Opinión

Autónomos más allá de la coyuntura económica

Los trabajadores por cuenta propia en España son uno de los colectivos más dinámicos en la economía, como demuestran los datos correspondientes al primer semestre de 2018, que recogen que la creación de empleo en el ámbito de los trabajadores autónomos ha marcado niveles históricos. Así, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ha aumentado su número de afiliados en 68.880 personas en el último semestre, pasando de 3.204.678 en diciembre de 2017 a 3.273.558 en junio de 2018, según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).

Autónomos más allá de la coyuntura económica

Entre 2011 y 2016 (últimos datos disponibles), el número de nuevos afiliados se ha incrementado en 164.100, lo que sitúa a España como el tercer país europeo que más autónomos sumó en este periodo.

El vigor que está mostrando el colectivo de autónomos se está traduciendo en buenas noticias para la economía y el empleo, ya que contribuye a que surjan nuevas actividades y oportunidades de negocio que impulsan el crecimiento económico. Por un lado, los autónomos se están convirtiendo en un potente motor de generación de empleo, según datos de ATA. En la actualidad emplean a 900.000 personas y en conjunto aportan 4.100.000 empleos (entre el propio y el contratado).

No estamos ante una situación coyuntural, el protagonismo de los autónomos en la economía va a ir a más. La figura del emprendedor, el freelance o el trabajador independiente está cobrando un nuevo impulso gracias a los nuevos esquemas de organización empresarial y a las nuevas demandas de la economía.

Las cosas están cambiando y el nuevo modelo económico demanda trabajadores con unas características específicas, que los autónomos están en mejor disposición de cumplir: profesionales con iniciativa, innovadores y con espíritu emprendedor, flexibles, acostumbrados a trabajar por proyectos en la denominada “economía a demanda”. En la presente coyuntura, marcada por la máxima competitividad, contratar a un profesional autónomo puede ser la mejor solución para sacar adelante un proyecto determinado o dar salida a tareas que dentro de la empresa no se está en disposición de asumir por falta de medios o tiempo. A todo ello se une, además, la deslocalización y la extensión del trabajo a distancia.

En consecuencia, los empleos que se crean en el ámbito de los autónomos también empiezan a ser de una naturaleza diferente a la tradicional: históricamente, el trabajo autónomo se ha asimilado exclusivamente a la precariedad, a la temporalidad y a considerarse como la única salida laboral para muchos trabajadores condenados al paro. Sin embargo, con la eclosión de trabajadores autónomos en los últimos meses, vemos como estos contribuyen a que surjan nuevas actividades y oportunidades de negocio que están impulsando el crecimiento económico. Desde 2009 hasta mediados del 2018, según ATA, ha aumentado el peso de los autónomos en sectores hasta la fecha con poco peso, como en las actividades inmobiliarias (con un 52% más), sanitarias (un 50,7% más) y en educación (un 49,2% más).

Cada día más personas deciden crear su propio negocio y son más los profesionales que empiezan a trabajar para una o varias empresas prestando sus servicios como autónomos. Como muestra, las cifras de creación de startups -negocios innovadores que al arrancar utilizan tecnología digital-. El año 2017 cerró con 1.096 millones de euros invertidos en startups españolas, un 77% más que en 2017 según la inversora española en empresas innovadoras Big Sur Ventures. El número de operaciones creció un 41% respecto a 2016. La tendencia en este tipo de emprendimiento es, con toda seguridad, al alza, sobre todo entre los jóvenes, cada vez más dispuestos a crear mediante startups sus nuevos negocios.

De esta forma, vemos como los autónomos cada vez tienen un mayor peso en la economía y esto se traduce en mayor reconocimiento a nivel de cobertura, pero en muchos casos los profesionales por cuenta propia los desconocen. Así, solamente uno de cada cinco autónomos (el 18,9%) tiene cubiertas las contingencias profesionales (accidentes de trabajo y enfermedades profesionales), según el informe realizado por ATA.

En este sentido, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social tienen un papel fundamental en la labor de dar a conocer y concienciar a los autónomos protegidos sobre sus derechos ante situaciones como bajas laborales o cese de actividad. Estas entidades son las encargadas de gestionar diferentes prestaciones en favor de los autónomos que hayan concertado la acción protectora correspondiente: por un lado, las contingencias comunes, que tienen un carácter obligatorio; por otro, las contingencias de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

Tanto la Asociación de Trabajadores Autónomos como Mutua Universal en sus respectivos ámbitos y competencias, coordinan, para sus colectivos protegidos,  actividades relativas a prevención de riesgos laborales, propuestas con relación a organismos y Administraciones Públicas, para tratar las causas de la siniestralidad laboral en el colectivo, reivindicaciones relacionadas con las enfermedades profesionales y accidentes de trabajo y limitaciones de las coberturas, como informes de siniestralidad, guías de buenas prácticas, estudios sectoriales, organización de jornadas formativas, encuentros y mesas redondas, acciones formativas e informativas, herramientas de autodiagnóstico...).