En España ya hay 6.000

El nuevo modelo de banca también pasa por abrir oficinas regentadas por autónomos

Las entidades financieras siempre están a la búsqueda de nuevas fórmulas para aumentar su rentabilidad reduciendo costes. Entre ellas está la cada vez mayor proliferación de oficinas colaboradoras regentadas por agentes autónomos que ya operan igual que si fueran las tradicionales sucursales.

Relación Banco
El nuevo modelo de banca también pasa por abrir oficinas regentadas por autónomos

La reestructuración bancaria ha dejado yerma de entidades financieras a más de 4.100 municipios en España y con ello a aproximadamente 1,35 millones de ciudadanos al borde de la exclusión financiera, según los datos del Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas).

Esa misma reestructuración del sector se ha llevado por delante en torno a 20.000 oficinas, dejando a la mitad el número de sucursales que había antes de la crisis (de las 45.662 de 2008 se ha pasado a 27.320, una década después) y reconvirtiendo a otras en agencias colaboradoras. O lo que es lo mismo, sucursales que -bajo la enseña de una entidad- son dirigidas y gestionadas por trabajadores autónomos económicamente dependientes (TRADE).

No lo hacen todos los bancos. Pero otros han encontrado en las oficinas regentadas por autónomos una buena fórmula para operar en ciertas poblaciones. Según los datos de Banco de España, en el país ya hay 6.053 agentes financieros y colaboradores en esta situación. Muchos de ellos eran ex-empleados de las propias entidades. Un cambio que tiene su raíz en la compleja situación que atravesó en sector entre los años 2007 y 2012, año en el que la Unión Europea inyectó  al sector financiero  100.000 millones de euros a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). Hoy, en el momento actual de bajos tipos de interés, “los bancos no ganan lo suficiente para la exigencia de beneficios que se marcan y han optado por una solución intermedia con la que reducir costes de forma importante y exponencial”, afirma José Manuel García Diego, responsable de estudios de la Federación Fine.

Según cuenta García Diego, con este modelo de oficinas regentadas por agentes financieros autónomos, los bancos se ahorran dos tercios del coste salarial medio de cada empleado que asciende a unos 62.000 euros anuales ya que las ofertas de empleo que aparecen en los portales especializados determinan que los rendimientos netos que obtienen estos trabajadores por cuenta propia rondan los 23.000 euros anuales”. Aunque no se puede garantizar, ya que sus ingresos son siempre variables, “son comisionistas al 100%”, explicó.  

El Banco Santander ratifica este aspecto: “la remuneración es toda variable. Sus ingresos están relacionados directamente con un porcentaje de margen que queda recogido en el contrato mercantil que se formaliza entre el agente y el banco”.

Por otra parte, al ser trabajadores autónomos económicamente dependientes han de correr, lógicamente, con todos los gastos, cotizaciones, alquiler, suministros, mobiliario, impuestos municipales… Lo único que aporta la entidad son el material, las conexiones a internet y los equipos informáticos que llevan incorporado el software con el que opera el banco. Además, para poder ejercer han de abonar un canon o tasa que varía según la tipología de cada agente.

Cohesionadores de la España rural

Desde la AEB (Asociación Española de Banca) explican que el agente financiero "es una figura que está regulada y supervisada por las autoridades bajo plena transparencia por parte de las entidades", cuya labor se centra en en las zonas rurales, que son las que tienen un mayor riesgo de despoblación y envejecimiento. A este respecto, justifican el auge de este sistema de trabajo "en el compromiso de los bancos por ofrecer en estas zonas canales digitales y otro tipo de soluciones para atender a sus clientes".

En Banco Santander diferencia entre dos figuras: la del agente colaborador, que actúa en zonas rurales, y la del agente financiero, que lo hace zonas urbanas. Fuentes de la entidad afirman que la entidad presidida por Ana Patricia Botín cuenta con un total de 740 agentes -937 según datos de Banco de España- y explican que “esta figura nos permite estar presentes en plazas que, de otra forma, no serían rentables y sostenibles”. Ello estaría evitando que los habitantes de algunas poblaciones de la llamada “España vacía” quedasen definitivamente excluidos del sistema financiero, no pudiendo hacer algo tan sencillo como cobrar su pensión de jubilación.

De hecho, estos autónomos pueden comercializar todos y cada uno de los servicios que ofrecen las entidades, partiendo de la apertura de las clásicas cuentas corrientes hasta fondos de inversión o productos de elevado riesgo.

Para ello, previamente han tenido que pasar un proceso de selección sujeto a los criterios de admisión que establece cada una de las entidades (formación, experiencia, solvencia…). Estas, a su vez, han de informar quincenalmente de las altas a Banco de España para su registro.

Lo que queda parcialmente fuera de control de la matriz de la entidad son los empleados que trabajan bajo la tutela del agente financiero o colaborador, como corresponde a un trabajador autónomo. “El banco no puede intervenir en la relación establecida entre el agente y su empleado; aunque, para su admisión, sí pasan una serie de controles básicos como es el caso de la prevención de blanqueo de capitales o determinada formación regulatoria”, aclaran desde Banco Santander.

Tendencia al alza

Aunque algunos analistas afirman que, una vez que culmine el proceso de digitalización de la banca, la figura del agente financiero irá perdiendo peso en el modelo de gestión, García Diego opina todo lo contrario, “esto va a ir a mucho más”, sentencia.

El analista de Fine sostiene su tesis sobre la evolución que se ha producido en el sector en los últimos años. “BBVA fue el primero que utilizó este modelo y el resto de bancos se ha contagiado”. En este sentido, apostilla que el número de agentes de la entidad que dirige Carlos Torres Vila se ha duplicado en los últimos años hasta alcanzar los más de 2.600 este mes de abril, según el registro de agentes de Banco de España.

Sin entrar en previsiones concretas, fuentes de BBVA explican que “el número e agentes irá cambiando en la medida que varíen las necesidades de nuestros clientes. Nuestra red de agentes autorizados está compuesta por profesionales cuyo foco está en darles servicio”.

Por su parte, Banco Santander no tiene planteado extender la figura a otras áreas como puede ser servicios centrales. No obstante, reconocen una reducción del número de agentes en los últimos años que, sin embargo, “han crecido en volumen de negocio”.

Asesoramiento personalizado

El asesor financiero también da respuesta al cambio de hábitos de los consumidores, que pueden estar digitalizados pero que también buscan un trato personalizado y adaptado a sus motivaciones y objetivos. Adelantándose a lo que hoy ya es un hecho, entidades como Banco Mediolanum fue pionero en sustituir el modelo tradicional de oficinas por la configuración de una red de lo que ellos denominan “family banker”.

La entidad cuenta con más de mil agentes en España que se encargan de acompañar a sus clientes y fijar estrategias de inversión y ahorro según las circunstancias personales y financieras de cada momento. El resultado es la oferta de un servicio personalizado y adaptado a lo que el cliente quiere,  necesita y en los tiempos que éste determine.