Opinión

¿Por qué debemos recuperar el sector textil español?

Veamos este periodo de crisis como una oportunidad para mejorar, para reconstruir una industria que tanto ha significado para la economía de nuestro país, también a nivel de empleo.
¿Por qué debemos recuperar el sector textil español?

Probablemente hay personas que lo desconozcan pero durante años España tuvo una de las industrias textiles más consolidadas. A finales del siglo XIX y principios del XX, el sector textil era la industria moderna que más aportaba al PIB. Cataluña se consolidó por aquel entonces como uno de las principales productoras de tejido textiles tanto a nivel nacional como en el resto de Europa.

Pero llegó el siglo XX y con él, un periodo de guerras que paralizaron el desarrollo industrial de nuestro país. No fue hasta 1950 cuando la economía española comenzó a recuperarse y fue durante la década siguiente cuando comenzó a fortalecerse. Sin embargo, la década de los 70 marcó el fin de un ciclo de la industria textil.

La falta de adaptación a las nuevas tecnologías y la crisis del petróleo hicieron que las empresas españolas no pudieran competir con las industrias del resto de Europa. Así, a mediados de la década de los 80 se desarrolló una política orientada a la remodelación del sector que, con la adhesión de nuestro país a la Comunidad Europea, se impulsó todavía más.

No obstante, la apertura de fronteras, el aumento de los costes de producción y la liberalización total en 2005 del comercio por parte de la OMC, llevó a que muchas empresas decidieran trasladar toda su producción a países donde los costes son mucho menores. De esta manera, a lo largo de la primera década de los 2000 fueron muchas las fábricas que cerraron en nuestro país, destruyendo una industria textil que durante años fue una de las más consolidadas en Europa.

Desde el año 2000, el número de empresas dedicadas al sector textil ha descendido significativamente, algo que contrasta con la visibilidad que se la ha dado durante los últimos años a la llamada “Marca España”. De poco sirve poner en marcha grandes campañas de publicidad y marketing si no cuidamos la base fundamental: las empresas que trabajamos en el sector. Empresas que a día de hoy ajustamos al máximo los costes de producción para poder competir con los exportadores de otros países, sin descuidar la calidad de las prendas y las garantías laborales de nuestros empleados.

Si hablamos del sector mayorista, el paisaje ha sido el mismo. Desde finales de los años 90 hasta ahora, los comercios dedicados a la venta al por mayor han ido desapareciendo del centro de las ciudades, en algunos casos absorbidos por los grandes polígonos industriales; en otros, obligados a desaparecer por la falta de negocio o por la ausencia de descendientes que se hagan cargo del mismo. Así, en poco más de una década, han sido muchos los negocios mayoristas que se han quedado por el camino.

En 2019, según los datos de la Confederación Industrial Textil, la industria obtuvo una facturación de 5.800 millones de euros con más de 20.000 empresas dedicadas al sector, unas cifras bastante positivas que se verán afectadas irremediablemente por la crisis provocada por el coronavirus. Desgraciadamente, somos muchos los sectores que van a necesitar ayuda para poder superar esta crisis. Pero creo que en nuestro caso, debemos aprovechar este periodo para hacer un esfuerzo y redirigir la industria. Las ayudas que recibamos deberían ir encaminadas a recuperar el tejido empresarial en la industria textil.

La dependencia de China a la hora de importar materias primas y, en algunos casos directamente las prendas, hicieron que durante los meses en los que la pandemia azotaba al país asiático, nuestra producción también se viese afectada al no poder recibir su material. No nos olvidemos tampoco de la falta de mascarillas y EPIS para los profesionales sanitarios ante la imposibilidad de recibir material de China. Fueron las pocas fábricas textiles que quedaban en nuestro país.

Veamos este periodo de crisis como una oportunidad para mejorar, para reconstruir una industria que tanto ha significado para la economía de nuestro país, también a nivel de empleo.