Un sector en dificultades

Junio fue un mes negro para el comercio minorista, cerró el 21% de los negocios

El  pasado mes de junio, el comercio minorista volvió a registrar la cifra más alta de disoluciones. Uno de cada cinco negocios cerraron sus puertas para siempre. A pesar de todo, sigue siendo también el sector en el que más nuevos negocios se crean.

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Junio fue un mes negro para el comercio minorista, cerró el 21% de los negocios

Como viene siendo habitual en la serie histórica, el comercio ha vuelto a ser el sector con más negocios que  cerraron sus puertas. El mes de junio se ha saldado con un porcentaje elevado de disoluciones en este sector, un 21,39% concretamente, la cifra más alta en este mes desde 2012 y la segunda del año en curso -sólo superada en febrero cuando los registros marcaron un descenso del 22,46%-.

Tal y como se viene alertando desde las asociaciones de autónomos y organizaciones representativas del comercio, esta actividad, -que supone hasta el 30%  del PIB español si contamos el impacto indirecto sobre el resto de sectores productivos-, aún no ha salido de la crisis.

Los datos de afiliación del mes de julio dan buena cuenta de ello. En concreto, el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) perdió a 11.537 autónomos de este sector el último año.   

Hay varios factores que impiden  que el comercio termine de recuperarse por completo. En primer lugar, la crisis estructural de un sector al que aún le queda mucho por modernizarse. Sólo el 4,95% de los pequeños negocios emplean el comercio electrónico para vender. Esto hace que su competitividad se reduzca hasta un 40%, según se desprende de distintos informes.

En este sentido, tanto desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, como desde la patronal CEOE y las asociaciones se están poniendo en marcha iniciativas como la creación de un Observatorio de Comercio para analizar el nivel de digitalización de los comerciantes y detectar posibles trabas que estén limitando su expansión. Además, desde este mismo ministerio existe una propuesta para duplicar la dotación del Plan Integral de Apoyo a la Competitividad del Comercio Minorista hasta los 13 millones de euros.

Por otra parte, este sector -que emplea a 789.041 autónomos y a algo más de 2,5 trabajadores por cuenta ajena, según los últimos datos de Seguridad Social-, se ha de enfrentar a otras lacras como el intrusismo, las falsificaciones o la campaña de descuentos permanentes, que dejan un crecimiento cero incluso en época de rebajas. Todo ello con el añadido de la incertidumbre derivada de la situación política que se vive en España.

La otra cara de la moneda

Pese a todo, el comercio todavía continúa siendo una actividad atractiva para los emprendedores. Aunque es el sector en el que más negocios se destruyen con diferencia y el año pasado apenas creció un 0,8% (casi tres puntos menos que en 2017), también es en el que que más se crean. En junio se crearon un 20,90%, lo que supone un saldo neto de 1.285 nuevos negocios -cifra por debajo de los meses de junio de 2014 y 2016 cuando se alcanzaron los picos más altos (23,10% y 22,33% respectivamente)-.

Tomando como referencia el capital suscrito, los datos mejoran con respecto a mayo. En el sexto mes del año la media fue de 24.521 euros frente a los 20.381 del mes anterior. También están por encima del dato de junio de hace un año cuando el desembolso medio fue de 21.828 euros.   

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Hostelería aguanta el tirón

Otro de los sectores críticos para los autónomos es el de la hostelería que, sin embargo ha dejado cifras más alentadoras. Según datos del INE, en el mismo mes de junio se constituyeron un 10,51% de sociedades, cuatro puntos más que las que se disolvieron (6,17%). El porcentaje es el tercero más alto de todos los meses de junio, sólo por debajo de 2016 (11,86%) y 2017 (11,58%).

En términos de afiliación al RETA cabe destacar que, junto al de la construcción y actividades inmobiliarias, fue el único sector que registró tasas positivas en julio, con 2.549 nuevos autónomos. Ahora bien, no todo son buenas noticias. El capital suscrito en hostelería se desplomó hasta los 10.615 euros de media frente a los 11.263 euros de 2018 y los 20.400 de hace dos años.