Se están organizando en las CCAA para reclamarlas

Los negocios que distribuyen a la hostelería se quedan sin ayudas

Muchos autónomos del sector de la hostelería que se dedican a la distribución se están quedando fuera de las ayudas al sector. Sufren grandes pérdidas económicas y denuncian que no se les tiene en cuenta.

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Representantes de ADISLUGO durante la manifestación.
Los negocios que distribuyen a la hostelería se quedan sin ayudas

Mientras que la hostelería recibe ayudas para afrontar los cierres decretados por las autoridades sanitarias, el sector de la distribución, que vive únicamente de aprovisionar de productos a los bares, restaurantes u hoteles, se han quedado fuera. Son profesionales, en su mayoría pequeños negocios o transportistas por cuenta propia, que llevan desde marzo sufriendo las mismas penalidades que la restauración y que no han recibido ningún tipo de compensación por parte de las comunidades autónomas. Reclaman ahora su hueco dentro de la cadena productiva y piden acceso a las ayudas.

La discriminación que sufren los negocios que abastecen tanto a bares como restaurantes no es nueva. “En el momento en el que se producen restricciones a la hostelería, todos los negocios que viven de la actividad de ese bar se paran, como les ocurre a los distribuidores. Pasó durante el primer estado de alarma y pasa cada vez que se decretan restricciones o cierres en la hostelería” explicó el presidente de la Federación Española del Transporte por Carretera (Fetransa), Víctor González.

Se trata de una situación que afecta especialmente a los autónomos transportistas y empresas de distribución. Son las encargadas de llevar desde las grandes empresas de producción hasta los establecimientos la carne, el pescado, los alimentos, la cerveza, los refrescos, las bebidas alcohólicas e, incluso, los helados. Están especializados en dar servicio a estos locales y sufren con cada cierre o cada restricción horaria, casi tanto como el propio establecimiento de restauración.

Según el secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería España (CEHE), Emilio Gallego, “la situación dramática que vive la hostelería es extensible a toda la cadena de valor de nuestro sector. Se ven afectados desde los productores, hasta las lavanderías con las que trabajamos y, por supuesto, también los distribuidores”. En este sentido, animó a los profesionales a que manifestasen su malestar y a reclamasen a los organismos competentes el acceso a las ayudas del sector.

Nace la primera asociación de distribuidores de la hostelería

Precisamente, para perseguir ese objetivo, los distribuidores se están empezando a unir para reclamar juntos, ante las autoridades competentes, su inclusión como beneficiarios en las partidas de ayudas destinadas a la hostelería. Además, de la puesta en marcha de medidas específicas para el sector.

Ejemplo de ello es el nacimiento hace unos meses de la Asociación De Distribuidores de Hostelería y Alimentación de Lugo (ADISLUGO), que, por el momento, ya representa a más de 55 negocios de la distribución, de los que dependen más de 630 empleos directos (1.150 empleos indirectos), con más de 400 vehículos en las calles y que pueden llegar a facturar más de 200 millones de euros. Su secretario, Alex García, contó que cuando vieron que el estado de alarma se alargaba durante meses y que los cierres y las restricciones de la hostelería empezaron a ser frecuentes, con la caída de facturación que eso suponía, “fuimos conscientes de que nos teníamos que unir para luchar por nuestro sector”.

Estos profesionales perdieron entre un 40% y 45% de su facturación durante el 2020 en comparación con el año anterior. Además, “cada vez que se decreta un cierre, nuestras ventas caen entre un 80% o un 90%” comentó García. Esta caída de la actividad, les puso en alerta a finales del pasado marzo y crearon una asociación que aglutina, en estos momentos, casi al 80% de los negocios abastecedores de bares, restaurantes, hoteles y balnearios de toda la provincia de Lugo.

García explicó que en la primera reunión con el Gobierno de Galicia para explicarle su situación: “la Xunta no sabía exactamente a qué nos dedicábamos, ni qué hacíamos... Fueron conscientes de la importancia de proteger nuestro sector cuando les dimos los datos del nivel de negocio y empleo que soportábamos” recordó.

La distribución salió a la calle

El pasado 8 de febrero más de 200 camiones y furgonetas de ADISLUGO tomaron las calles de la ciudad para denunciar el agravio comparativo que sufre su sector y reclamar su inclusión en las ayudas que también recibe la hostelería.

Solicitaron también la puesta en marcha de ayudas directas o mecanismos de financiación para poder seguir con su actividad. “Nosotros tenemos mucho dinero en la calle, pero poco en la caja, porque financiamos a nuestros clientes. Les adelantamos una mercancía y cuando ellos la venden, nos la devuelven. Pero nosotros tenemos que pagar todos los meses a la comercializadora” apuntó García.

También piden la reducción de las cotizaciones sociales, cuando no se esté trabajando; y la bajada de diferentes impuestos municipales, ya que pueden suponer un importante ahorro a final de año.

La historia se repite en otras comunidades autónomas

El problema que sufren los profesionales de la distribución en Lugo se repite en el resto de regiones afectadas por una restricción sanitaria para la hostelería. Así ocurre en Valencia. Desde el pasado 21 de enero, todos los establecimientos de hostelería y restauración están cerrados, y aunque el Gobierno de Ximo Puig habilitó una serie de ayudas para compensar los cierres, los negocios de la distribución no están pudiendo acceder a ellas.

“Soy autónomo y trabajo para una distribuidora de cerveza en Valencia. Llevo desde el 14 de enero con el camión parado, sin ningún tipo de ayuda y asumiendo todos los costes con ahorros. Tanto las obligaciones con Seguridad Social, como con Hacienda, además del coste del vehículo“ denunció Jorge García. Él es uno de los más de 20 profesionales de distribuidores de cerveza, agua embotellada y refrescos, que trabajan para Discema y que viven pendiente de la re-apertura del sector de la restauración.

“Opero exclusivamente para la hostelería y no puedo trabajar en nada más, porque tengo el camión adaptado al transporte de bebidas. Sin embargo, y pese a dedicarme exclusivamente a esta actividad, no puedo acceder a ningún tipo de medida aprobada por el Gobierno de Valencia” contó este autónomo. Que aseguró que se trata de una situación injusta: “soy transportista, pero mi actividad es la hostelería. Mi facturación ha bajado un 75%. He pasado de llevar 600 cajas a sólo 200” dijo.

Según explicó, la mayoría de las ayudas o iniciativas dirigidas a proteger los negocios de la hostelería establecen entre los requisitos pertenecer a la actividad acreditando el CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas) correspondiente. Pero ninguno de estos profesionales de la distribución se encuadra en esta clasificación por lo que su compañero José Castillo comentó que “nos hemos quedado fuera de las ayudas a la hostelería, porque tenemos el CNAE del transporte”. Para ambos, la discriminación que sufren es fruto de la improvisación del Ejecutivo a la hora de redactar las ayudas.

Para este autónomo, Castillo, lo peor de su situación ya no solo es sufrir el cierre, sino tener que padecerlo "sin un motivo justificado, porque todavía no se ha probado que sean un foco de contagio”.