Es un elemento diferenciador entre tanta oferta

Necesitas estos certificados si quieres garantizar la calidad de tu producto

En un mercado tan competitivo, los certificados de calidad pueden ser un valor añadido para un negocio.. Eso sí, hay que tener cuidado porque ni todos cuentan con reconocimiento formal ni aportan siempre las garantías suficientes.

Necesitas estos certificados si quieres garantizar la calidad de tu producto

El mercado es cada vez  más exigente y competitivo. La sobreoferta que hay en algunos sectores, es un motivo para que muchos autónomos y empresarios busquen un valor añadido para su negocio. Para demostrar que una actividad cumple con determinados estándares y normativas que aseguran la calidad, existen distintos certificados.

La certificación de calidad es el resultado final de un proceso en el que una empresa garantiza la fabricación de un producto o la gestión de un servicio, en base a unas normas preestablecidas y consideradas como óptimas por la entidad que certifica. Gracias a dichos reconocimientos “se puede demostrar ante terceros su nivel de gestión y compromiso, incrementando la confianza de nuevos clientes o inversores”, explicaron desde la Cámara de Comercio de España.

Se trata de un proceso voluntario, es decir, no hay obligación alguna de tener que optar a ellos. Sin embargo, son cada vez más los negocios que buscan uno de estos certificados para garantizar al cliente la calidad del producto o servicio que está a punto de comprar.

Aunque teóricamente puede pedirlos, no es tan fácil conseguirlos. Además, de ser procesos largos y costosos, “optar a una certificación es adentrarse durante más de un año en una serie de controles y auditorías”, explican los expertos.

El certificado de calidad más reconocido

La certificación de calidad ISO 9001 “es la norma con mayor reconocimiento, a nivel mundial, en gestión de calidad”, aseguran desde la Cámara de Comercio de España. Nuestro país es el séptimo en el mundo y cuarto en Europa por número de certificados de Calidad UNE-EN ISO 9001, según el último informe de ISO - Organización Internacional de Normalización -.

Además, "la norma ISO 9001 es el modelo más utilizado en las relaciones cliente/proveedor nacionales e internacionales. Es el lenguaje universal en este tipo de intercambios para una multitud de sectores y tiene una especial importancia para los pequeños negocios, ya que les permite demostrar su capacidad para cumplir con las necesidades de sus clientes”, apuntaron desde AENOR - Asociación Española de Normalización y Certificación -, entidad encargada de emitir dichos certificados.

Aunque no es la única, se trata de la entidad líder en certificación en España. Tal y como informan desde la asociación, todas sus normas están validadas por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).

¿Cómo se consiguen estos certificados?

Por ejemplo, una farmacia que quiera obtener uno de estos certificados, lo primero que debería hacer es solicitar un presupuesto para realizar las correspondientes auditorías. Dependiendo del producto o servicio a ofertar y el tamaño de la empresa, necesitará más o menos auditorías para constar la calidad de la oferta y gestión que hace el negocio..

Una vez aprobado, se llevan a cabo una serie de revisiones. Entre ellas, se pasan unos controles sobre el proceso productivo, es decir, desde que el producto llega al almacén hasta que se efectúa la entrega al cliente. Pasando por cómo se almacena, donde se ubica o las cualidades térmicas… 

La introducción de nuevos productos, el crecimiento y la satisfacción del cliente es algo que también valoran en dichas auditorías, además de la innovación a la hora de añadir stock y que sean productos actualizados.

Siguiendo con el ejemplo de la farmacia, en función de la capacidad productiva que tenga este negocio, se necesitarían unas infraestructuras u otras para el perfecto acondicionamiento del producto, en este caso los fármacos, para su venta al público. Por ello, se tienen que pasar también una serie de controles sobre el local y se debe cumplir con todas las normativas vigentes.Cabe añadir que este tipo de sistemas requieren de actualización periódica, aunque, según aseguran los expertos, la recompensa es, muchas veces, un aumento del número de clientes y su satisfacción. 

“La norma internacional ISO 9001 es​ aplicable a organizaciones de cualquier tamaño, que quieran sistematizar la gestión y obtener la máxima rentabilidad y eficacia. Cualquiera que sea el tamaño de la empresa, un Sistema de Gestión de la Calidad acorde con sus características específicas e implementado de manera eficaz, ayuda al negocio a centrar, organizar y sistematizar los procesos para la gestión y la mejora, enfrentando con mayor competitividad los desafíos del cambiante mercado globalizado de hoy”, explicaron desde AENOR.

La puesta en marcha de un sistema de gestión ISO 9001, conlleva tareas como: 

  • Análisis del contexto de la organización: determinar qué factores internos (personas, instalaciones, proceso…) y externos (competencia, legislación…) pueden afectar a los resultados de calidad del producto o servicio que ofrece la empresa.  
  • Análisis de riesgos y oportunidades desde el punto de vista de la calidad. 
  • Evaluación del desempeño: análisis continuo de la actividad de la organización frente a los objetivos planteados. 
  • Ejercicio de un liderazgo consciente y responsable, tomando decisiones basadas en la información arrojada por el sistema.

En cuanto al precio para optar a esté reconocimiento, depende del tipo de negocio y su tamaño, ya que se trata de una serie de auditorías. “En general, estos costes parten de los 750 euros en adelante, por lo que ya tenemos un punto de partida para saber cuánto cuesta certificarse en ISO 9001. Por otro lado, lo más conveniente es que la empresa contrate unos servicios de consultoría”, apuntaron desde CTMA Consultores.

Los certificados más nuevos y demandados

Además del certificado de calidad, hay otros más específicos que también pueden ser muy útiles para los negocios. Entre ellos está el certificado de productos, gestión ambiental y de la eficiencia energética, seguridad y salud en el trabajo y calidad turística.

Uno de los más demandados y llamativos en los últimos años es el certificado I+D+i, debido a sus ventajas fiscales. Se trata de una norma que se rige por el Real Decreto 1.432/2003. “La certificación de I+D+i permite sistematizar las actividades de investigación, desarrollo e innovación, beneficiarse de importantes deducciones fiscales, reducir la incertidumbre y aumentar la eficiencia en la gestión”, explicaron desde AENOR.

Dicho reconocimiento certifica que un proyecto determinado aporta una innovación tecnológica o de investigación y desarrollo dentro de 32 disciplinas tecnológicas tan variadas como pueden ser la óptica, la energía o la tecnología textil.

Por otro lado, debido a la crisis económica y sanitaria del Coronavirus han surgido también nuevos certificados. Entre ellos, está la Certificación de Protocolos contra el Covid-19 y la Declaración Cameral sobre el impacto del COVID-19.

“Tras la aparición del COVID-19, se ha originado un nuevo escenario que abarca todo nuestro entorno, tanto a nivel personal como profesional. En el ámbito laboral, la adopción de medidas encaminadas a combatir el virus, es una obligación que los negocios deben asumir para generar una cadena de actuación segura, que combata los riesgos de la pandemia y proteja tanto a sus trabajadores como al resto de la sociedad”, explicaron desde Cámara de Comercio de España.

La Certificación Protocolos contra el Covid-19 aporta un reconocimiento que evidencie ante terceros que un negocio dispone de los procesos adecuados para combatir el virus. Por su lado, la Declaración Cameral sobre el impacto del COVID-19 permite acreditar el impacto de las medidas extraordinarias adoptadas por el Gobierno en el normal desenvolvimiento del curso del negocio.

¿Cómo saber qué certificado tiene garantías?

Si un negocio quiere que su certificado surta los efectos buscados, lo primero que debe hacer es asegurarse de que la empresa certificadora está acreditada. Para ello, hay que tener en cuenta dos aspectos.

Primero, la competencia técnica del certificador, de manera que el trabajo de evaluación aporte valor a la compañía.

Además, no hay que olvidarse de su credibilidad en el mercado. Todos los sellos están homologados, pero no todos están acreditados. Para asegurarse de que la certificadora elegida adecuada, es mejor pedir su propio certificado -de acreditadora- y comprobar el anexo técnico en el que se delimita el alcance de la acreditación.

Cuidado con los sellos COVID Free

La desconfianza y miedo provocado por la crisis hizo que surgieran otros certificados. Uno de ellos fueron los sellos COVID free, los cuales crearon desconfianza, ya que, en realidad, son certificados sin las auditorías suficientes para garantizar que un negocio pueda estar libre de virús.

La CEC - Confederación Española del Comercio - recomendó a los pequeños comerciantes no utilizar dichos sellos en sus locales para dar confianza al consumidor porque podría provocar precisamente lo contrario. Según advertieron desde la asociación de comerciantes, dichas etiquetas no aseguran que el local esté libre de virus y crean una falsa seguridad en el consumidor.