Pop Up Chic: El mercadillo ambulante de los emprendedores

Imaginen un centro comercial reducido a un local de poco más de 100 metros cuadrados. Un espacio donde las tiendas se convierten en puestos cambiantes que varían de un día a otro y de un lugar a otro. Donde el pequeño comercio y las nuevas ideas son los únicos e indiscutibles protagonistas. No imaginen. Existe y uno de ellos lleva por nombre Pop Up Chic.
Pop Up Chic: El mercadillo ambulante de los emprendedores

Este mercadillo ambulante nació de forma esporádica hace ya seis años de manos de tres emprendedoras. Rondaba el 2012, fecha en la Rocío Galatas, Rocío Padura y Eugenia Fernández estaban inmersas en sus propios trabajos: la comunicación, la decoración y el estilismo. Sectores donde tenían “contacto con muchos diseñadores, con gente emprendedora, con tiendas, locales y demás… Nos dimos cuenta de que necesitaban un lugar donde vender sus productos. Una nueva forma de venta”. Ese fue el origen de un espacio: el Pop Up.

Pero, ¿qué es Un Pop Up?

“Es una venta efímera, que aparece y desaparece, ya que solo dura unos días. Pero tiene una característica de evento y de aglutinamiento de novedades, pues confluyen creadores nuevos que presentan sus creaciones y eso atrae a la gente”. Así definen Rocío Galatas, Rocío Padura y Eugenia Fernández este nuevo concepto de venta que está arrasando en España.

De la playa al campo, pasando siempre por Madrid y haciendo escapadas a Londres, el pasado 16 de diciembre fue el sexto aniversario de aquel primer experimento, en un Centro Comercial de Encinar de los Reyes (Madrid). Todo un evento que consiguió reunir a más de 80 expositores, y que terminó con una pregunta: ¿cuándo es el siguiente? “Esto no empezó como un gran proyecto, empezamos con uno, luego fuimos ampliando… hasta que en la actualidad todos los fines de semana organizamos un Pop Up”, explica Rocio Padura.

 

"son cosas exclusivas y diferentes a las que hay en el resto de tiendas y que sólo lo van a poder comprar hoy"

 

Las tres emprendedoras rememoran aquel primero. De pie, en un pequeño hueco del Pop Up de Serrano. “Una locura”, “un éxito”, “fue mágico”, “fue brutal” … Consiguieron tal flujo de gente que terminaron con los refrigerios de las cafeterías. “Fue el momento y en este negocio se dan mucho los momentos. Con nuestro trabajo provocamos que confluyan una serie de energías, aunque sean de forma efímera”.

Trampolín para los expositores

 

Una de las características que tiene Pop Up Chic es su trayectoria en el mercado. El sexenio les ha servido para convertirse en referentes y para que sus expositores se profesionalicen. “Venir a nuestros Pop Up se ha convertido en el medio de vida de pequeños negocios, en su trabajo con el que pueden pagar la luz, el alquiler, el colegio de los niños…” Aunque también hay emprendedores que lo emplean como una manera de obtener ingresos extra.

“Es un trampolín. Son muchos los emprendedores que empezaron a trabajar con nosotros y que han acabado abriendo tiendas que a su vez siguen colaborando con nosotros para vender su fuera de stock o en rebajas”, afirma Rocío Galatas. Además, destaca que “todos los expositores son autónomos o tienen pequeños negocios o son nuevos emprendedores”.

Tiendas físicas que quieren tener otro punto de venta, negocios de e-commerce que buscan un escaparate al exterior o gente que acude a captar clientes y a hacer negocio con los expositores. Son los habituales de Pop Up Chic. “Y por supuesto expositores de otras comunidades autónomas, y de fuera de España, que vienen a probar suerte en Madrid”, añade Padura.

Es el caso de un expositor que vendió todo su producto, cashmere, en un campeonato de golf porque vino el organizador y se lo compró. O el de una diseñadora que fue fichada por Tele5 para que hiciera el vestuario de todo un programa. También está la historia de una firma de ropa de bebé que va a comenzar a vender en América latina porque cerraron un acuerdo con unos empresarios mexicanos en uno de sus Pop Ups.

Público adicto a Pop Ups

 

La momentaneidad del producto hace que los clientes de los Pop Ups sean impulsivos, saben que eso que les gusta solo va a estar ese día, “porque todas las semanas cambiamos los expositores”. En este sentido “la mujer es más impulsiva, al hombre le aburre más este tema. Y por eso tenemos menos cosas masculinas porque se venden menos”, expone Gálatas.

De hecho la mayoría de clientes de Pop Up Chic son mujeres entre 18 y 65 años, que se suelen dejar una media de entre 50 y 100 euros. “Van picoteando de un puesto a otro. Saben que son cosas exclusivas y diferentes a las que hay en el resto de tiendas y que sólo lo van a poder comprar hoy, porque la semana que viene no va a estar”, comenta Fernández. Se trata de un público que se vuelve a comprar adicto en Pop Ups por la novedad, la exclusividad y lo efímero del producto. “Nuestro Pop Up se caracteriza por la selección de productos. Nos preocupamos mucho para que todo tenga una sintonía a nivel estético, que entres y que todo sea bonito” dice Padura. Pero también es importante que “haya precios para todos” destaca Fernández. Por eso en Pop Up Chic, hay productos desde 10 hasta de miles de euros pues hay expositores de viajes, inmobiliarias, etc…

En definitiva, estos mercadillos ambulantes para emprendedores se han convertido en una nueva forma de vender en España y de la que todo autónomo y emprendedor puede formar parte por 100 o 150 euros al día.