Por los nuevos hábitos de los clientes

Las tintorerías y lavanderías se ven obligadas a reinventarse

Cosas tan dispares como que la gente ya no invierta en prendas de calidad o la Ley Antitabaco pueden ser cruciales para un sector como el de las tintorerías y lavanderías de España. Un sector en auge, obligado a reinventarse, y que está compuesto en su mayoría por pequeños negocios familiares.

lavanderia-negocio
Las tintorerías y lavanderías se ven obligadas a reinventarse

 “El ‘concepto Ikea’ es lo que más nos está perjudicando”. Con estas palabras Jose Carlos Mas, presidente de Federación Española de Tintorerías y Lavanderías (FETYL), resume y define uno de los principales problemas que tienen estos pequeños negocios en España. Para él, el concepto Ikea no es otra cosa que preferir la cantidad a la calidad.

Los consumidores de ahora parece que prefieren comprar más prendas de ropa a tener una sola de calidad que le dure más tiempo. Este cambio en el comportamiento perjudica a estos negocios porque ya no acuden a las tintorerías y lavanderías para cuidar sus prendas. “Antes la gente que invertía en un chaquetón no se arriesgaba a lavarlo en casa y acudía a nosotros. Ahora lo lava en casa” dijo Mas.

Esto, unido al avance de la industria textil -más producción de ropa, de menor calidad y a bajo precio- ha obligado a las pequeñas lavanderías y tintorerías a reinventarse, a estar muy pendientes del público de su zona para poder obtener beneficios, y a tener al dueño del negocio siempre pendiente. “La rentabilidad de este tipo de negocios es muy relativa. Si es una tintorería situada en la zona empresarial de la ciudad -como por ejemplo en las Cuatro Torres de Madrid- no va a tener problema. Pero si es una zona más humilde, ahí el dueño va a tener que hacer un esfuerzo” afirmó el presidente de FETYL.

En este sentido, Mas aconsejó estudiar muy bien qué es lo que está cerca del establecimiento y adaptarse a sus horarios. “Si hay un colegio hay que abrir cerca de la hora en la que los padres se acerquen a dejar a los niños, para que también puedan dejarte la prenda… Hay que hacer lo mismo si se tiene un hospital, un edificio de oficinas, etc”. Otro consejo que da es conocer bien la gente vive en el barrio, por ejemplo, si es gente joven que está empezando a trabajar: “si pones un buen precio seguramente vaya el sábado por la mañana a llevarte las camisas para plancharlas y después del aperitivo va a volver a recogerlas…Pero hay que estar abiertos el sábado”.

Unirse a los pequeños bares para hacer clientes es otro truco. “Son habituales y fieles. El problema viene cuando te llaman un domingo por la mañana para decirte que anoche llenaron y que necesitan que te pases, recojas los manteles en una hora, para que los limpies y planches, y que puedan dar el servicio del medio día”. Algo que a Mas le ha pasado más de una vez.

Esta necesidad de implicación del dueño de la lavandería o tintorería en el negocio es la razón por la que no son aconsejables si el emprendedor no está dispuesto a estar encima de él todo el día. El presidente de FETYL relató que hace unas semanas tuvo una reunión con una pareja que querían emprender y poner en marcha una lavandería, pero querían tenerla como una inversión, sin estar implicados. “Les aconsejé que no lo hicieran, que llevasen ese capital a otra actividad porque este tipo de negocios no funciona bien así”.

Para Mas, las franquicias de autoservicio de lavandería/tintorería “que abren y cierran de forma automática, en las que la gente puede ir y lavar su ropa sin que haya un profesional pendiente de ellos no tienen ningún tipo de garantía para el cliente. Estos establecimientos no se hacen cargo de la pérdida de prendas, ni cumplen con muchos de los requisitos de la normativa (ellos por Ley tienen que dar a sus clientes un albarán con unos datos específicos del servicio por si surgen reclamaciones o tener una cartelería específica)”.

Los problemas de las Tintorerías y Lavanderías en España

La mayoría de las tintorerías y lavanderías en España están en manos de un autónomo. “Normalmente son autónomos o empresas familiares, en las que trabaja el dueño, el cónyuge y, a lo mejor, el hijo” dijo el presidente de la Federación. Y aunque el cambio de mentalidad de los consumidores y su preferencia por la cantidad a la calidad es uno de los principales problemas más graves del sector, éste no es el único. Más resumen en seis las principales dificultades del sector:

  • La aprobación de la Ley Antitabaco

Desde 2006 España es un país dónde no se permite fumar en lugares públicos y ese hecho ha ido en detrimento del volumen de negocio de las lavanderías y tintorerías. “Antes la gente llegaba a su casa después de cenar y al día siguiente acudía a nosotros para quitar el olor a humo de la ropa. Ahora, ya no tienen esa necesidad. Se calcula que con la Ley Antitabaco perdimos el 20% de nuestros clientes”, asegura Mas.

  • Un Real Decreto de 1987

El Reglamento Regulador de los Servicios de Limpieza, Conservación y Teñido de Productos Textiles, Cueros, Pieles y Sintéticos, publicado en el BOE en el Real Decreto de 1987, es la normativa que regula al sector. Para FETYL se trata de una norma obsoleta en algunos puntos, como por ejemplo la regulación de la actividad por internet. “Aquí nos encontramos con un problema, las competencias han cambiado y normas que regulaba el Ministerio de Industria son responsabilidad de la autonomía. Cuando acudimos a ellas para cambiar el Real Decreto no dicen que ellas no tienen potestad para modificar una normativa. Y cuando acuden al Ministerio de Industria les dicen que eso que quieren modificar es competencia autonómica y no les compete”.

  • La media de edad vs la innovación

Actualmente la medida de edad de colectivo es alta, les cuesta adaptarse a los cambios y mantener a flote una lavandería. Esto se convierte en un problema, expresó Mas, porque “la mejor forma de captar clientes es realizando un buen trabajo y distinguiéndose del resto. Para ello hay que ofrecer otros servios o combinarlos. Por ejemplo, en una lavandería de autoservicio incluir un plus de tintorería”. Y recuerda aquí que “planchar la ropa es una de las tareas que más odia realizar la gente, por eso ofrecer ese servicio como plus al de limpieza puede atraer a la clientela. Además, suele realizarse en poco tiempo y a primera hora, con lo que la luz sale más barata”.

  • La prohibición del percloroetileno

Desde FETYL prevén que en los próximos años se va a prohibir el uso de percloroetileno en la limpieza en seco que realizan las lavanderías. Se trata de un disolvente que cuando está en contacto con la humedad puede llegar a producir vapores tóxicos. “Razón por la que las lavanderías tenemos que estar dadas de alta en Medio Ambiente como pequeñas productoras de residuos tóxicos. De hecho, nos realizan habitualmente inspecciones”. El uso de este producto se ha prohibido ya en algunos países “y dentro de poco lo más seguro es que también se imponga en España, por eso lo mejor ahora es invertir en wet cleaning (limpieza en húmedo) su método no está aún al 100 por 100, pero no se utilizan productos tóxicos”.

  •  “Las startups no han inventado nada nuevo”

Durante los últimos años han interrumpido en el sector una serie de startups que ofrecen servicios de lavandería y tintorería, con la novedad de que acuden a casa a buscar y a entregar la ropa. “Las startups no han inventado nada nuevo, el reparto a domicilio ha existido siempre, el problema viene que para éste sea rentable tiene que realizarse por zonas es decir, una lavandería no puede recorrerse Madrid de una punta a otra por seis trajes porque no le saldría rentable”.

Según contó Mas hay personas que ofrecen sus servicios de lavandería y tintorería a mercerías u otras tiendas relacionadas con la costura a unos precios con los que el sector no puede competir. “Además esta gente no cumple con la normativa y nos hace daño más que a nivel económico -les quita clientes- a nivel de imagen”.