La vida de José Bódalo detrás del telón

Un recorrido por la vida de José Bódalo a través de quienes lo conocieron y admiraron. José Bódalo, maestro de la escena es la biografía que rescata a este actor y lo vuelve a poner bajo los focos del escenario.
La vida de José Bódalo detrás del telón

“Que los que lo conocieron, lo recuerden y los que no, lo descubran”. Así describe Carlos Arévalo el único fin de su primera publicación: José Bódalo, maestro de la escena. Un libro con el que quiere rendir homenaje al que fue “uno de los grandes actores de nuestro país, de esa generación de actores inolvidables”.

A raíz de que en 2016 se cumpliera el centenario del nacimiento de José Bódalo (Córdoba, Argentina, 24 de marzo de 1916 - Madrid, 24 de julio de 1985), el periodista Carlos Arévalo se plantea “explorar un poco más su vida, en la que el teatro tiene un peso fundamental, y hacerle un homenaje. Un homenaje que no tenía y que creo que se le debía por parte de la gente”.

Así nace una publicación que recorre la vida y obra de Bódalo, pero de una forma peculiar pues lo hace a través del testimonio de sus compañeros de escena, amigos y familia, que hacen al lector ser testigo de la historia. Recopilar toda la información y ordenarla le costó a Arévalo, según revela AyE, un año y medio. “El trabajo de documentación era inmenso. Ya hacía más de 30 años que el actor había muerto, de modo que mucha gente no quedaba… y si te trasladas a su infancia menos aún”, señala.

Todo este trabajo de hemeroteca estuvo complementado con las carpetas que las hijas de José Bódalo guardaban sobre su padre. “Hay que decir que él era muy presumido, como todo buen actor, y guardaba todo lo que la prensa decía de él” explica Arévalo. Estos recortes supusieron una guía para que el autor pudiese recomponer su historia, además de descubrir cosas “que yo desconocía”.

Muchas de estas historias son contadas por actores que compartieron profesión con él y que a día de hoy siguen en activo como Arturo Fernández, Juan Echanove, Pedro Mari Sánchez… Carlos Arévalo revela que “la importancia de los testimonios vivos era para apoyar esos recortes con voces nuevas y vigentes, de actores en activo de diferentes edades”.

La familia Bódalo

Sin desvelar mucho del libro, hay que destacar la capacidad de José Bódalo en varios campos como: la medicina (curso cuatro años de esta carrera), el periodismo (realizó programas radiofónicos), el fútbol (llegó a jugar en Segunda División)... Pero finalmente acabó formando parte de aquello de lo que siempre había estado rodeado: el teatro.

Desde su nacimiento las tablas marcaron su vida pues su padre –que se llamaba como él- era director de escena y su madre Eugenia Zúffoli era una de las divas de la época, “era una número uno, como puede ser ahora Paula Echevarría, para la época” dice el escritor de la biografía. La vida familiar estará siempre marcada por el teatro y Bódalo admirará a ambos a pesar de la relación distante que mantendrá con su madre, cuando se separa de su padre para irse a vivir con una mujer. Tema que Carlos Arévalo trata “con pinzas estos hechos porque es una situación muy delicada para la época”. Además de que José Bódalo “huye de hablar de su vida privada”.

Capacidad innata

La época en la que José Bódalo empieza a trabajar como actor es bastante compleja. Las compañías de la época- como la de sus padres- llevaban entre 35 o 40 títulos, “esto quiere decir que a lo mejor están un año por todo el mundo con 30 títulos y un mismo actor podía hacer de cura, de mendigo, de rey, de pastor… Hasta el punto de que, tal y como le han comentado varios actores, “llegabas a un pueblo y no sabías si eras Don Juan Tenorio, el alcalde de Zalamea o qué te tocaba hacer”.

Tener una memoria prodigiosa era el secreto de los actores de entonces y José Bódalo presumía de tener una memoria de elefante y de aprenderse los papeles en días.

Esta capacidad de memorizar jugaba a favor de José Bódalo cuando jugaba el Madrid. “Él era un loco del fútbol. Estaba escuchando el partido en el camerino, en el pasillo y entre cajas antes de salir y cuando le decían ¡a escena!, tiraba la radio y empezaba a decir su frase”. Una genialidad y una capacidad de transformación de la que muchos dudaba y le acusaron de utilizar pinganillo. Anécdota que Arévalo resuelve en el libro: “¡Ah, pues diles a los compañeros, y también te lo digo a ti, que a ver si eres capaz de hacer El rinoceronte y sentir cómo marca un gol Gento!”, decía el propio Bódalo.

En definitiva, José Bódalo fue un actor que vivió por y para interpretar, tal y como se aprecia en la biografía. Una pasión que consiguió transmitir en todos sus trabajos pues como destaca Arévalo, “cuando ves películas de él te das cuenta de que es un actor que no se te escapa, te quedas con él -con su voz, con su presencia- aunque tenga un papel pequeño”.