Los españoles confían más pero temen una subida de precios

La confianza del consumidor alcanzó su máximo en diciembre, pero se queda por debajo de hace un año.
Los españoles confían más pero temen una subida de precios

La subida de impuestos anunciada por el Gobierno a principios de diciembre ya se está dejando notar a pie de calle. En términos interanuales el temor de vuelta a la inflación se ha elevado un 8,5%. Así se extrae del Índice de Confianza del Consumidor del mes de diciembre de 2016 hecho público por el CIIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) esta mañana y en el que llama especialmente la atención el rebote de 9,2 puntos en el mes de diciembre. Con ello el indicador se acerca peligrosamente al máximo histórico de 2012 que, al igual que ahora, “coincidió con el paquete de medidas de ajuste de rentas e impositivo este año”, apunta el estudio.

Traducido a la economía real, el dato viene a decir que los consumidores tienen miedo de que el aumento de los impuestos en el alcohol, tabaco, el IBI y Sociedades, acaben con una nueva subida de precios que rasgue los bolsillos. Todo ello en una coyuntura de recuperación a la que aún le queda un largo recorrido. De hecho en comparación con el mismo mes de 2015 el índice de expectativas refleja “una evolución muy desfavorable”, con 12,1 puntos de retroceso en lo relativo a la situación económica de España, 13,9 en cuanto al mercado de trabajo y cinco en los hogares. Así el indicador global cerró con 109,3 puntos, casi un punto menos que en noviembre (110,2) y cerca de diez por debajo de lo que lo hizo el ejercicio precedente (119,6).

Todoello en un marco, el del mes de diciembre, en el que la confianza del consumidor alcanzó sus máximos anuales elevándose hasta los100,7 puntos. Lejos, eso sí de los 107,4 de un año antes.

No es tan malo

 

Según los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) los precios suben a un ritmo del 1,5% interanual, lo que aparentemente puede resultar un freno para el gasto. No obstante son varias las voces que defienden que lo peligroso es mantener el estado de deflación de los últimos años. Entre ellas la del BCE (Banco Central Europeo) que se ha fijado como objetivo elevarla hasta el 2% como medida de estímulo tanto al gasto como al crédito.

Kamal Romero, profesor de Macroeconomía en la Universidad Cardenal Cisneros de Madrid, se muestra partidario de esta decisión y explica que tanto la elevada inflación como los periodos largos de deflación “son igualmente nocivos para la economía”. De hecho la lectura de que los precios se mantengan en un estado constante de atonía “significa que no crecemos todo lo que podríamos crecer”. Para Romero, aumentar la tasa inflacionista permitiría a los bancos abrir de nuevo el grifo del crédito al consumo ya que “cada euro que tengan inmovilizado les va a costar dinero”. Y concluye “el verdadero freno es que no tenemos crédito y las elevadas tasas de paro”.