Trabajarán en un nuevo proyecto de la Comisión europea

Una startup española logra que los productores de alimentos se relacionen directamente con los consumidores

Informar al consumidor sobre todas las características del producto que está comprando a través de etiquetas inteligentes. Éste es el proyecto de unos emprendedores españoles que han sido elegidos, entre más de 80 iniciativas, por la Comisión Europea. 

etiqueta-inteligente
Imagen de las etiquetas inteligentes de Naturecode.
Una startup española logra que los productores de alimentos se relacionen directamente con los consumidores

Seis jóvenes emprendedores se enfrentan este 2020 a un reto. Su negocio de etiquetas inteligentes que proporcionan a los consumidores información sobre el producto que están comprando, Naturecode, ha sido la única iniciativa que ha seleccionado la Comisión Europea, entre 80 proyectos de diferentes países y sectores, para trabajar en un nuevo proyecto tecnológico.

Sus etiquetas facilitan, mediante el escaneo de un código QR, la comunicación directa entre los productores de alimentos y sus clientes. Su funcionamiento es muy sencillo, el consumidor tendrá que utilizar el móvil para escanear la etiqueta desarrollada por Naturecode. De esta forma, accederá a una especie de perfil del producto y, por lo tanto, del negocio. En él pueden ver cómo es el producto, de dónde procede, los alérgenos que tiene, la valoración que hacen otros usuarios, vídeos o fotografías. “Es una opción para que los negocios puedan dirigirse directamente al consumidor sin necesidad de invertir en crear y posicionar una página web” explicó Fernando Vázquez, uno de los tres fundadores -junto a Alberto Fernández y Daniela Durand- del proyecto.

A su vez, el negocio cuenta con un panel de gestión y una analítica propia para que pueda controlar su perfil y ver dónde han sido escaneados sus productos. Vázquez contó que una de las primeras personas con las que trabajaron fue un agricultor que vendía naranjas. “Principalmente, las exportaba a Corea” detalló. Cuando instaló las etiquetas de Naturecode, el agricultor descubrió que sus naranjas estaban siendo escaneadas también “en China y Zimbabue. Es decir, con nuestras etiquetas descubrió nuevos mercados”.

Esta nueva forma de comunicación entre negocios y consumidores tiene un nuevo reto: sentar las bases del Proyecto europeo ComPlat (Communication Platform) que quiere poner en marcha la Comisión. Ésta abrió el año pasado una convocatoria para captar ideas con el objetivo de crear una plataforma que permitiera el flujo de información entre productores y consumidores. De entre los 80 proyectos seleccionados de diferentes sectores (automoción, financiero, industria...), el Servicio de Asistencia Técnica del organismo europeo escogió sólo a Naturecode. "Nos dio mucha alegría haber sido escogidos. Pero, ahora, tenemos un reto muy importante por delante” comentó Vázquez.

Mucha responsabilidad y presión para un pequeño negocio tecnológico que, como apuntó Vázquez, se financia "prácticamente con lo recaudado" y que aún no ha recibido el suficiente apoyo económico para desarrollar un proyecto de esta envergadura.

 Naturecode tiene seis meses -hasta julio- para preparar un plan de negocio, otro financiero, una estrategia de desarrollo y de colaboración entre los países. “Al final, nosotros estamos experimentado para ver si esa plataforma es posible. Porque para ponerla realmente en marcha se necesita mucho dinero”. La Comisión no les ha proporcionado ningún tipo de apoyo monetario para llevar a cabo el encargo, sólo una serie de contactos muy buenos a nivel europeo y casi 300 horas de consultorías con expertos de la UE.

Ayuda a los agricultores a competir en el mercado

En cuanto a si las etiquetas van a incrementar las ventas de los productores, uno de los fundadores de la startup aseguró que no es una ciencia exacta. No se puede probar la relación entre las ventas y las etiquetas. Lo que sí es cierto, “es que a todos los consumidores les gusta sentirse informados. Y cuando te comunicas con ellos, estás haciendo que confíen en lo que compran. Eso es un beneficio directo para cualquier negocio” explicó Vázquez.

Curiosamente fue así como nació la idea del proyecto en 2013. En ese año, se juntaron dos circunstancias. Por un lado, el proyecto en el que estaba trabajando Vázquez en una empresa de marketing digital ayudaba a una pequeña bodega malagueña que quería, a través de códigos QR, comunicarse con sus clientes. Por otro, muchos estudios y asociaciones empezaron a advertir que "el 71% de los consumidores que miraban las etiquetas no encontraba la información que estaba buscando”. La unión de ambos fue lo que les animó a poner en marcha la idea.

Un proyecto con el que esperan ayudar a los agricultores, no sólo a comunicarse con sus clientes, sino también a competir en el mercado. “Soy hijo de agricultor. Y he visto toda la vida a mi padre cultivando y cumpliendo con la normativa europea.Sin embargo, en el mercado, tiene que competir con otras que no cumplen con los mismos requisitos, y la gente eso no lo sabe. Con las etiquetas, los agricultores van a tener la posibilidad de dar a conocer ésta y toda la información que deseen" contó Vázquez.

Tecnología de la Información en el Campo

Hasta el momento, Naturecode trabaja con más de 200 negocios del sector alimentario. “Tenemos de todo: naranjas, vinos, quesos, jamón, vinagres, aceites, miel… Casi 60 categorías entre las que se encuentra, incluso, el hidromiel” apuntó uno de los tres fundadores. Su tecnología es, por el momento, gratis para los pequeños agricultores. “Luego el coste va escalando en función del tamaño del negocio y de los productos que se quieran incluir. Normalmente, el coste medio de nuestros servicios ronda los 500 euros anuales” comentó.

Asimismo, para asegurar la veracidad de la información que exponen los agricultores y poder seguir ellos al margen, la startup ha conseguido acuerdos "con las cuatro asociaciones de consumidores más importantes de España para que, si los negocios falsean sus informaciones, puedan ser de alguna forma penalizados".

Naturecode no ha sido un proyecto fácil de poner en marcha, lo han tenido que financiar con fondos propios y aunque han recibido una inversión de 15.000 euros, todavía les falta apoyo económico. Aún así, uno de los aspectos que más les ha costado es "confiar en el proyecto. Al principio tienes que creer mucho en tu producto, hay que trabajar muy duro durante muchos meses con unas expectativas que son inciertas" reconoció Vázquez.

Otra de las trabas, fue convencer a los productores de alimentos que apostasen por su tecnología. “Nuestro servicio no les va a ayudar en su día a día en el campo. Nosotros somos una startup del sector de las TIC (Tecnologías de la Información y a Comunicación). Convencerles de la importancia de estar en contacto con sus clientes no fue tarea fácil”.

Aún así, cinco año después de que surgiera la idea y tres después de ponerla en marcha, Juan Vázquez, Alberto Fernández y Daniela Duran, junto al resto de socios que se unieron más tarde al proyecto: Rafael Jiménez y Alexandro Liotta; y Antonio Cortejo, como responsable de marketing, siguen haciendo crecer su startup. Con más de 200 negocios utilizando sus etiquetas, con un proyecto de la Comisión Europea entre manos y haciendo que “España, que es una de las zonas más importantes en la producción de alimentos, lo sea ahora también por el desarrollo de tecnologías de la información que ayudan a agricultores y consumidores”.