Los negocios pueden contratar personal cualificado fuera de España con la tarjeta azul europea

La falta de profesionales para cubrir las vacantes laborales que requieren mayor cualificación ha sido un problema que se ha acrecentado durante el último año en España, afectando especialmente a los pequeños negocios que quieren contratar empleados. Según el barómetro de CEPYME del pasado septiembre, el 71% de las pequeñas empresas afirmaba tener problemas para cubrir las vacantes y ofertas de empleo, y el 44% se encontraba buscando empleados en este momento.

Una solución que puede beneficiar a los negocios en este aspecto es la puesta en marcha de la nueva tarjeta azul de la UE, que permite contratar personal altamente cualificado desde el año pasado, a partir de la transposición Directiva (UE) 2021/1883, facilitando la entrada de personal cualificado de países terceros y de sus familias.

Según explicaron fuentes de la Comisión Europea a este diario, la tarjeta azul es una autorización que permite residir y trabajar en todos los países de la Unión Europea, con la diferencia de que, mientras que la tarjeta de larga duración de la UE sólo puede ser obtenida por aquellos extranjeros que llevan cinco años viviendo en España, la tarjeta azul no necesita registrar previamente ningún año de residencia en el país, y es el empleador o negocio el que inicia el trámite mientras el asalariado aún se encuentra en el país de origen, acelerando así el procedimiento. 

Los negocios pueden contratar personal altamente cualificado más fácilmente cuando no lo encuentren en España

La tarjeta azul es una solución pensada para atraer trabajadores extranjeros no residentes en España que aún se encuentran en su país de origen, a fin de que puedan venir a trabajar a los países de la UE sin necesidad de acreditar previamente ningún año de residencia, para facilitar la tramitación del proceso, explicaron estas fuentes.

Además, esta tarjeta da al negocio o empresa la opción de tramitar directamente la solicitud de la tarjeta para el trabajador en este caso  -si bien también puede hacerlo el empleado-. Como aclararon desde la Comisión Europea “tanto el empleador como el trabajador puede solicitarla a la autoridad competente. y en cada país hay una autoridad competente para otorgarla”. 

En algunos estados miembros, como en el caso de España, se lleva a cabo un examen de la situación del mercado laboral. Según estas fuentes, es un mecanismo que sirve para garantizar que se haya llevado a cabo primero la búsqueda sin éxito de trabajadores nacionales, ciudadanos de la UE, o nacionales de terceros países que residan aquí legalmente y tengan acceso al mercado laboral, y proceder después a la admisión de los trabajadores migrantes a los que se concede el acceso a la tarjeta. 

Para poder iniciar el trámite de solicitud de la tarjeta, el puesto vinculante para desarrollar el empleo cualificado deberá ser formalizado mediante un contrato de trabajo válido o una oferta de trabajo vinculante, con una duración mínima de seis meses. 

Según fuentes expertas, la transposición también reforma la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, conocida como Ley de Emprendedores, se ve modificada por esta Directiva. Así, para la duración de la autorización de residencia, la reforma mantiene el régimen de tres años de validez para el permiso que concede la tarjeta azul, “renovables por otros dos años si no se han perdido las condiciones que la otorgaron”.

A su vez, se simplifica el procedimiento para los negocios que repitan el proceso de solicitud de permiso para sus trabajadores más de una vez, ya que “sólo acreditarán el cumplimiento de los requisitos exigidos para la tramitación de las autorizaciones una única vez”. 

Los trabajadores extranjeros deben acreditar experiencia o formación especializada

Los trabajadores deben, además, cumplir uno de los siguientes requerimientos para poder obtener esta tarjeta azul:

• Aportar cualificaciones de enseñanza superior de un mínimo de tres años. Las cualificaciones deben proporcionar los conocimientos necesarios para ejercer un puesto de alta capacitación. Según detallaron fuentes de la Comisión Europea, estas cualificaciones se refieren a las acreditadas por un título de estudios superiores de una duración mínima de tres años. “Se trata de cualquier diploma, certificado u otro título de formación expedido por una autoridad competente que acredite la superación de un programa de enseñanza superior postsecundaria”, apuntaron fuentes de la Comisión Europea.
• En su defecto, acreditar un mínimo de cinco años de experiencia profesional en el mismo sector de la actividad que realizará como trabajador en España. Esta experiencia debe ser equiparable al nivel de las cualificaciones mencionadas, y ser pertinente en la profesión o el sector especificados en el contrato de trabajo o la oferta de empleo vinculante. “Por experiencia profesional se entiende el ejercicio efectivo y legal de la profesión de que se trate”, explicaron estas fuentes.

Las titulaciones educativas extranjeras deben estar reconocidas por los Estados miembros en cuestión, por lo que el negocio o empresa deberá asegurarse que el empleado que desea contratar posee “un reconocimiento formal de la validez de su cualificación extranjera por parte de una autoridad competente”, apuntaron estas fuentes. 

En el caso de las profesiones reguladas, tendrán que presentar documentos que demuestren el cumplimiento de las disposiciones legales nacionales, y el cuando se trate de no reguladas, presentar documentos que demuestren el cumplimiento de la cualificación profesional pertinente. 

Estos trabajadores no pueden tener antecedentes penales ni encontrarse en situación irregular en nuestro país, debiendo portar “un documento de viaje válido, una solicitud de visado o un visado, y un permiso de residencia válido o un visado nacional de larga duración -si es necesario-”, así como una prueba de que disponen de seguro de enfermedad.

Por otro lado, una de las principales ventajas que ofrece la tarjeta para estos empleados es que “pueden estar acompañados de sus familiares, quienes también tienen derecho al trabajo”, aclararon las fuentes. Es decir, pueden solicitar una autorización por reagrupación familiar de forma simultánea, que permite también la movilidad de los familiares del titular de esta tarjeta que necesiten desplazarse con él.

¿Y qué se exige a los negocios que utilicen la tarjeta azul de la UE?

• Que el puesto a cubrir esté respaldado por un contrato de trabajo de un seis meses de duración como mínimo. 
• Que el umbral salarial ofrecido sea de al menos el 100% y no más del 160% del salario anual bruto medio en nuestro país.
• Que las condiciones fijadas en el contrato de trabajo se ajusten a las establecidas por la normativa vigente y el convenio colectivo aplicable.
• Que el empleador cumpla sus obligaciones fiscales y otras obligaciones legales, no esté en bancarrota, ni atraviese la insolvencia o haya empleado ilegalmente a nacionales de terceros países. 

Las fuentes consultadas explicaron que la posibilidad de obtener la tarjeta azul para el empleado tendrá mayor prevalencia cuando “el puesto no se haya podido cubrir por empleados nacionales o ciudadanos de la UE y/o que residan aquí legalmente, o se encuentre dentro del listado de ocupaciones de difícil cobertura”, entre otros. 

La mitad de los negocios no tienen apenas jóvenes menores de 30 años en sus plantillas

Otros análisis llevados a cabo durante 2023 también reflejan el problema de la contratación que vivencian los negocios españoles. Según el informe elaborado por Infoempleo y Adecco ‘Oferta y Demanda de Empleo en España’, un 35,76% de las empresas, autónomos y pequeños negocios de nuestro país tendrán problemas para sustituir a los empleados que se jubilen por falta de personal formado en el sector de su actividad, y casi cuatro de cada diez piensa que a los empleados les falta formación -siendo construcción, transporte, industria y hostelería los sectores que se vieron principalmente perjudicados en el estudio-.

Entre otros datos que reveló el informe, más de la mitad de los negocios encuestados confirmaron que solo el 15% de su plantilla estaba compuesta por menores de 30 años. 

A su vez, más del 70% de los autónomos y negocios encuestados afirmó “no haberse preocupado de implementar ninguna estrategia para fomentar el empleo juvenil en el último año”, ni poner en práctica acciones para fomentar el reclutamiento de candidatos que superasen los 50 años de edad.