Veamos este periodo de crisis como una oportunidad para mejorar, para reconstruir una industria que tanto ha significado para la economía de nuestro país, también a nivel de empleo.
Cuando llegó el virus, tuvimos que cerrar nuestras tiendas llenas de ropa, completamente preparadas para la temporada primavera-verano. Ésto supone que ahora tengamos que hacer frente a los pagos de una ropa que no vamos a vender.
Aunque queda mucho recorrido por delante y la industria cambia de una manera vertiginosa, se empiezan a atisbar cuáles van a ser los principales desafíos del sector para los próximos años.