2017: crecimiento económico pero menos

El PIB subirá un 2,3%, según todas las previsiones, lo que supone una desaceleración y también menor creación de empleo.
2017: crecimiento económico pero menos

En el año que está a la vuelta de la esquina continuará la buena tendencia iniciada en 2015 en lo que a crecimiento de la economía española se refiere. La mayor parte de las previsiones, ya sean de organismos públicos o de analistas privados, sitúan el aumento del PIB en el 2,3%, casi un punto menos que el que se registrará en 2016 y que el registrado en 2015. Es decir, habrá crecimiento económico pero menor. España se verá afectada por importantes factores externos pero también caerá en las redes de varios de sus problemas estructurales.

“La impresionante recuperación económica”, a la que se refirió el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente informe técnico sobre España, coloca a nuestro país entre los más dinámicos de la eurozona y así continuará siendo en 2017. Pero, advierten todos y el FMI el primero, el contexto internacional se presenta lleno de turbulencias y España no será ajena a los mismos. El mundo asiste al riesgo de una vuelta a las políticas proteccionistas -la más fuerte la que se espera en Estados Unidos con la presidencia de Donald Trump- que no contribuirán a levantar el comercio internacional, herido, y mucho, con la crisis.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea es otro factor de incertidumbre. A España le afectará igualmente la más que probable subida de los tipos de interés, tanto en Europa como en Estados Unidos, porque su economía está muy endeudada. Y, por último, se espera un aumento significativo de los precios del petróleo, letal para cualquier escenario económico.

El presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), José Luis Feito, achaca a estos factores el 80% de la diferencia de crecimiento que habrá entre 2016 y 2017. El 20% restante se deberá a políticas nacionales.

El Brexit marcará, sin duda, el año económico en España. Hay que recordar que nuestra economía continúa teniendo una fuerte dependencia del sector turístico (representa más de un 10% del PIB) y que el Reino Unido es nuestro principal emisor en Europa. Por ello, diversos analistas, desde BBVA Research hasta Funcas, advierten de sus riesgos, ya que la inevitable depreciación de la libra mermará recursos al turismo británico.

Riesgos internos

En 2017, España seguirá enfrentándose al lastre del elevado endeudamiento público. El FMI puso en su último informe esta circunstancia en el primer lugar de nuestras debilidades, y aportaba recetas. Desde la subida de tipos reducidos del IVA a la de los Impuestos Especiales y la creación de más tasas medioambientales. Es decir, cargar más las tintas en la imposición indirecta que en la directa.

Precisamente, la última tanda de aumentos impositivos que ha aprobado el Gobierno para 2017 son motivo de controversia. Feito cree que los ingresos derivados de estas subidas pueden paliar el déficit público pero que a la larga influirán negativamente en la creación de empleo. “Las modificaciones en el Impuesto de Sociedades y la subida de las cotizaciones no son nada buenas para el empleo y si se suma el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) previsto, todavía menos”, afirma el presidente del IEE. Sin embargo, añade que la inercia de los elementos positivos que han provocado las tasas de crecimiento de los dos últimos años marcará para bien la economía en los próximos 12 meses. Entre estos elementos se encuentran el superávit de la balanza de pagos por cuenta corriente y el que el déficit público se acerque al objetivo marcado.

En cuanto al empleo, otro desafío estructural, las previsiones son variadas. La más optimista es la del Gobierno, que estima que la tasa de paro bajará hasta el 16,6% al terminar el ejercicio. La OCDE y otras instituciones marcan un 17,8% y de ahí para arriba. Este año de 2016 terminará por encima del 18%.

Si en el año que ahora termina, el empleo ha crecido un 2,9%, lo que supone unos 500.000 puestos de trabajo, en 2017 se estima que crecerá un 1,8%, es decir, unos 300.000 puestos. El problema añadido es que el empleo creado puede ser muy inestable, dada la alta temporalidad. En sus recomendaciones para 2017 el FMI insiste que el Gobierno español debe incentivar la contratación indefinida a fin de que no predominen los contratos temporales sobre los fijos.

Y otra advertencia del organismo internacional: en España la mayor parte de las empresas son muy pequeñas. Por ello insta a tomar medidas para favorecer la creación de compañías más grandes, de la misma manera que anima a que se produzcan más fusiones en el sector bancario.