Y todavía queda una semana y media de restricciones

Los hosteleros de Madrid perdieron ocho millones de euros este fin de semana

Desde el pasado viernes, más de 23.000 bares y restaurantes de la capital se vieron afectados por las nuevas restricciones en la comunidad. En sólo un fin de semana perdieron más de ocho millones de euros.

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Los hosteleros de Madrid perdieron ocho millones de euros este fin de semana

Desde la pasada noche del viernes, más de 23.000 bares y restaurantes se están viendo afectados por las nuevas restricciones adoptadas en la ciudad de Madrid y nueve municipios más de la región. Entre otras medidas, se limitó a más negocios el horario de apertura, teniendo que cerrar todos aquellos que se encuentren en una de estas zonas, como máximo, a las 23h.

El primer golpe de los confinamientos selectivos sobre la hostelería ha sido rotundo. La incertidumbre hasta el último minuto y celeridad de esta actuación dejó “sin capacidad de reacción” a los locales que ya tenían programadas multitud de cenas para las noches del viernes al domingo.

De hecho, sólo en la capital se llegaron a cancelar  hasta 75.000 reservas para cenar durante el pasado fin de semana, lo que supuso unas pérdidas de ocho millones de euros. Pero todavía queda, al menos, una semana y media más de restricciones severas en los diez municipios confinados de la Comunidad de Madrid, lo que provocará un aumento exponencial de las pérdidas ya registradas.

Prevén pérdidas de hasta 188 millones de euros

Según informó Juan José Blardony, director de la Asociación Hostelería Madrid, el impacto económico para el sector madrileño va a dispararse hasta los 188 millones de euros, tras los 14 días que, como mínimo, se mantendrán las limitaciones a la movilidad y la actividad de varios sectores, y especialmente de la hostelería. Las medidas sanitarias se siguen aplicando por periodos de dos semanas y el fin de las mismas varía en función de la evolución de los datos epidemiológicos de cada zona.

Siguiendo las previsiones aportadas por Hostelería Madrid, el impacto económico que producirán estas dos semanas supondrá algo más del 14% de las pérdidas que se habían calculado hasta final de año, cifradas en 1.331 millones de euros. En general, los autónomos y trabajadores que viven del sector interpretan las últimas medidas como una “ruina” para su economía y, en concreto, desde la asociación madrileña estiman que la reducción de horarios y aforos está poniendo en juego para lo que queda de año casi 16.000 empleos, que se sumarían a los más de 40.000 ya perdidos entre enero y agosto. Para Blardony la situación es “insostenible” y alertó de que si las medidas se prolongan en el tiempo, se pondrá en riesgo la campaña de Navidad con la que habitualmente los bares y restaurantes registran el 20% de su facturación anual.  

Aclimatar una terraza supone un gasto adicional de hasta 1.500 euros 

Además, para multitud de establecimientos, las terrazas son la única forma de mantenerse a flote y, con la llegada del invierno, será vital acondicionar estos espacios de modo que el consumo en los mismos no se reduzca. Sin embargo, la instalación de estufas y mamparas precisa de una autorización de las Juntas Municipales de distrito, que se están viendo desbordadas ante la gran cantidad de peticiones recibidas. Por eso, Hostelería Madrid solicitó al Ayuntamiento una autorización general que permita a cualquier local de la ciudad la instalación de este tipo de mobiliario en sus terrazas sin necesidad de tramitar individualmente la petición.

Estas demoras burocráticas han perjudicado asimismo a otros bares y restaurantes que ni siquiera han podido abrir una terraza porque no han resuelto todavía su solicitud. Concretamente, se solicitaron 3.889 terrazas hasta mediados de septiembre y únicamente se les ha concedido a 1.730. Aunque también se han denegado otras 750 por motivos de falta de espacio público y/o el cumplimiento de criterios medioambientales que no permite habilitar terrazas en las bandas de aparcamiento de diversos distritos de Madrid. Sólo un 30% de estas solicitudes fueron aprobadas.

En cualquier caso, los autónomos del sector de la hostelería que sí cuenten con terraza se verán obligados a equiparla para no perder consumidores con la llegada del frío. Esta instalación supondrá un coste adicional para su bolsillo, que podría oscilar entre 1.000 y 1.500 euros, según los cálculos de la asociación.

Por su parte, en Salamanca, donde existen más de un millar de locales de restauración, se han puesto también a trabajar para encontrar la fórmula que permita la supervivencia del consumo en las 600 terrazas de la ciudad durante el invierno. Álvaro Juanes, presidente de la asociación de hosteleros salmantinos aseguró que están negociando con distintos proveedores con la intención de ofrecer un pack que englobe mamparas, estufas y sombrillas para que el gasto sea “más asequible”, aunque reconocen que “no dejan de ser inversiones que hacen mella. Todo en estos tiempos es un esfuerzo”. Al igual que en Madrid, el desembolso al que tendría que enfrentarse el dueño de un establecimiento sería de unos 1.000 euros, por lo que también se plantean la opción del alquiler del material.  

Más restricciones a la hostelería en otras localidades 

El impacto económico que las restricciones de Madrid han tenido sobre la hostelería este fin de semana puede ser un patrón que se repita en otros puntos del país. Además de la capital, otras ciudades cercanas como León o Palencia están sufriendo confinamientos, lo que repercutirá asimismo en una disminución de clientes para sus negocios. De hecho, a pocos días de que se celebre el puente del 12 de octubre, la ocupación hotelera ronda el 30%, cuando en estas fechas suelen tener prácticamente la totalidad de las alojamientos llenos.

También es el caso de Galicia, donde se están viviendo situaciones diametralmente opuestas con ciudades como Lugo que relajan sus restricciones y provincias como Ourense que se ven obligadas a reforzarlas. En concreto, desde el pasado viernes, los orensanos se enfrentan a un endurecimiento de las medidas sanitarias debido a que triplican la incidencia de la comunidad gallega. En consecuencia, la Consejería de Sanidad anunció la prohibición de las reuniones de no convivientes en la ciudad, por lo que los encuentros en los bares y restaurantes han quedado enormemente limitados. Desde este lunes, amigos, familiares o compañeros de trabajo que no vivan en el mismo hogar no pueden sentarse en la misma mesa de ningún establecimiento de la zona. 

Por su parte, el Ayuntamiento de Lugo ha decidido permitir la apertura de los locales de ocio nocturno en horario de tarde para desarrollar su actividad “estrictamente hostelera”, según informó el consistorio en un comunicado. Pretenden así “dar respuesta” a la demanda de los autónomos y empresarios del sector que se vieron obligados a cerrar sus negocios el pasado 15 de agosto. De modo que los establecimientos del municipio lucense podrán vender comida y bebida conforme a la licencia que tengan en su caso concedida.