Autónomos que trabajan para los centros escolares

Miles de negocios angustiados ante la posibilidad de que no abran los colegios

A pocos días de que empiece el mes de septiembre, el Gobierno y las CCAA todavía están negociando sobre cuándo y cómo será la vuelta de los alumnos a los centros escolares. La incertidumbre está pasando factura a miles de pequeños negocios de catering o autobuses que podrían desaparecer si se aplazara la 'vuelta al cole'.

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Miles de negocios angustiados ante la posibilidad de que no abran los colegios

La situación es insostenible para muchos de los autónomos encargados del transporte escolar y de los comedores de los centros educativos. La incertidumbre sobre la reactivación de las clases está llevando al límite a estos negocios. De alargarse la situación en los próximos meses, muchos de ellos aseguran que se verán obligados a echar el cierre.

Mientras tanto, las autoridades sanitarias llevan semanas preguntándose si es seguro volver a enviar a los alumnos a las aulas por el empeoramiento de la situación epidemiológica. Este jueves, el ministro de Sanidad, Salvador Illa; la ministra de educación, Isabel Celaá; la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias; y los representantes de todas las comunidades se reunieron para intentar llegar a un acuerdo. La cita acabó con un borrador encima de la mesa en el que establecían una serie de medidas para garantizar la seguridad de los estudiantes en la 'vuelta al cole'. Entre ellas destaca el uso obligatorio de la mascarilla, el mantenimiento de la distancia social, la obligación de lavarse las manos, al menos, cinco veces al día o la toma de temperatura.

En la rueda de prensa posterior a la reunión, la ministra de educación, Isabel Celaá, afirmó que el plan del Ejecutivo es que los centros educativos “se mantengan abiertos durante todo el curso escolar". E incidió en el hecho de que "el cierre de los colegios, como medida aislada, tiene poca probabilidad de ser efectivo para controlar la transmisión".

A pesar de las intenciones,  la situación sigue siendo de mucha incertidumbre, ya que serán las comunidades autónomas las que tengan la última palabra sobre si vuelven los estudiantes a las aulas o no. Esta decisión será trascendental para los miles de negocios que dependen de la apertura de los centros escolares.

Un tercio de las empresas de transporte escolar podrían cerrar

Uno de los sectores que está más impaciente por conocer la decisión que tome cada Comunidad Autónoma sobre la vuelta al cole es el del transporte escolar. Los autobuses están parados desde que el pasado 14 de marzo se decretó el estado de alarma. Son pequeños negocios, en su mayoría familiares, que sólo han cobrado la mitad de lo que les correspondía por el curso académico. Es decir, llevan sin facturar desde el mes de abril. Además, también se suspendieron las excursiones y los viajes de fin de curso que se realizaban durante el verano. 

Desde la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) advirtieron de la incertidumbre que están sufriendo los 3.100 negocios que componen el sector, porque no saben qué va a pasar con ellos y ni si quiera se les ha tenido en cuenta en la mesa de negociación. El presidente de Confebus, Rafael Barbadillo, explicó que “nuestras expectativas de recuperación dependen de esta 'vuelta al cole' en septiembre. Una parte muy importante de la actividad vive de los viajes escolares y del turismo, y están parados desde el 14 de marzo. Llevan cinco meses con la empresa parada y los trabajadores en ERTE.

Para Barbadillo, la situación que vive el sector es “dramática”. Según contó, detrás de la mayoría de los autobuses escolares están pequeñas empresas familiares, que mandaron a los trabajadores al ERTE y solicitaron un ICO para poder hacer frente a los pagos del alquiler de la nave donde tienen aparcados los vehículos. “Lo hicieron pensando que la pandemia duraría un par de meses, pero ahora resulta que el periodo ha sido más largo de lo que esperaban, que ya no tienen dinero para seguir pagando la renta de las naves, que los ERTEs se van a acabar el próximo 30 de septiembre y que tienen una deuda que aún no han empezado a pagar”, explicó .

El sector del transporte en autobús está compuesto por 3.150 negocios, 42.000 autobuses y 95.000 trabajadores. Sin embargo, el presidente de Confebus aseguró que si la situación se prolonga y los alumnos no vuelven al colegio este mes de septiembre, un tercio de las actividades podrían desaparecer. “Esto significa que más de 1.000 empresas de transporte escolar podrían cerrar para siempre”.

Los precios aumentarán en esta 'vuelta al cole'

Según contó Barbadillo, los autobuses escolares están preparados para asumir la vuelta al cole: “todas las empresas tienen un plan de contingencias frente al virus, la desinfección continua de los vehículos, el uso obligatorio de la mascarilla, la instalación de gel hidroalchólico o la protección de los conductores, entre otras.

Una de las propuestas que se maneja para mejorar la vuelta al cole del alumnado es o bien reducir el número de estudiantes que van e autobús, o aumentar el número de rutas. “Si un vehículo de 50 plazas, sólo tiene ocupadas 25, el coste de nuestro servicios se va a ver incrementado. Al igual que si se aumenta el número de rutas”, aseguró el presidente de Confibus.

Los días para el inicio de la vuelta al cole siguen corriendo y la incertidumbre continúa pesando en el sector. Sin embargo, lo que sí tienen claro las empresas de transporte es la necesidad de que se prolonguen los contratos de licitación de los autobuses escolares, para dar estabilidad al sector; que se mantengan los ERTEs, y que la Administración abone los pagos pendientes que tiene con los negocios.

El dinero que todavía le debe la Administración al transporte escolar

A todo esto se suma que, dentro del sector, la paralización de la actividad es diferente para aquellos negocios que trabajan para instituciones privadas o concertadas, que para los que operan para una institución pública. Según contó Rafael Barbadillo, “los colegios privados y concertados contratan directamente al transportista y, cuando se suspendió la actividad educativa, prescindieron de todos los contratos”.

Sin embargo, no les ocurrió lo mismo a los que trabajan para un colegio público, ya que ellos funcionan mediante licitaciones y los negocios de transporte escolar recibieron una compensación. Así lo confirmó David Del Olmo, el responsable comercial de una empresa de transporte escolar de Madrid, Autocares Ruiz Muñoz.  Éste contó que lo pasaron “muy mal, porque los colegios concertados no hemos recibido ningún tipo indemnización. También nos ha afectado el hecho de asumir el gasto del transporte, que no se ha repercutido a los padres. Sin embargo, los que trabajan en colegios públicos han recibido amortizaciones del 50%, 30% o 20%”.

No obstante, denunció el presidente de Confibus, Rafael Barbadillo, aún a día de hoy, hay comunidades autónomas que no han abonado la compensación que les corresponde a los autobuses de transporte escolar. “No es que el importe sea muy alto, pero es una liquidez que les corresponde y que les puede ayudar a afrontar la crisis”, denunció.

El catering escolar, otro sector en peligro

Cuatro de cada diez colegios en España cuentan con un servicio de comedor. De hecho, el 58% de los colegios públicos tiene cocina, también el 84% de los concertados y el 62% de los privados. Todos estos datos son extraídos del informe ‘Los comedores escolares en España’, realizado por las asociaciones Carro de combate, del Campo al Cole y Seo Bird Life. El informe revela, entre otras cosas, que el 64% de los centros utilizan servicios externos de catering y un 36% tiene cocinas en el centro.

Cabe señalar que el estudio fue elaborado el año pasado a raíz de los datos de sólo nueve comunidades autónomas. Pero, aún así, deja patente la importancia del servicio de catering en los colegios y la dependencia de estos negocios de la vuelta al cole. De hecho, la expectación y la incertidumbre se puede palpar en estos momentos entre los negocios de catering especializados en los comedores escolares.

En una situación de normalidad, éstos pueden pueden pasar, en un par de semanas, de ser pequeños negocios de un máximo de 20 personas, a ser grandes empresas capaces de elaborar menús diarios para los centros escolares con más de 600 personas cocinando los platos, envasándolos y repartiéndolos. Precisamente esto es lo que le ocurre a la empresa de catering murciana especializada en menús escolares, Catering Antonia Navarro. “La incertidumbre que vivimos en estos momentos es máxima”, reconoció Pedro José Ruíz, responsable de producción.

Según contó, a pocas semanas de comenzar el curso, aún no saben si van a poder empezar a trabajar. Tienen en la empresa todo listo para comenzar a elaborar los menús, cumpliendo al máximo con todas las medidas sanitarias. Lo único que les falta es también lo más importante: confirmar la apertura de los colegios y la compra de la mercancía. A pesar de ello, Ruíz reconoció ser optimista ante el futuro. “Confiamos en que, tarde o temprano, volveremos a dar comidas, porque los centros escolares tendrán que abrir y ofrecer ese servicio de comedor para que los padres puedan conciliar”.

Lo que sí tienen claro es que no lo harán igual que antes. "Lo que hay que hacer ahora mismo es reinventarse, porque el servicio que ofrecíamos ya no vale y tenemos que ser más eficientes en el traslado de la comida, por ejemplo”, dijo el responsable del negocio de catering.