Sin los bares, la facturación ha caído un 35%

Vender más vino en tiendas no supone un respiro para las pequeñas bodegas

La compra de vino en supermercados se disparó con el confinamiento. Sin embargo, el Estado de Alarma ha hecho que las pequeñas bodegas pierdan un 35% de facturación y algunas no aguantarán 6 meses. Aunque venden más en las tiendas, necesitan a los bares para sobrevivir.

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Vender más vino en tiendas no supone un respiro para las pequeñas bodegas

La crisis del Covid-19 ha supuesto un parón generalizado en el sector del vino. A pesar de que su actividad se consideró como esencial y pudieron seguir desarrollando su trabajo durante el Estado de Alarma, los viticultores vieron cerrado su principal y mayor mercado, el sector hostelero.

Si bien es cierto que la venta de vino en tiendas y supermercados ha aumentado con el confinamiento, esto no ha sido suficiente para las pequeñas bodegas. El sector del vino tendría que triplicar sus ventas en los supermercados para compensar la pérdida de su valor en el sector hostelero

“Las bodegas prevén una caída de casi el 35% en su facturación en el primer cuatrimestre del 2020”, señaló José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV). Además, las consecuencias del Covid-19 están afectando a todas las bodegas “independientemente de su tamaño, aunque quizás existe una mayor afección en las más pequeñas, porque están menos diversificadas y se dedican a la venta única en la hostelería”, añadió.

Con esta situación, y si no se recupera cuanto antes el sector hostelero, la supervivencia de los pequeños productores y bodegas podría estar en riesgo. “La mayoría de los autónomos que nos dedicamos al sector del vino nos hemos visto obligados a reducir plantillas y limitar la producción de este año”, comentó Alvar. “Hay bodegas que podrán aguantar un año con los beneficios mínimos, pero otras no llegarán a los 6 meses”, añadió.

La Federación Española del Vino realizó una consulta entre todas sus bodegas asociadas en la que se reflejó que el 96% de éstas consideran que la crisis sanitaria afecta “muy gravemente a sus negocios”. “Es muy complicado mantener una actividad con un gasto fijo, aunque intentes reducir al mínimo los gastos variables. Sin el principal cliente -los hosteleros-, y sin facturar, la situación se vuelve realmente complicada”, explicó Alvar de Dios, autónomo propietario de una bodega.

El sector vitivinícola mueve al año, aproximadamente, 7.000 millones de euros de manera directa, en lo que se refiere sólo a venta de vino. Pero también hay que tener en cuenta todos los sectores que lo rodean, y los trabajos indirectos que genera. “El sector del vino en España se traduce en muchos puestos de trabajo indirectos. Diría más, una gran parte de los empleos en la hostelería están relacionados con la producción de vino”, señaló el director general de FEV.

La venta online y en supermercados no compensa

El Estado de Alarma decretado por el Gobierno ha traído consigo el cierre de todo el canal Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías), lo que ha supuesto pérdidas irrecuperables en el sector de la producción de vino. Es cierto que  los centros de alimentación y supermercados no han cerrado durante el confinamiento, y que ha habido un aumento considerable en las ventas en estos establecimientos. Incremento que, sin embargo, no ha compensado a las pequeñas bodegas.

La venta de vino en los supermercados no soluciona los problemas de facturación en el sector. “Aunque se esté dando un crecimiento importante en las ventas del producto en los establecimientos alimenticios, su volumen supone como máximo un 50%. Las ventas tendrían que duplicarse en los comercios para alcanzar el volumen del sector hostelero”, explicó José Luis Benítez.

Y, por otra parte, está el tema del valor del vino. En los bares y restaurantes, el producto se encuentra mucho más diversificado en cuanto a marcas, y “se vende más, con un valor más alto”. Para lograr estos beneficios únicamente con la venta en supermercados, “tendrían que triplicarse sus ventas para alcanzar la pérdida de valor en la hostelería”, señaló Benítez.

“Hay bodegas a las que les está yendo relativamente bien porque tienen una presencia muy alta en alimentación, pero se pueden contar con los dedos de una mano”, añadió el presidente de FEV.

Los restaurantes y bares son“imprescindibles” para el futuro de las bodegas. Por eso, temen que la prolongación en el tiempo del cierre pueda abocar a muchas de ellas a una situación crítica. “Las circunstancias en las que se encuentran algunos pequeños productores ya son dramáticas. Sus ventas han caído entre un 90% y un 95%”, explicó Benítez.

Durante el confinamiento muchos autónomos propietarios de bodegas han tratado de mantener a flote sus negocios mediante las ventas online, pero ese canal “tampoco ayuda, la venta online de vino representa a nivel nacional tan solo un 1%”, añadió.

Por Internet se ha vendido mucho más de lo que se vendía, pero hay que contar con que se vendía muy poco. Es una venta muy pequeña casi residual, porque la mayoría de nuestros vinos están muy bien distribuidos tanto en el canal Horeca como en los supermercados”, explicó Marcos Yllera, gerente del Grupo Yllera.

España exporta casi el 50% de sus vinos

La crisis del 2008 motivó a que muchísimas bodegas se volcaran en exportar sus productos al extranjero, lo cual ayudó a la supervivencia y el mantenimiento de los negocios de muchos autónomos. A día de hoy, en medio de una paralización en la economía del país, la exportación ha vuelto a “dar un poco de oxigeno al sector”, comentó el presidente de la FEV.

“Hemos empezado esta crisis en Europa cuando China ya se estaba empezando a recuperar. En los primeros días del Estado de Alarma muchas bodegas me trasladaron que China estaba empezando a funcionar y les hacía varios encargos”.

La exportación ha continuado su funcionamiento ya que ningún país ha cerrado su alimentación. España exporta vino a más de 100 países, “aproximadamente el 50% de nuestros vinos se exportan. Por ello, ha sido un verdadero alivio que las bodegas hayan podido seguir trabajando, sino se hubiese causado un daño irreversible”, añadió el presidente de la Federación.

“Nuestra exportación es tan solo de un 10%, pero considero que ha seguido su ritmo normal. Las ventas de exportación no son inmediatas por lo que, a pesar de haber tenido un parón, las pérdidas no han sido del 100%”, explicó el gerente del Grupo Yllera.

El propietario de Bodegas Alvar de Dios, por su parte, no ha conseguido beneficios gracias a la exportación. “China iba a hacerme el primer pedido a finales del mes de febrero, justo cuando cerraron todo, y aún no sé nada. Pero es lógico que cuando salgan de la crisis van a querer hacernos encargos, al igual que pasará con EEUU”.

Los viticultores esperan que se produzca una recuperación en forma de V en el sector. "Tras esta crisis puede que la gente valore más el beber vino como una parte esencial del placer de la vida”, señaló Benítez. Sin embargo, “nos preocupa la crisis económica que se avecina porque debilitará en gran parte el consumo. Si la población no tiene dinero para consumir, primero se lo gastará en lo esencial y el vino no es el alimento más prioritario”, concluyó.