La leyenda ha regresado

El nuevo Land Rover Defender vuelve a pasearse por nuestros campos

Aunque, aparte del nombre y detalles estéticos que rememoran un pasado glorioso, nada tiene que ver con el anterior Defender, el mito del todoterreno por excelencia, vuelve al mercado lleno de tecnología.
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Imagen del Land Rover Defender. | Foto: página web Land Rover Defender.
El nuevo Land Rover Defender vuelve a pasearse por nuestros campos

No hay pueblo, explotación agrícola o finca de caza en España, ni documental o película sobre África, que no haya visto pasar la inconfundible figura de un Land Rover Defender. Desde 1958 fueron producidos bajo licencia por Metalúrgica de Santa Ana (Santana Motor) en Linares, provincia de Jaén. Luego, y hasta 2016, fueron importados desde la casa matriz en Reino Unido ya con el nombre de Defender, hasta que, en aquel año, decidió acabar con su producción. Algo que causó gran conmoción entre mucha gente del campo y entre los miles de admiradores de este vehículo emblemático con fama de indestructible.

Este todo terreno de trabajo, trermendamente duro, capaz de llegar a los lugares más inaccesibles, espartano hasta límites insospechables, con el mínimo nivel de equipamiento, de acabado mininmalista y líneas angulosas, acabó por convertirse en el paradigma del coche de campo. Pero las nuevas tendencias del mercado iban hacia coches menos extremos, más cómodos, más refinados que el Defender, acabó por con la producción de este vehículo ante la desolación de los miles y miles de sus incondicionales que no podían aceptar nada que no fuera la pureza de su concepto de todo terreno puro.

Land Rover no se quedó de brazos cruzados, y habiendo en su catálogo productos tan extraordinarios como el Discovery o el Range Rover, comenzó a trabajar durante tres años en el regreso de la leyenda. El nuevo Land Rover Defender vuelve a cruzar los campos.

Aunque completamente nuevo se ha hecho un esfuerzo porque recuerde en su diseño al anterior. Hay elementos que rápidamente lo conectan con la imagen del pasado como los voladizos muy cortos, los pasos de rueda cuadrados o la rueda de repuesto en el portón trasero, que mantiene su apertura lateral. Sus formas cuadradas, combinan con figuras geométricas básicas como elementos rectangulares en la parrilla, círculos o cuadrados, grupos ópticos traseros que juegan con la nostalgia y nos recuerdan a los Land Rover de toda la vida.

Hasta ahí, las similitudes. El nuevo Defender abandona el chasis de largueros y travesaños pasando a ser una carrocería monocasco, eso sí, manteniendo la construcción en aluminio, con una nueva plataforma llamada D7x (x de xtreme). También sustituye los ejes rígidos por suspensiones independientes de doble brazo en el eje delantero y multilink trasera, con opción de suspensión neumática complemento ideal del sistema Terrain Response ya conocido en los Range Rover.

Este sistema, puede configurarse por primera vez e introduce un programa para vadeo que usa un sensor de profundidad para informar de la dificultad del paso y permite cruzar un rio por ejemplo hasta los 90 centímetros.

Mantiene las denominaciones 90 para la carrocería corta y 110 para la larga, que ha sido la primera en llegar a nuestro mercado. A destacar las ventanillas alpinas en la trasera del techo, su excelente altura libre al suelo y unos ángulos de verdadero todoterreno -38º de ataque, 28º el central y 40º el de salida en su versión 110- que, sin embargo, no superan a los de la anterior generación. Puede pedirse con capota de lona, lo que acentúa su imagen clásica, alta y estrecha. Y decimos imagen, porque el nuevo Defender tiene una anchura de dos metros sin contar los retrovisores (1.996 mm.), una altura de 1.967 mm. Y una longitud de 4.758 mm, en el caso del 110 y de 4.323 mm la carrocería corte del 90.

En el interior, las fijaciones de las puertas con sus tornillos a la vista o el agarradero para el acompañante, tan tradicionales, quieren dar un aire de continuidad dentro de un diseño minimalista. Eloo se une a una apuesta por la conectividad propia del siglo XXI y a unos acabados que siguen la estela del resto de los productos de la marca del óvalo verde, con una alta calidad. En el salpicadero destacan las líneas y formas rectas, simples, pero con un cuadro de instrumentos digital opcional, completamente configurable, en una pantalla de 12,3 pulgadas y una pantalla central de 10 pulgadas donde se incorpora el sistema de infoentretenimiento Pivi Pro, el más avanzado del grupo Jaguar Land Rover, con conexiones Apple Car Play y Android Auto. El sistema permitirá actualizaciones a distancia, con lo que periódicamente y a medida que la marca las vaya introduciendo, mejorará diferentes aspectos del coche.

La palanca de cambios también se ubica en le salpicadero, ya que existe la posibilidad de incorporar un tercer asiento central delantero, que puede usarse como reposabrazos central si no se utiliza. Cuenta así con versiones de cinco y seis plazas en el 90 y de cinco y hasta siete plazas en el 110.

En cuanto a las motorizaciones, lleva motores diesel de 200 y 240 CV, ambos con etiqueta C. Los gasolina son de 300 CV, también etiqueta C. Luego dispone también de un gasolina con micro hibridación de 400 CV, con etiqueta ECO, y un futuro motor híbrido enchufable, que debería ostentar etiqueta 0. Todas ellos van unidas a una caja de cambios automática de 8 velocidades, desapareciendo así por completo el cambio manual.

Se ofrece en versiones Defender, el First Edition  (durante el primer año de comercialización) y el X, la más extremo, que incluye elementos como el Terrain Response configurable, diferencial activo electrónico, faros Matrix LED, capó y techo en color negro, asientos en piel, y Head Up Display, entre otros muchos.

Los precios oscilan entre los 54.980 euros del Defender 90 básico y los 109.190 euros del Defender 110 X, pudiendo personalizarse con los cuatro paquetes (Explorer, Adventure, Country y Urban) y 170 accesorios individuales.

Estos precios no guardan relación alguna con los del viejo Land Rover,  pero las prestaciones de los nuevos vehículos tampoco. La extraordinaria capacidad para su uso fuera de carretera, su aspecto imponente y la comodidad que ahora ofrecen no permiten comparación con el Defender clásico. Y esto hará que alguno de aquellos autónomos que confiaban en él como coche de trabajo, lo sigan eligiendo para ello además de cómo coche de ocio, representación y familiar, usos que, por lo parco en equipamiento y duro que era el anterior, le estaban prácticamente vetados.