Opinión

¿Cuándo arranca la necesidad de transformar digitalmente a la empresa?

Se habla mucho de transformación digital y con años de retraso el mundo comenzó su gran cambio el 15 de marzo de 1994, cuando 123 países firmaron los acuerdos de las últimas Rondas del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), dando paso esta institución a la Organización Mundial del Comercio (WTO, por sus siglas en inglés) el 1 de enero de 2015 (actualmente con 164 miembros) ya que ante un mundo global el GATT no tenía sentido, después de una excelente labor de décadas.

¿Cuándo arranca la necesidad de transformar digitalmente a la empresa?

En aquel momento, ante un mundo “sin barreras”, las empresas  vieron que sus estructuras multinacionales carecían de sentido y empiezan a pensar en la desintegración de sus cadenas de valor, aprovechando ese mundo global y es entonces cuando un par de años después, Internet irrumpe como la herramienta salvadora y comienza el protagonismo de las Tecnologías de la información y la comunicación (T.I.C.) y consecuentemente una aceleración espectacular al proceso de globalización favorecido y soportado por las mismas.

Por otro lado, siempre se ha dicho que no hay verdades absolutas en el mundo de la empresa, pero yo me atrevo a decir que sí, que hay una, la “coherencia”. Las empresas tienen que ser coherentes con su entorno y esa coherencia nos lleva a tener que ser capaces de utilizar las T.I.C. de forma intensiva y ese es el catalizador de la Transformación Digital de la Empresa.

¿Cómo tenemos que adaptar o transformar digitalmente nuestra empresa?

Las T.I.C. han acelerado el proceso de globalización a todos los niveles. Empezaron transformando primero las empresas y luego continuaron con las personas hasta conseguir crear una sociedad interconectada, donde el smartphone ha culminado el proceso hasta el momento actual. Si bien todavía tenemos que ver progresos enormes y disruptivos en los próximo años, donde la impresión 3D, los coches auto-controlados, la robótica y la inteligencia artificial, obligarán a las empresas y a la sociedad a reconfigurarse.

Esta reconfiguración tiene que realizarse de forma metodológica y organizada a todos los niveles y en paralelo a la permanente evolución tecnológica y social; algo que las empresas, en general, no han realizado en las últimas décadas. Anteriormente dijimos que el auténtico cambio empezó el 1 de enero de 1995 y la irrupción de internet se produce entre el 1995 y el 2000 y las empresas seguían mirando al pasado, pero las que miran para atrás se convierten en estatuas de sal.

Ya no hay ninguna otra oportunidad, la evolución se produce a una velocidad que no es posible ni pararla ni pararse, pero para no pararse hay que empezar a andar ya, o te transformas o desapareces.