Opinión

Digitalizarse o “morir”: una máxima para el autónomo

El trabajador por cuenta propia ha emprendido un proceso de adaptación a las nuevas formas de relacionarse con la Administración.

Digitalizarse o “morir”: una máxima para el autónomo

Día sí día también, las grandes publicaciones y cabeceras económicas abordan el proceso de digitalización en el ámbito empresarial, un proceso necesario en el que ya anda inmersa la propia Administración y desde donde, más que recomendar, obligan a autónomos y pymes a realizar. De hecho, y aunque esta transformación digital está siendo progresiva, cuando se trata de determinadas obligaciones fiscales, contables o relacionadas con la cotización del autónomo, el único soporte de gestión es online. Los autónomos se están familiarizando con los procedimientos del Sistema RED, CIRCE o las sedes electrónicas de Seguridad y Hacienda. 

Carecer de un certificado digital o una asesoría online con la que cumplir las obligaciones con la Administración ha dejado de ser una opción. Por ello, es fundamental que autónomos y empresas se hagan a esta nueva forma de relacionarse con la Administración y entiendan lo ventajoso que hay en la digitalización de la gestión contable y fiscal de la actividad.  

Por qué digitalizar las obligaciones del autónomo con Hacienda y Seguridad Social

Ya hemos adelantado algunos de los motivos por los que empezar a pensar en la automatización del pago de impuestos, una de las cargas más pesadas del autónomo, así como otras obligaciones, derechos o comunicaciones con la Administración; desde la solicitud de deducción anticipada de maternidad, la petición de cambio de régimen de tributación o de base de cotización. Hoy en día, hay pocas gestiones del autónomo que no puedan realizarse a golpe de clic. 

¿Cuáles son las ventajas y los motivos que conducen a los autónomos a esta creciente digitalización? 

  • Ahorro de tiempo: Si hay algo que al autónomo le falta es tiempo. La automatización de la gestión fiscal y contable conlleva el uso eficiente del tiempo. De esta manera el trabajador autónomo puede dedicarse a las áreas del negocio responsables de la entrada de dinero y no de salida. 
  • Comodidad y flexibilidad: Se acabaron las maratonianas jornadas en las oficinas de la Seguridad Social o de Hacienda con una carpeta repleta de documentos bajo el brazo y a la espera de turno. Cuando se trata del cumplimiento de las obligaciones fiscales, Internet es sinónimo de comodidad y flexibilidad. 
  • Ahorro de costes: Y no solo en desplazamientos. La irrupción de las asesorías online a precios económicos y productos de gestión como los programas de facturación están calando entre los autónomos que ven en este modelo la vía para digitalizar la gestión tributaria y contable de su negocio en paralelo a la digitalización que está realizando la Administración. 
  • Por imperativo legal: Varios son los organismos que trabajan para eliminar completamente el papel en un futuro a medio plazo erigiéndose como agentes digitalizadores. El Ministerio de Hacienda, por ejemplo, ya está inmerso en el Plan de Acción de Transformación Digital MINHAFP.  Además, en los últimos tiempos, ha entrado en vigor el Suministro Inmediato de información (SII), el reciente sistema de gestión del IVA basado en el registro casi en tiempo real de la facturación de grandes empresas y/o aquellas inscritas en el Registro de Devolución de IVA mensual (REDEME) en la Sede electrónica de Hacienda. En el ámbito de la Seguridad Social, desde el pasado 1 de octubre de 2018, todos los trabajadores autónomos están incorporados al sistema RED o hacen uso la Sede Electrónica de la Seguridad Social. 
  • La tecnología evita el fallo humano: Cuando se trata del pago de impuestos o la contabilización de facturas, los sistemas digitales, por su propia naturaleza, reducen el margen de error al detectar lo que el contribuyente no alcanza a ver. 
  • Facilita la consulta inmediata: La digitalización también llega al archivo documental. La tecnología en la nube permite el acceso inmediato a cualquier declaración fiscal o libro contable, favoreciendo la relación entre el asesor fiscal y el trabajador autónomo. 

Con todo ello, parece indispensable para el contribuyente autónomo dejar de lado las formas tradicionales de afrontar la burocracia de su actividad y “subirse al carro” de la digitalización. Ignorar este proceso le hará quedarse obsoleto ante la Administración. Por ello, renovarse o morir, debe ser una máxima para el autónomo.