Opinión

Recuperar la dignidad

Hablaba hace unos días con un miembro de nuestra asociación que me trasladaba su preocupación por algo que, muchos ya comenzamos a sentir cuando llegamos a casa.

Nuestro compañero pensaba ya en el momento de dejar las largas jornadas de trabajo, los días fuera de casa y las preocupaciones a final de mes para cuadrar números y reunir todos los papeles. Pensaba en  la jubilación, algo  que  para otras profesiones es un momento de alegría  pero que en nuestro oficio, es, como casi todo, un tiempo complicado en el que deben hacerse las cosas bien a riesgo de perder una parte importante del patrimonio que durante años hemos ido reuniendo con esfuerzo y mucho , mucho sacrificio.

El compañero me trasladaba el escaso interés de los jóvenes por acceder a este trabajo, y me hacía un análisis de la situación que refleja la realidad de prácticamente todos nosotros. Después de más de 30 años en el camión, no veía otra alternativa de trabajo posible, por lo que asumía continuar en nuestro sector hasta el momento de su jubilación, aún sabiendo que año tras año, las condiciones de trabajo iban empeorando.

Pero me trasladaba algo que es igualmente importante y por lo que llevamos tiempo trabajando, me insistía en cómo los medios de comunicación, los políticos y, en general, muchos sectores de la sociedad, habían dejado de lado un sector que fue en el pasado fundamental para el crecimiento de nuestro país, dando trabajo a miles de personas.

Un sector el nuestro en el que la  mayoría de los profesionales seguimos siendo autónomos o pequeños empresarios, que hemos hecho, a nuestra edad, un esfuerzo brutal por formarnos, por adaptarnos a nuevas normativas y por ser flexibles para seguir siendo competitivos.

Ahora, como pago a ese esfuerzo, vemos cómo se nos proponen limitaciones a la hora de cumplir con la legalidad con la modificación de los módulos, vemos cómo España sigue estando fuera de las negociaciones de otros países para  ser más contundentes con las empresas buzón, y vemos cómo los márgenes de rentabilidad de nuestro negocio caen mes tras mes, abocando al sector, como tantos otros, a la tiranía de las grandes empresas.

Esa filosofía, falsamente implantada en el subconsciente de toda nuestra sociedad, que rechaza y castiga el esfuerzo del profesional del transporte y que se arroja en brazos de las grandes multinacionales, debe cambiar nuestra sociedad debe mucho al profesional del transporte desde hace décadas, y no podemos permitir que ahora, cuando la recuperación llega a otros sectores, nosotros quedemos fuera de esa tendencia, nuestras condiciones laborales deben mejorar, la rentabilidad de nuestro sector debe ir en consonancia con la rentabilidad de los sectores a los que prestamos servicio. Pero nada de esto tendrá sentido si no conseguimos recuperar la dignidad de una profesión que unos pocos se empeñan, de manera intencionada, en tirar por tierra.