Opinión

La nueva era de la Inteligencia Artificial

Un recorrido por la evolución de la Inteligencia Artificial, desde la primera vez que se acuñó el término en un encuentro científico, hasta su aplicación en la actualidad con la aparición en un teléfono móvil.

La nueva era de la Inteligencia Artificial

La expresión inteligencia artificial nació en un encuentro cien­tífico celebrado durante el verano de 1956 en la Universidad de Dartmouth College (Estados Unidos) y, desde luego, ambición no le faltaba a la convocatoria."Se intentará averiguar cómo fabricar máquinas que uti­licen el lenguaje, formen abstracciones y conceptos, re­suelvan las clases de problemas ahora reservados para los seres humanos y mejoren por sí mismas. Creemos que puede llevarse a cabo un avance significativo en uno o más de estos problemas si un grupo de científicos cuida­dosamente seleccionados trabajan en ello conjuntamente durante un verano".

Entre los organizadores estaba John McCarthy, un informático brillante que definió la inteligencia ar­tificial como "la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligen­tes". De esta forma, podríamos definir la inteligencia artificial como la tecnología que imita nuestra forma de pensar, lo que incluye procesos tan complejos como el aprendizaje, el razonamiento lógico y la intuición.

Son tantos sus posibles usos y aplicaciones, que no tardó en convertirse en una protagonista más de las películas y las novelas de la ciencia ficción, por lo que, desde su nacimiento, nos ha llegado fuertemente estigmatizada. De hecho, ¿quién no ha sentido miedo al escuchar la voz de HAL en 2001: Odisea en el espacio? Es humano, pero, aun así, todo esto no justifica que se pueda mirar con “miopía” esta tecnología. Y tengo pruebas para demostrarlo, por ello empezaré compartiendo dos ejemplos de posibles aplicaciones que nos pueden cambiar la vida.

En la Universidad de Nottingham un equipo científico ha desarrollado un algoritmo capaz de predecir con una precisión del 80% si una persona sufrirá un infarto en los próximos diez años. De esta forma, la inteligencia artificial podría salvar la vida de muchas de las 500.000 personas que cada año sufren en Europa un paro cardíaco repentino, un problema que afecta a los más jóvenes (incluyendo niños) con un efecto devastador y una tasa de supervivencia prácticamente nula diez minutos después de haberlo sufrido, algo especialmente mortal en las ciudades que sufren atascos.

Esta tecnología trae además esperanza a todas aquellas personas que sufren la famosa “ansiedad matemática”, esa sensación de temor irracional que sufren muchas personas al pensar que tienen que enfrentarse a tareas de cálculo o la necesidad de sufrir un problema. Y dicho así muchos pensarán que ya lo superaron y que solo les afectaba en la etapa escolar o la universidad, pero están equivocados porque de acuerdo a las estadísticas del Banco de España ser bueno en matemáticas puede aumentar el salario hasta el 22%. ¿Y qué tiene que ver la inteligencia artificial con todo esto? Sencillo, la inteligencia artificial aplicada al proceso de aprendizaje de esta disciplina permite reducir el tiempo de aprendizaje para un contenido de 7 meses a las 14 semanas, lo que lógicamente impacta sobre la sensación de autoeficacia y la motivación individual por esa asignatura.

Y llegamos así a su impacto en los negocios y su potencial para todos aquellos que estén pensando en emprender. Pues bien, se espera que esta tecnología traiga en tan solo cuatro años un volumen de negocio global de 968 mil millones de dólares, con un crecimiento anual por encima del 50%.

Sin embargo, hasta hace muy poco pensar en este tipo de proyectos era algo al alcance de unos pocos, por lo que es el momento de mencionar el hito que se marcó en esta tecnología el pasado mes de marzo, con el lanzamiento del Huawei P20 Pro. Con él, por fin, se lanzaba al mercado un móvil con motor de inteligencia artificial, lo que nos permite llevarla en el bolsillo, y, lo más importante de todo, utilizarla para el desarrollo de nuevas apps o para disfrutar de las que hagan los demás. En definitiva, ya quedan excusas para lanzarse a emprender con ella.

Por todo ello, ¿estamos frente a una herramienta de destrucción o de construcción? Yo tengo mi propia opinión, y para quien esté ahora en esa misma reflexión, espero que las cifras hablen por si solas…