos no podrán acceder. Nunca pensé que condenarían a muchos de ellos a volver a esa economía sumergida de la que la tarifa plana les ayudó a salir. No lo vamos a permitir. Las asociaciones mayoritarias, esas que no están al servicio de los intereses partidistas porque tienen autónomos afiliados, estaremos siempre del lado de los autónomos.