El problema de los autónomos estacionales

La mitad de los campamentos de verano no abrirán este año al no tener protocolo

La mitad de los campamentos no abrirán este año porque algunas CCAA se han retrasado en la elaboración de protocolos sanitarios. Es el problema de estos autónomos que dependen de los ingresos de unos poco meses para vivir el resto del año y también el de muchos padres que han comenzado a trabajar y no pueden enviar a sus hijos a un campamento.

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La mitad de los campamentos de verano no abrirán este año al no tener protocolo

El sector de los campamentos de verano será uno de los más perjudicados por la crisis sanitaria del COVID-19, ya que funciona durante unos pocos meses al año y la crisis sanitaria ha imposibilitado que se puedan hacer las reservas y los preparativos habituales. La mayoría de las plazas se adjudican entre Semana Santa y el puente de mayo, pero este año todo se ha retrasado y es ahora cuando estos negocios están intentando canalizar de golpe toda la demanda anual. Además, aún algunas CCAA no han publicado sus protocolos sanitarios específicos para esta actividad  y eso les imposibilita planear una oferta para este año. 

“La pandemia ha afectado mucho a nuestro periodo de mayor actividad, convirtiéndonos en un sector especialmente vulnerable y con un coste de oportunidad casi irrecuperable”, explicó el Colectivo Nacional de Campamentos de Verano. Aunque el sector también reivindica que su actividad no es meramente económica, sino que “es una labor social que incide de forma transversal en toda la sociedad” ya que permite que muchos padres trabajen mientras sus hijos disfrutan de actividades y de ocio al aire libre.

Gran parte de estos campamentos están regentados por trabajadores autónomos que viven, casi por completo y principalmente en unos pocos meses, de esta actividad. Sin embargo, este año apenas quedan fechas hábiles en la que desarrollarlos. Estos trabajadores están preocupados por el "abandono" hacia su sector, y ven peligrar sus negocios al tener que adoptar las medidas propuestas por Sanidad

La apertura este verano de los campamentos pasa por el cumplimiento del protocolo que publicó el Ministerio de Sanidad y que todas las comunidades autónomas debían de adaptar a las características y especificaciones de su territorio –tales como la normativa hostelera-. Sin embargo, son muchas las que aún no han publicado sus medidas. Esa tardanza ha hecho que “la mitad de los campamentos hayan descartado abrir sus puertas por falta de protocolos y tiempo para adoptarlos”, señaló Mónica Sedeño, directora comercial de Club Campamentos.info.

Muchas CCAA llegan tarde al protocolo

El pasado 30 de mayo, el Gobierno Central emitió el BOE (Boletín Oficial del Estado) en el que el Ministerio de Sanidad abordaba los protocolos a aplicar para los campamentos de verano 2020, y de forma genérica para todas las actividades de tiempo libre infantil y juvenil. En ese mismo documento se establecía que “cada comunidad autónoma debía adaptar esas medidas en base a la situación epidemiológica de cada territorio, para la organización de este tipo de actividades con las máximas garantías de seguridad”. Y aunque hay algunas como Castilla y León o Madrid que sí lo han estipulado, muchas otras como Valencia todavía no han publicado nada al respecto.

“Sintiéndolo mucho no abriremos este año, ni siquiera tenemos un protocolo al que acogernos y, aunque saliese hoy mismo, tampoco nos daría tiempo a organizarlo todo”, comentó la propietaria de un campamento en Valencia. En esta comunidad autónoma, la situación es compartida por casi todos los campamentos de verano: la gran mayoría no abrirá sus puertas.

La tardanza en comunicar las condiciones en las que podrá reabrir este sector afecta, en primera instancia, a las empresas encargadas de la elaboración de los campamentos. Y, por otra parte, a las familias, que llevan muchos meses a la espera de una comunicación para realizar las inscripciones correspondientes. “Esto está siendo un grave problema porque el tiempo aprieta. Cualquier otro año, a estas alturas, muchos campamentos ya estarían llenos  y, esta vez, hay CCAA que todavía no tienen ni siquiera protocolos de apertura”, explicó Sedeño. “Este año va a ser convulso, aunque depende mucho de cada comunidad”, añadió la directora comercial.

En las comunidades autónomas en las que sí se han establecido unos protocolos siguiendo la normativa nacional y ya saben las condiciones, las empresas han empezado a comunicar su oferta de campamentos -incorporando los costes de EPI y el hecho del aforo en el alojamiento-. Aquí se presenta el problema para aquellos campamentos veraniegos que planean abrir sus puertas: si es o no es rentable abrir con una reducción de aforo del 50%.

El aforo condicionará su reapertura

La normativa nacional consensuada entre el Instituto de la Juventud (Injuve) y el Ministerio de Sanidad -artículo 43- recoge que, cuando el desarrollo de las actividades previstas en los campamentos se lleve a cabo al aire libre, se deberá limitar el número de participantes al 50% de la capacidad máxima habitual. Y no podrá superar los 200 participantes incluyendo a los monitores.

En cuanto a los espacios cerrados, el aforo debe limitar a un tercio su capacidad máxima, y no más de 80 participantes incluyendo a los monitores. Además, las instalaciones deberán disponer de un procedimiento para el manejo de posibles casos de COVID-19 y mantener, en la medida de lo posible, la distancia de seguridad.

La medida de la reducción del aforo ha generado mucha controversia en el colectivo. Los campamentos verán reducida su oferta de capacidad a la mitad y, muchos de ellos, temen que si no cubren por completo esa mitad de plazas no puedan abrir. “Si un campamento que normalmente tiene un aforo de 80 niños se ve reducido a 40 y, de esas, sólo cubre 15 plazas, no puede abrir porque sólo generaría gastos”, explicó Mónica Sedeño. “Por ello, es muy probable que ese 50% que pretende abrir sus puertas este verano, se quede en un 30%. Muchos de ellos no llenarán el aforo que necesitan para poderse realizar”, añadió la directora comercial.

Desde el sector se está planteando una solución viable en caso de no completar el aforo máximo permitido para que su funcionamiento sea rentable: reorganizar una designación de grupos. Es decir, juntar a los grupos de dos campamentos distintos para llegar al número de niños con los que se puede llevar a cabo la actividad con ciertos beneficios. “Sin embargo, puede darse el caso de que, cuando se les presente esta opción a las familias, algunas no lo acepten y se vuelva a reducir aún más el número de niños”, comentó Sedeño.

Esenciales en la conciliación

Los campamentos se presentan como un elemento clave en la conciliación familiar y laboral.  Aun habrá muchos padres trabajando en la modalidad no presencial pero otros habrán comenzado a acudir a la oficina, a la fábrica o al negocio, sobre todo los autónomos . Para miles de ellos, los campamentos de verano son esenciales para darles una opción lúdica a sus hijos, para que no estén en casa mientras sus progenitores trabajan.  “Es una prioridad facilitar la conciliación este verano en condiciones de seguridad”, aseguraron desde el Colectivo Nacional de Campamentos de Verano. Además, los campamentos defienden su importancia en el ámbito del desarrollo de los niños. Tras meses confinados en sus casas con la vida social tan limitada, consideran “imprescindible” su reactivación.

En Club Campamentos.info aseguran que se están encontrando con todo tipo de situaciones: “familias que no quieren llevar a sus hijos de campamento este verano, a pesar de ser habituales, por miedo al COVID-19. Y, por otro lado, familias muy interesadas en realizar la actividad porque ambos trabajan y necesitan conciliar”.

Ante esto, aún no se tiene la certeza de que los campamentos que sí han sacado sus ofertas para este año se vayan a poder realizar. “El campamento lanza su oferta para que las familias puedan apuntar a sus hijos, pero ahora hay que esperar para comprobar cuál es el retorno por parte del consumidor. El volumen de inscripciones finales descifrará la viabilidad de los campamentos de verano con las restricciones establecidas”, concluyó Mónica Sedeño.