Según un estudio de Billin

Las trabajadoras autónomas facturan un 18% menos que los autónomos varones

Un estudio de Billin, recuerda que la brecha salarial no se da sólo entre asalariados. Las autónomas ingresan un 18% menos que los autónomos. Mientras que ellos facturaron una media de 50.765 euros en 2019, ellas sólo alcanzaron un promedio de 42.905 euros.

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Las trabajadoras autónomas facturan un 18% menos que los autónomos varones

7.860 euros menos. Es la diferencia de facturación entre un negocio puesto en marcha por un trabajador autónomo y otro creado por una trabajadora autónoma. Una diferencia del 18% entre ambos emprendedores que, aún con todo, sigue cuatro puntos por debajo de la brecha salariial que hay entre trabajadores por cuenta ajena.

Son algunas de las conclusiones más relevantes del último estudio, realizado con motivo de la celebración del día Internacional de la Mujer Trabajadora -el próximo 8 de marzo-, por la empresa de facturación online Billin. El  informe refleja las enormes diferencias económicas que todavía existen entre las mujeres y hombres que componen los más de 3,2 millones de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).

Uno de los primeros puntos que analiza el informe es la diferencia de ingresos en general entre hombres y mujeres. Incluye la brecha salarial entre asalariados y asalariadas, y las diferencias de facturación entre autónomos y autónomas. Para ello, compara los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas sobre la Encuesta Anual de Estructura Salarial (que corresponden a datos de 2017), y los niveles de facturación de los más de 900.000 usuarios autónomos de su plataforma.

 Así, y según los datos del estudio, mientras que los autónomos facturaron una media de 50.765 euros en 2019, las trabajadoras por cuenta propia sólo consiguieron ingresar con su actividad 42.905 euros. Se trata de una brecha del 18% entre ambos emprendedores, que recuerda la desigualdad por razón de género que aún existe dentro del colectivo, y que proviene de las dificultades que tenían las mujeres hasta hace relativamente poco para acceder al autoempleo, a financiación o, simplemente, a poder sacar adelante un proyecto diferente al familiar.

Sin embargo, la brecha entre hombres y mujeres autónomas sigue siendo menor que la que existe entre los asalariados. Entre otras cosas porque “las autónomas digitalizadas reducen la desigualdad salarial en un 4%”, según expone el estudio. De esta forma, mientras que la diferencia entre autónomos es de un 18%, la brecha entre asalariados es del 22% (las asalariadas cobran 5.800 euros de media menos al año que los hombres).   

Asimismo, el informe de Billin también revela que existe otra diferencia entre autónomos y autónomas. Por norma general, las emprendedoras obtuvieron en el cuarto trimestre del año su mayor periodo de facturación, llegando a conseguir el 26% de sus ingresos totales. Mientras que, para los autónomos, este periodo de mayor bonanza es el segundo, en el cuarto sólo consiguen el 23%. Para Billin, esta diferencia en el volumen de sus ingresos se debe a “la mayor estacionalidad del trabajo femenino”.

En este sentido, el informe también analiza cuáles son los sectores en los que se especializan las autónomas. Éstas suelen desarrollar su actividad en el área de servicios y consultoría, comercio y creatividad, y marketing. Son sectores a los que  se dedican el 60% de las mujeres trabajadoras por cuenta propia encuestadas por Billin. A ellas, les siguen las que trabajan en salud y bienestar, inmobiliario y hostelería (un 20% del total).

Sin embargo, “también hay que recordar que las emprendedoras no se quedan en el cliché y destacan en otras actividades que ahora tienen un mayor empuje, como son las científicas, profesionales y técnicas, y en educación y servicios sanitarios. La participación de la mujer en el mercado laboral es esencial. Donde ellas emprenden, la economía crece y ese sector se refuerza”, explicó Candela Carrera, responsable del área de Mujer de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

Las dificultades de las mujeres en el emprendimiento 

Otro informe, elaborado por la ONG 'Acción contra el Hambre', en el que se analiza la brecha de género que hay entre los jóvenes a la hora de emprender en Cataluña, revela que uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las mujeres a la hora de poner en marcha su negocio es la discriminación de su proyecto en el mercado, que hace a la mayoría de ellas desistir o abandonar. Ésta es una de las razones que origina, según el estudio, la diferencia cuantitativa entre hombres y mujeres emprendedores, ya que las aspiraciones para emprender se encuentran a niveles similares. 

Una diferencia que también existe a nivel cualitativo, es decir, ganan menos dinero. Según el estudio de Acción contra el Hambre titulado 'Diagnóstico y kit de herramientas metodológicas sobre igualdad de género en el emprendimiento para jóvenes', "las mujeres emprenden más en el comercio minorista y en los servicios orientados a las personas, con la consecuente menor remuneración, con márgenes de beneficios reducidos, menores posibilidades de supervivencia y menor innovación tecnológica".

El estudio también elude a una cuestión  de "tipo social" que dificulta el emprendimiento entre las mujeres. "Influye también en su autopercepción, de modo que las emprendedoras, en términos generales, se consideran menos preparadas y con menos habilidades para llevar a cabo su propio proyecto, tienen menos autoestima, presentan más miedo al fracaso y son menos optimistas" recoge el documento.

El informe termina aludiendo a la necesidad de una formación para jóvenes, en la que se replantee la actual figura del emprendedor: "se conseguiría así cambiar una de las dos partes que conforman la brecha de género en el emprendimiento: al redefinir las competencias de la figura del buen emprendedor, podría aumentar la identificación de esta figura con las mujeres o los hombres de las nuevas masculinidades, aumentando así su intención de emprender; y cambiando de paso la visión del emprendimiento por parte de los hombres". 

El RETA le debe su crecimiento a ellas

Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) señala en su último informe sobre género que las mujeres protagonizaron el crecimiento del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en la última década. El documento detalla que, en los últimos diez años -de 2009 al 2019, 116.444 mujeres se dieron de alta como autónomas, mientras que 6.062 autónomos se dieron de baja.

A pesar del avance y del incremento de mujeres emprendedoras, el número de autónomos sigue siendo mucho mayor al de autónomas. El colectivo está formado actualmente por 2.093.685 hombres y 1.173.714 (datos de diciembre de 2019). Cifras que son mejores de las que teníamos hace diez años, con 2.099.747 autónomos y 1.057.299 autónomas, pero que recuerdan que todavía queda mucho por hacer y avanzar en materia de igualdad.