Un 6% tiene pensado montar un negocio

Hay cinco tipos de autónomo jubilado, ¿con cuál te sentirías más identificado?

Atareados, disfrutadores, sosegados, exploradores o desenfocados. Cinco grupos en los que el Doctor Bartolomé Freire, psicológo y psicoterapeuta, ha clasificado a los jubilados españoles, entre los que se encuentran los autónomos.

 

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Imagen: Fito Abalo
Hay cinco tipos de autónomo jubilado, ¿con cuál te sentirías más identificado?

Llegada la edad de jubilación, la pregunta para muchos es: “¿Y qué hago ahora?”. Para el Doctor Bartolomé Freire, psiquiatra, psicoterapeuta y autor del libro 'La jubilación, una nueva oportunidad', “la retirada es como un pasaporte, franquea el acceso a muchos lugares, pero cada uno tienen que elegir el itinerario y hacer el viaje por su cuenta”.

Según el último Estudio anual de preparación para la jubilación de la aseguradora Aegon, un 6% de los futuros pensionistas tiene pensado montar su propio negocio. A éstos hay que sumar otro 15% que tienen previsto continuar trabajando,  bien sea dentro o fuera del sector en el que desarrollaban su actividad. Otro informe elaborado por Metroscopia y Aquarius en marzo eleva la cifra al 28%, uno de cada tres mayores de 65 años, se plantean emprender.  

El Doctor Freire, autor del informe, es un claro ejemplo de que se puede montar un negocio tras cumplir los 65. Una vez jubilado decidió apostar por hacer realidad un proyecto que, además, le ha permitido trabajar con emprendedores y startups del sector de la silver economy o economía de la longevidad. Durante tres años ha estado trabajando en el ‘Estudio de adaptación a la jubilación’ que clasifica a los que han llegado a la edad de retiro o aspiran a llegar a dejar de trabajar en “disfrutadores, atareados, exploradores, sosegados y desenfocados”.

Es, precisamente en los tres primeros en los que se concentrarían tanto los emprendedores seniors como los más de 41.000 autónomos acogidos a la modalidad de jubilación activa, según los datos de Seguridad Social.

Los disfrutadores

Este grupo engloba el mayor porcentaje de jubilados ( 35,3%) y se caracterizan porque buscan cómo combinar una actividad con algo de ocio.  Son aquellos que fijan sus metas y reparten su tiempo en actividades conocidas o desconocidas, que satisfacen sus intereses y amplían sus relaciones personales, aunque siempre mantienen un espacio para la improvisación. Llama la atención que la mayoría son mujeres que “deciden ser las capitanas de su propio barco”, explicó Freire. “Buscan lo gratificante, lo placentero y hacen lo que les resulta divertido. Siempre evitando horarios fijos o compromisos cerrados”.

Los atareados

El segundo colectivo en número es el de los “atareados” (29,3%), cuyo objetivo es tener una ocupación que sustituya el trabajo que realizaban hasta el momento de la jubilación. Son personas comprometidas y organizadas, enfocadas en actividades que generen un impacto social o familiar. Para el psicoterapeuta “tratan de una u otra manera de seguir trabajando”. En su mayoría son hombres con carreras profesionales satisfactorias y de un nivel académico alto.

Los exploradores

A estos dos grupos se suma el 10,7% de los “exploradores” que afrontan la jubilación como una oportunidad para renovarse y ampliar horizontes. Aprenden habilidades nuevas y potencian capacidades que han mantenido en estado latente a lo largo de su vida profesional . Al igual que los “descubridores” son principalmente mujeres que “tienen como objetivo hacer algo nuevo y distinto a lo que han hecho a lo largo de su vida laboral”.

Para Freire, estos tres grupos son los que integran las “jubilaciones productivas”, aquellos con cualidades y ganas suficientes para poner en marcha un negocio. Caso contrario es el de los dos colectivos restantes.

Los desenfocados y los sosegados

Se trata de los desenfocados (15,3%), que son los que no tienen un plan propio para vivir la jubilación y aprovechan las oportunidades de su entorno (llevar a los niños al colegio, ir a hacer la compra…), y los sosegados (9,3%) que evitan roles que les supongan exigencias, son conformistas y se centran en el hogar y la pareja.

Talento senior para asesorar a emprendedores

Después de Japón, España es el segundo país con una mayor esperanza de vida. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) en 2033 una de cada cuatro personas será mayor de 65 años. Además, la esperanza de vida es cada vez mayor, situándose a día de hoy en los 83 años. De este modo, el envejecimiento de la población, abre toda una ventana de oportunidades tanto para el emprendimiento como para el talento senior. A raíz de la publicación de su estudio, han sido varios los emprendedores que recurrieron al Doctor Freire para que les asesorase en sus proyectos “querían saber cómo aprovechar los resultados del estudio para mejorar y abordar de manera más productiva el desarrollo de sus productos o servicios, enfocados a las personas mayores”.

En términos coyunturales, son varios los nichos en los que queda un amplio margen para emprender. Si atendemos al informe de Aegon, la salud y las finanzas son las dos principales preocupaciones de los españoles que, por edad, han abandonado el mercado laboral. Algo más del 60% está preocupado por el deterioro de su salud física y otro 39% tiene como principal motivo de desvelo el quedarse sin dinero. De hecho, en el estudio del Doctor Freire, se refleja que la mayor parte de los jubilados revelaron su desasosiego por el hecho de que su pensión no les permitirá asumir el aumento del coste de la vida, pagar una residencia o la asistencia a domicilio.

Además de sanidad, dependencia y finanzas, otros sectores como el turismo y el ocio, la industria del mueble y de las reformas en el hogar verán como se incrementa su lista de clientes. Ejemplo de ello es que el 44% de los españoles prevén instalar baños adaptados en su vivienda a medida que se hagan mayores y otro 33% afirman que tienen previsto cambiar su actual mobiliario por otro más adaptado a su edad.

Vivir de acuerdo con la pensión

Aunque los autónomos cobran casi 25 euros más de media de pensión de jubilación que hace un año, su nómina promedio es de 764 euros, cantidad que suele ser mucho menor que la que percibían durante los años que ejercían su actividad. Esto obliga a que “los jubilados tengan que revisar cuáles son los patrones que orientan su consumo”, afirma Freire. O lo que es lo mismo, la mayoría no podrán vivir sólo de la pensión.

“Hay una relación, aunque no exclusiva entre el dinero que se dispone y los planes posibles”, señaló Freire. Si bien el psicoterapeuta y psiquiatra destaca en su libro el nivel de ingresos que se necesita tras la jubilación es un 30% inferior a los de los años que se está en activo y que la relación entre los recursos económicos y el acceso a oportunidades es proporcional,  Las claves estarán, o bien en adaptarse y aprovechar plenamente las oportunidades disponibles, o buscar ingresos adicionales para mejorar la calidad de vida. Otra opción, para los que aún están a tiempo, es intentar cotizar lo máximo posible para obtener una mayor pensión cuando llegue la hora del retiro.