El ERTE y el cese de actividad

Los expertos afirman que al Gobierno le es más rentable extender las ayudas que la destrucción de negocios

Según economistas y fiscalistas consultados, al Gobierno le sale más rentable asumir los 6.300 millones de euros que cuesta extender el cese de actividad para los autónomos y los ERTE para las empresas, que perder esos negocios.

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Los expertos afirman que al Gobierno le es más rentable extender las ayudas que la destrucción de negocios

En plena negociación sobre la extensión de la prestación por cese de actividad para los autónomos y los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal del Empleo) hasta diciembre, surge el dilema del gasto para el Estado. ¿Hasta que punto puede asumir el Erario Público el coste de la prolongación de estas medidas?

Desde la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) calculan que “el coste de prolongar los ERTEs de forma automática a los 770.000 trabajadores de todos los sectores que están afectados es de 3.300 millones de euros. Desde el 1 de octubre y hasta al 31 de diciembre, unos 1.100 millones euros al mes entre prestación y exoneración”. Y el gasto de poner en marcha la prestación extraordinaria de cese de actividad para ayudar al millón de autónomos que lo necesitan ascendería a 1.000 millones de euros al mes, unos 3.000 millones de euros hasta fin de año.

En total y entre ambas prestaciones, según los cálculos de la Federación, el Gobierno tendría que destinar 6.300 millones de euros hasta el próximo mes de diciembre. Para Lorenzo Amor, presidente de ATA, la cuantía es “mucho menos de lo que se dice”. Y a su modo de ver, no prolongar ambas medidas sería un error y tendría “un coste muy superior” al mencionado.

El coste de no extender las medidas

La extensión del ambas medidas es un decisión compleja, en la que el Gobierno tiene que calcular qué le sale más rentable, si extender el cese y los ERTE, en cuyo caso tendría que seguir haciendo el desembolso en ambas prestaciones, o no prolongar las medidas y hacer frente a la pérdida de negocios, de empleo, de ingresos fiscales y de cotizaciones. Así lo cree, al menos, el presidente del Consejo General de Economistas (CGE), Valentín Pich.

Pich defiende que “lo que tiene que hacer el mundo empresarial es pedir la máxima extensión de los ERTE y del cese de actividad para los autónomos, porque es lo que más les interesa desde su perspectiva. Y el Gobierno tiene que evaluar estas posiciones de una manera general, teniendo en cuenta el coste también sanitario. Pero es más evidente que lo que a todos nos interesa es que la actividad se mantenga, porque si no la situación se puede disparar”.

A su modo de ver, el Gobierno se encuentra frente a una disyuntiva, pues, por un lado, está viendo lo que se va a gastar y, por otro lado, está evaluando y previendo “lo que va a costar el hecho de no hacerlo”. En este sentido, comentó que será fundamental “conocer las cifras reales de los beneficiarios de las prestaciones. El Gobierno tendría que desglosar las cifras por sectores, por empresas y mostrar la realidad”.

Extender según la situación de cada empresa

El presidente del Consejo General de Economistas (CGE) es partidario de que se extiendan las ayudas por sectores, pero también por situación de la empresa. “Para seguir percibiendo la ayuda hay que separar por sectores. Y dentro de los sectores por empresas”. Explicó que los “ERTEs fueron un instrumento que sirvió para evitar la destrucción inmediata de empleo, pero nos hemos encontrado con una pandemia que está durando más de lo esperado. Y lo que no podemos hacer ahora es cargamos los ERTE, y el cese de actividad, abocando a miles de negocios a cerrar o a despedir trabajadores, algo que encima no pueden hacer por haber sido un empleado en ERTE".

Para Pich, la clave del éxito de la extensión será dividir por sectores e identificar a aquellos negocios que lo necesiten. Una idea que sigue la línea de lo que plantea el Banco de España. El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, afirmó la semana pasada durante presentación del informe trimestral de la economía española, que la extensión de los ERTE se debería aplicar solo a aquellas empresas que fuesen rentables.

Según recoge la agencia de noticias Europa Press, Arce considera que el Ejecutivo debería seguir apoyando a los negocios, concretamente, a aquellos que “sigan siendo viables”. De tal forma, que progresivamente se tengan que re-diseñar las medidas de apoyo para facilitar la “necesaria reasignación de factores de distintos sectores, ya que no todos se están viendo igualmente afectados, ni tendrán las mismas perspectivas de crecimiento tras la crisis”.

En el informe trimestral del organismo supervirsor, el Banco de España baja sus previsiones de caída del PIB (Producto Interior Bruto) de entre un 10,5% y hasta el 12,6% este año, como “consecuencia de las huellas persistentes que cabe esperar que la crisis deje en el potencial productivo de la economía. El stock de capital disponible se verá afectado por la desaparición de la parte del tejido empresarial cuya viabilidad se vea comprometida por la crisis, sin que las medidas puestas en marcha para favorecer la liquidez empresarial puedan evitar que, en determinados casos, se materialice una situación de insolvencia. Asimismo, cabe esperar que, en paralelo, se produzca un cierto aumento del desempleo de larga duración, a pesar del recurso a los ERTE y a los programas de cese de actividad de los trabajadores autónomos”.

Incentivar a los negocios que están operativos

Para Pich el Gobierno no sólo debería extender las ayudas al tejido empresarial por sectores y negocios específico, sino que, además, deberían dar una serie de incentivos a aquellas empresas que estuviesen ahora mismo activas. No es normal que los negocios y autónomos que están trabajando y esforzándose no tengan un tratamiento de apoyo. Porque si ellos se cansan no sé qué puede pasar”.

Unido a esto, calificó de “inmoral el hecho que haya empresas que se hayan esforzado por salir, mientras que otras no. El dinero que se paga con los ERTES lo pagamos todo y vamos a llegar déficit público 120%. Cuando pase la fiesta (haciendo referencia a la actual crisis), vamos a tener las manos y los pies atados. Hay que gastar menos y mejor”.

Las ayudas están mal planteadas desde el principio

El presidente de la Federación Española de Asociaciones Profesionales de Técnicos Tributarios y Asesores Fiscales (Fettaf), Joan Torres, apuesta también por la extensión del cese de actividad para los trabajadores autónomos y la prolongación de los ERTE más allá de septiembre, pues aunque estos colectivos estén recibiendo ayudas estos siguen “pagando cotizaciones, IVA, IRPF, ...”.

No obstante, para Torres el problema de la extensión de las medidas está en el planteamiento inicial de las mismas. “Cuando hablamos de macro-economía es fácil equivocarte, y aunque no puedo hacer ahora mismo un análisis exhaustivo, creo que hubiera sido mucho más eficiente darle a cada empresa lo que facturase mensualmente durante los meses que estuvo cerrado y no haber creado ni el ERTE, ni el cese de actividad, ni los ICO”.

“De esta forma, y aunque el coste pueda se mayor -que no lo sabemos pues habría que analizarlo a través de un estudio-, no se habría movido la estructura económica durante la pandemia y todo seguiría igual. Y eso aunque a corto plazo sería un gasto muy alto, a largo es lo que hubiera merecido la pena”.