Gastó nueve veces menos que Alemania

España es de los países de la UE que menos ayudas directas destinó a los autónomos durante la pandemia

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) analizó los recursos destinados por nueve países de la UE para ayudar a la base del tejido productivo -los pequeños negocios- durante la crisis. España es el que menos porcentaje de PIB invirtió en ayudar directamente a los autónomos.
España es de los países de la UE que menos ayudas directas destinó a los autónomos durante la pandemia

El pasado 21 de junio España puso punto y final a un Estado de Alarma que mantuvo durante más de tres meses suspendida la actividad de la mayoría de autónomos y empresas. Aunque todavía es pronto para conocer los efectos reales que tendrá este parón en los negocios, algunos estudios ya han evaluado las acciones llevadas a cabo por los diferentes gobiernos europeos para salvar sus economías.

Uno de ellos ha sido el estudio de la Comisión de Ayudas a Empresas del Grupo de Trabajo Mixto Covid-19, elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA). La organización que reúne a más de 120 expertos independientes y de diferentes áreas e instituciones concluye que España está a la cola de los principales países de la Unión Europea -en proporción a su PIB-  por recursos destinados a mantener a las empresas y es la que menos ayudas directas destinó a los autónomos de entre los nueve países analizados.

Concretamente, el documento califica de "modesta" la posición de España respecto a los países de nuestro entorno "en términos del volumen de recursos que está dedicando durante la actual crisis a apoyar a las empresas, incluyendo tanto ayudas directas como garantías para préstamos y otras medidas de liquidez". Cuestión que los expertos atribuyen "al limitado margen de maniobra fiscal con el que contaba nuestro país al inicio de la crisis". 

El estudio analiza lo que ha destinado cada país a sus empresas en relación a su PIB. Si bien España se encuentra en una posición cercana a la intermedia en medidas de impulso fiscal inmediato para las empresas en general, incluso por delante de algunas países como Bélgica o Italia, el porcentaje se desploma al analizar la parte de estas medidas que fueron destinadas exclusivamente a los autónomos y pequeños negocios. 

España, el país que menos ayudó a sus autónomos

Así, en medidas de impulso fiscal para el grueso de las empresas, España destinó un 2,3% de su PIB. Porcentaje inferior al que desembolsaron otros países como Alemania (10,1%); Estados Unidos (9,1%); Reino Unido (4,8%); u Holanda (3,7%). Sin embargo, la dotación, en términos porcentuales, fue similar a la de países como Francia (2,4%) y superior a la de Dinamarca (2,1%); Italia (0,9%) o Bélgica (0,7%). 

La posición de España en la lista cambia por completo cuando se analiza el volumen de recursos destinados específicamente a autónomos y pequeños negocios. En este apartado, nuestro país pasa de estar en una posición intermedia a situarse en el último puesto de los nueve países analizados. Así, mientras que España destinó un 2,3% de su  PIB  a medidas de impulso fiscal a empresas, sólo invirtió un 0,3% del PIB en ayudas directas a autónomos y pymes.

Nueve veces menos que Alemania

Porcentaje que resulta muy inferior al de cualquier otro país analizado en el estudio. Alemania, que es el que mayor volumen de recursos destinó a sus empresas en todos los apartados, hizo un desembolso para sus autónomos y pymes hasta nueve veces superior al de nuestro país, un 1,9% de su PIB. Le sigue Dinamarca con un 1,6%; Estados Unidos con un 1,7%; Reino Unido con un 1,2%; Francia con un 1%; Holanda con un 0,7%; Italia con un 0,6%; y Bélgica con un 0,4%. 

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Fuente: Elaboración de FEDEA en base a los datos de Bruegel Datasets

Tal y como apunta el documento, "en cuanto a las ayudas directas a pymes y autónomos (transferencias), en España se sitúan muy por debajo de otros países europeos. En buena parte, las diferencias entre los países analizados guardan sobre todo relación con el distinto margen de política fiscal con que contaba cada uno de ellos al comienzo de la crisis". 

Aún con todo, Italia, país que se encontraba en una situación similar al nuestro antes de la pandemia, destinó un volumen de recursos tanto en materia de ayudas directas como de liquidez considerablemente superior al de España. " A pesar de presentar altos niveles de déficit y deuda pública con anterioridad a la pandemia, ha establecido programas de financiación a las empresas y autónomos -y de apoyo a la exportación- que pueden calificarse como ambiciosos”, explican los expertos en el documento. 

Esta posición -continúan- "contrasta con la española que ha sido, hasta ahora, de bastante más cautela, aunque se debería evaluar si cuando llegue la confirmación de nuevos recursos fiscales desde la Unión Europea, y aprovechando el cierto momentum comunitario favorable, deberían plantearse de manera más decidida medidas de apoyo directo a las empresas". 

Consideran "insuficientes" las líneas de financiación

Por otro lado, el estudio de FEDEA también analiza el volumen de recursos destinado por cada país en relación a su PIB para dotar de financiación y garantías de liquidez a las empresas. Si bien en este apartado España sale mejor parado que en lo que se refiere a ayudas directas a autónomos y pymes, continúa estando a la cola tanto en volumen de recursos como en la parte de garantías que corre a cargo del Estado

Las medidas financieras aprobadas por el Gobierno español y las autoridades europeas constituyen, según el estudio, "un esfuerzo no despreciable por paliar los problemas de liquidez y capital empresariales causadas por el COVID-19. Sin embargo, consideradas en su conjunto se aprecian insuficiencias para cubrir las posibles demandas de financiación". 

Además, continúa el documento, "en comparación con otros países europeos -y aun estando todos en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea- se observa también una mayor exigencia en España en los criterios de elegibilidad para acceder a los programas de avales y la limitación de las ayudas directas a pymes y autónomos frente al caso de otros países". 

Volumen de recursos destinados a financiación

En cuanto a volumen de recursos destinados a dotar de liquidez a las empresas, en el estudio de FEDEA vuelve a destacar Alemania, con un programa de avales de 950.000 millones de euros (28% PIB) y apoyo directo a pymes de hasta 50.000 millones de euros.

En Francia, los avales y préstamos suman 300.000 millones de euros (12,5% PIB) y, en Italia, un programa de garantías de hasta 850.000 millones de euros (34% PIB). Muy por debajo se encuentra España, que lanzó una línea de avales a través del ICO por importe máximo de 100.000 millones de euros (8% PIB) para la cobertura de la financiación otorgada por entidades financieras a empresas y autónomos.

Porcentaje de cobertura inferior a otros países

Además, España no sólo está por debajo de los países de su entorno en volumen de recursos destinados a avalar préstamos sino también en el porcentaje de cobertura a las entidades financieras que asume el Estado en caso de que la empresa en cuestión no devuelva el préstamo. 

En nuestro país, el porcentaje de pérdida que cubren los avales del Gobierno es de hasta el 80% para pymes y autónomos y hasta el 60% o 70% para otras empresas. Sin embargo, en el caso de Francia, el límite varía entre el 70% y el 90% en función del volumen de ingresos del negocio que solicita financiación; en Alemania entre el 80% y el 90% y, "en algunos casos limitados", el 100%; y en Italia del 70% al 90%, y también en casos limitados el 100%. 

Este porcentaje de pérdidas avalado por el Estado es muy relevante ya que de él dependerá directamente el riesgo que tomen las entidades financieras a la hora de otorgar un préstamo. Cuanto más bajo sea el aval del Estado, mayor será el número de autónomos y pymes que quedan fuera pues son, fundamentalmente, éstos los que presentan un riesgo más alto para los bancos. 

Otras medidas implementadas por España

En todo caso, según explican en el documento, "no toda la ayuda financiera se establece a través de préstamos y garantías. También son importantes otras medidas: las moratorias a préstamos hipotecarios o no hipotecarios", entre otros. 

En el caso de la moratoria hipotecaria, el Gobierno español, junto al italiano, son de los únicos que han aprobado dicho aplazamiento por ley.  Por el contrario, ni el Ejecutivo alemán ni el galo dispusieron este tipo de medidas a través de una norma, aunque en Francia sí existen iniciativas privadas.

En cuanto al aplazamiento de impuestos, los cuatro países (España, Francia, Alemania e Italia) recogieron esta medida. Destaca el caso de Alemania que, además, relajó sus leyes de insolvencia.

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Fuente: FEDEA

Recomendaciones para salvar negocios 

Además de analizar las principales medidas que el Gobierno español ha tomado hasta el momento para intentar proteger el tejido productivo durante la pandemia, el documento también avanza algunas propuestas para mejorar y extender estas medidas y para introducir otras nuevas con el mismo objetivo y pensando también en cómo reforzar la capacidad financiera de nuestro tejido empresarial a medio y largo plazo.

Desde Fedea recomiendan dotar de una mayor flexibilidad los programas de avales, de modo que "si se agotan puedan extenderse en importe y en el tiempo". Además, "dada la relevancia de reducir los impagos, las administraciones públicas deberían ser las primeras en cumplir con los plazos de pago establecidos legalmente (algo que, en conjunto, no sucede) e, incluso, acortarlos, evitando así el cierre de empresas afectadas por esta situación". 

Por otro lado, los expertos explican que "parece conveniente que se dote a las moratorias sectoriales de un marco jurídico seguro y previsible, que permita su máxima utilización, en beneficio de hogares, empresas y autónomos y determinarse sus requisitos con toda exactitud a tiempo para que los bancos puedan concederlas en un marco de seguridad jurídica". 

También ven muy importante desde FEDEA  "evitar que empresas económicamente viables sean liquidadas. Para ello sería deseable facilitar la reestructuración de su deuda, limitando los privilegios de las administraciones públicas, incluida la Seguridad Social, y los vetos de los acreedores senior. La reestructuración de la deuda con los bancos podría facilitarse mediante quitas tanto de deudas fiscales como a la Seguridad Social".