Al no haber Gobierno, no hay programas educativos

Los libreros prevén una caída del 40% en sus ventas al inicio del curso escolar

La falta de Gobierno afecta a todos los sectores. También al de los libreros. El colectivo estaba a la espera de modificaciones en el programa educativo. Sin gobierno estable no hay cambios en el programa. Sin cambios, no hay nuevos libros de texto. Por ello, prevén una caída de hasta el 40% en la venta de estos cuadernos.

Los libreros prevén una caída del 40% en sus ventas al inicio del curso escolar

El temor a una posible reforma educativa ha frenado la intención de muchos gobiernos autonómicos a realizar cambios en su programa educativo. Una decisión que, si bien es coherente para que padres y colegios no tengan que hacer frente dos años seguidos a la compra de nuevos materiales, perjudica a los pequeños libreros. El sector estima que este año, las ventas de los libros de texto caerán entre un 30% y un 40%.

“Nuestras previsiones para este año son a la baja total, porque no ha habido ningún cambio en ningún libro” explicó José Herreros, presidente de la Asociación de Librerías de Castilla-La Mancha. Herreros contó que “lo habitual es que los libros de texto se cambien cada cuatro o cinco años. Son modificaciones pequeñas y paulatinas en las que se incluyen las novedades educativas, culturales o científicas. También pueden actualizarse por metodología, para hacer el libro más atractivo para los alumnos. Sin embargo, y ante la posible aprobación de nuevas leyes educativas por parte del Gobierno central, el autonómico ha decidido no alterar los libros de texto”.

Esta falta de decisión en materia de educación fruto de la inestabilidad política, ha hecho que muchos gobiernos autonómicos no introduzcan cambios en los libros de texto, por temor a nuevas modificaciones de la ley educativa. "El problema es que llevamos así varios años y hay libros que no se cambian desde hace seis años” denunció Herreros.

Tampoco es viable la modificación continua de los libros de texto, ni para la Comunidad Autónoma, ni para los padres, “porque tendrían que hacer frente a una fuerte inversión”. Herreros expuso el ejemplo de Castilla-La Mancha. En esta Comunidad, la Junta subvenciona con becas a los alumnos de padres que no puedan hacer frente a la compra de material escolar -éstos tienen que presentar una solicitud en septiembre-. Una vez otorgada la beca, son los colegios los encargados de ir a una librería para adquirir todos libros. "Normalmente, acuden a una librería pequeña y cercana" dijo.

Al curso siguiente, se encargan nuevos libros en función de los nuevos alumnos y de los libros ya adquiridos. De esta forma, si se cambian los libros de texto durante dos años seguidos, la Administración en vez de subvencionar, por ejemplo, cinco nuevos libros de matemáticas para cincos nuevos alumnos en cuarto de la ESO, tendría que subvencionar el material de los 25 alumnos becados de ese curso.

Éste librero aseguró que los problemas que tiene el sector de las librerías en su Comunidad son iguales a los que tienen el resto de éste tipo de negocios en la geografía española, “lo único que cambia un poco es la relación con la Administración”.

Los grupos de WhatsApp también influyen en sus ventas

A parte de la incertidumbre política, hay otra serie de factores que influyen en las ventas de los libros de texto por parte de esto negocios-en su mayoría autónomos o pymes familiares-. Uno de ellos, y tal vez el más antiguo, es la venta e intercambio de éstos productos entre familiares, amigos y conocidos.

“Es algo que siempre ha estado ahí, y que sabemos, que no se puede frenar. Es como ponerle puertas al campo” dijo Herreros resignado. Pero eso sí, afirmó que ahora se ha intensificado “por los grupos de WhatsApp de padres y madres”. Estos grupos facilitan el intercambio e, incluso, compra-venta de libros de texto. Al igual que el uso de plataformas de venta de segunda mano.

Ninguna de estas situaciones son para Herreros un problema grave. Sin embargo, sí denuncia la competencia desleal que hacen los centros comerciales, las grandes plataformas, y los propios colegios.  “Los centros comerciales utilizan los libros de texto para atraer clientes a sus espacios. Los clientes acuden motivados por el precio y la comodidad, pero una vez terminada la temporada, que a ellos se les acaba el 15 de julio, se olvidan de todo” dijo Herreros.

Éste librero afirmó que los clientes son libres de acudir al sitio que más les convenga, pero que tengan en cuenta que “en una librería, un pequeño librero encontrará lo que busca. Por el contrario, en una gran superficie, cuando acaba la campaña ya no hay forma de conseguir libros”.

Lo mismo ocurre con las ventas online: “mucha gente se confunde comprando el libro de texto online, y luego viene a la tienda para que se lo cambiemos”. Según contó, la identificación de los libros de texto es complicada, pues “hay editoriales que tienen hasta cinco tipos de libro para la misma materia en el mismo curso”. Esto es una razón más para acudir a una librería pequeña “que seguramente tiene el listado del colegio y qué sabrá perfectamente de qué libro se trata”.

Otra competencia desleal importante en éste sector, la hacen los propios colegios que deciden vender ellos mismos los libros de texto. En este caso, José Herreros hace hincapié en la competencia por parte de los colegios concertados, “que casualmente son los centros que más libros encargan a sus alumnos y, curiosamente también, las ediciones más caras”.

Para hacer frente a la caída

Para que los libreros puedan hacer frente a la vuelta al cole, los dueños de estos negocios piden a los padres previsión. Es decir, que “encarguen con tiempo al librero el lote, para que éste, a su vez, pueda encargarlo con tiempo a la editorial” aconsejó Herreros. Hay que ir a lo seguro. Toda previsión es poca para que cuando llegue septiembre, los libros de texto estén en las manos de un alumno, y no en la estantería de una librería.