Nada parecido al pequeño cupé que era antes

El Ford Puma se transforma para aportar un espíritu nuevo al concepto SUV

Ford ha recuperado el nombre Puma para su nuevo SUV, o crossover deportivo, como ha decidido denominarlo la marca. Un producto atractivo con mucho que decir.
Ford Puma-web-ford
El Ford Puma se transforma para aportar un espíritu nuevo al concepto SUV

Sin duda, algunas personas que peinan canas recordarán que allá, por los años 90 del pasado siglo, Ford presentó un pequeño coupé de dos puertas, derivado del Fiesta, llamado Puma que apenas duró cinco años en el mercado. Ahora, ha querido recuperar el nombre y el espíritu de pequeño juguete deportivo pero transformándolo en un SUV compacto, más acorde con lo que el mercado demanda actualmente. Un crossover deportivo de cinco puertas y cinco plazas.

De nuevo, Ford aprovecha la plataforma del Fiesta para resucitar aquella idea, pero renovada. Este crossover mide 4,19 metros de largo, 1,81 de ancho y 1,54 de altura, colocándolo en gama por debajo del Kuga, también recientemente actualizado.

Visualmente es atractivo, con una imagen llena de personalidad, líneas redondeadas, líneas muy suaves y con pasos de ruedas muy marcados, muy a la moda. El frontal, con los faros situados muy elevados, un poco con un aire a lo Porsche Macan, es lo más distintivo del diseño del modelo.

Siguiendo la estela del Fiesta pero con notables diferencias

En su interior, nos recordará el diseño y calidad del Fiesta con el que comparte el aire general y el espacio de las plazas delanteras, cómodas y amplias, excepto los asientos, que se encuentran situados seis centímetros más altos y el cuadro de instrumentos que, opcionalmente, puede ser digital. La pantalla central, bien situada, podría ofrecer una visión algo mejor al conductor, pero en general la información está bien organizada y la impresión de calidad percibida, es elevada.

 En la parte trasera no encontramos grandes problemas ni para las piernas ni en la anchura de las mismas, más cómodas para dos personas que para tres, pero eso ya es habitual. La altura de las plazas traseras es otra cosa. La línea descendente del techo, que da ese aspecto deportivo al exterior, limita un tanto la altura interior que, para adultos de cierta talla, resultará justa cuando no claramente insuficiente.

El maletero presenta una bandeja superior que se levanta con el portón, ofreciendo una buena boca de carga y una capacidad total de 456 litros, que llega hasta los 1.216 litros con los asientos posteriores abatidos. Incluye un espacio extra de 80 litros bajo el piso, recubierta de material plástico y algo tan llamativo como un desagüe, por si hemos ido a la playa o tenemos que limpiar de un manguerazo.

El maletero es bastante más aprovechable de lo que parece, pudiendo jugar con las dos alturas que ofrece, la bandeja inferior y el espacio extra al que hemos aludido ya que ofrece una altura total de 1,14 metros. Se pueden transportar cómodamente botellas de buceo o dos bolsas de palos de golf. En resumen, un espacio muy práctico y versátil. Eso sí, no podremos disponer de rueda de repuesto excepto en la motorización básica.

Posibilidad de elegir motores híbridos

En cuanto a las motorizaciones disponibles, encontramos el conocido 1.0 Ecoboost tricilíndrico, con una novedad, la posibilidad de elegir entre dos variantes híbridas ligeras en potencias de 155 CV y 125 CV respectivamente. En ambos casos con cambio manual de 6 marchas y con el atractivo de poder disponer de la etiqueta ECO. También estará disponible desde el principio la motorización convencional de 125 CV, que cuenta con desconexión automática de cilindro, en singular, para reducir el consumo de combustible. Este propulsor se acompaña de cambio manual y más adelante podrá contar con transmisión automática de doble embrague y 7 velocidades. Aún no está disponible en diésel, el ya conocido motor de 1.5 litros con 120 CV de potencia y cambio manual.

La respuesta de los motores de gasolina, pese a que empujan bastante bien y sobre todo a medio régimen, pueden ser un poco decepcionantes a bajas revoluciones por su escasa cilindrada. Se podría esperar más para el aire deportivo que predica el coche. Y tampoco estiran demasiado, como suele ocurrir con los motores de tres cilindros.

El habitáculo no ofrece la insonorización deseable y el ruido se cuela en cuanto circulamos a un ritmo alegre. Es extraño, porque el coche resulta refinado en general. Sin embargo, el resultado general del motor es muy adecuado para lo que el Puma busca.

Las relaciones del cambio buscan optimizar el consumo, ralentizando la respuesta del motor, lo que es común a todas las marcas de coches hoy en día. Pero ofrecen un tacto muy bueno y preciso, aunque el consumo de combustible en la vida real estará uno o dos litros por encima de los homologados por la marca, con lo que rondará los 7 litros a los 100 kilómetros en los motores de gasolina.

Mejoras en el chasis que permiten una mejor conducción

La marca, además, ha dotado al Puma de una suspensión de muelles más gruesos y amortiguadores más duros, mejorando el chasis, con lo que el resultado dinámico es muy adecuado para un crossover. Permite una pisada firme y una sensación de aplomo en carretera más que satisfactoria y contrarrestando el mayor peso, distancia entre ejes y altura libre al suelo del coche. Este chasis resulta brillante y combinado con una dirección muy precisa y de tacto agradable, ofrece un gran placer de conducción.

El equipamiento es bastante generoso desde la versión básica, llamada Titanium, incluyendo una gran dotación de sistemas de seguridad activa, como el avisador de mantenimiento de carril, la alerta de pre colisión, el reconocimiento de señales o la conexión automática de luces de carretera. Posee otros elementos como las llantas de aleación de 17 pulgadas, luces diurnas y de cruce de tipo LED, sensor de aparcamiento trasero, navegador, cargador de móvil inalámbrico, etc.

Los precios parten desde los 21.925 euros del Puma Titanium 125 CV, que no son precios dentro de la gama de SUV con cierto nivel de equipamiento.