Los emprendedores españoles cada vez exportan más

Pese al avance de los últimos años España sigue estando muy por debajo de la media de las economías basadas en la innovación.
Los emprendedores españoles cada vez exportan más

A cuenta gotas, pero algo está cambiando en el modelo productivo de España. La fórmula magistral de crisis, nuevas tecnologías y apertura comercial del mercado latinoamericano y asiático ha impulsado la internacionalización del emprendimiento en España. Tres de cada diez emprendedores exportan y el porcentaje de iniciativas de emprendimiento que facturaron a clientes extranjeros aumentó siete puntos el pasado ejercicio al pasar del 20,9% al 27,9% (un 33%más).

Los emprendedores españoles cada vez exportan más, aunque la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) se ha reducido cinco décimas entre 2015 y 2016 (del 5,7% al 5,2%) y en más de dos puntos con respecto a 2007 (año en el que alcanzó el 7,6%).

Los datos se extraen del Informe GEM (Global Enterpreneurship Monitor) España 2016, elaborados por el CISE (Centro Internacional Santander Emprendimiento, Santander Universidades y la Fundación Rafael del Pino), que deja a la vista que el avance no ha sido suficiente ni para alcanzar los niveles pre-crisis, cuando la orientación internacional superó incluso el 43%, ni para igualarnos a la media del 62,3% que marcaron economías basadas en la innovación -grupo en el que se encuenta España junto a Estados Unidos, Hong Kong y nuestros principales competidores europeos.

En cuanto al volumen de exportaciones la mayor parte de las empresas sólo exportan una cuarta parte de lo que producen.

Innovación

Otro de los síntomas que denotan el giro que se está produciendo en la economía española es la conciencia innovadora. Tal y como se detalla en el informe el 36,3% de los emprendedores implementaron actuaciones de I+D en 2016, lo que supone un aumento de dos puntos con respecto al anterior informe.

Tampoco en este punto nos acercamos a la media de las 27 economías innovadoras, que se estableció en el 49,4%, es decir, más de trece puntos por encima.

El documento apunta, además, a una ralentización de la actvidad emprendedora inducida por la propia desaceleración económica, aunque destaca que el efecto inercia continuará arrojando cifras positivas en la creación de empleo. De hecho, el 14,2% prevé contar con una plantilla de cinco o más empleados durante el próximo lustro.

De cara a potenciar el emprendimiento y mejorar la competitividad de las empresas ya consolidadas, el informe insiste en la necesidad de perseverar en el desarrollo de políticas de promoción y apoyo a los nuevos proyectos, tanto desde el ámbito público como desde el privado, así como a facilitar su financiación “han de continuar funcionando para que aumente la productividad, la generación de empleo y el bienestar de la ciudadanía. Las nuevas empresas, sin necesidad de que éstas sean muchas, pueden generar un impacto determinante a la hora de transformar mercados, originar nuevos hábitos sociales y dar solución a problemas que afectan a los colectivos más necesitados de la población”.

Miedo al fracaso

A tenor de los datos internacionalización e innovación son ya cualidades estructurales del emprendimiento en España, como también lo es el miedo al fracaso. Éste se encuentra entre las principales limitaciones a la hora de montar un negocio, habiéndose alegado por el 45% de los consultados y superando en casi dos puntos el porcentaje de 2015.

En opinión de los expertos que han participado en la elaboración del informe, a lo anterior se añade la burocracia y el exceso de regulaciones e impuestos a los que han de enfrentarse los emprendedores en España y la necesidad de aumentar la formación en emprendimiento en todas y cada una de las etapas educativas. No obstante, hacen mención especial a “la diversidad de programas formativos (puestas en marcha durante los últimos años) que hacen posible el fortalecimiento de habilidades y conocimientos y que a través de tutorías se van puliendo las ideas de negocios antes de llevarlas al mercado”.